Agenda 2030: un discurso engañoso empaña los objetivos para la erradicación de la pobreza
Agenda 2030: un discurso engañoso empaña los objetivos para la erradicación de la pobreza
En seis años, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha pasado de ser un plan de acción en favor de las poblaciones, la conservación del planeta y el desarrollo de los países, para convertirse en una herramienta discursiva de desinformación entre grupos elitistas, religiosos y conservadores que ven en “la agenda globalista” una conspiración. Fue impulsada por la Organización de las Naciones Unidas en un esfuerzo que incluye a casi 200 países del mundo, incluyendo a Guatemala. Según los informes presentados por el gobierno, nuestro país no muestra avances significativos en el cumplimiento de las metas propuestas. Al contrario, ha registrado retroceso e incluso, en algunos casos, no existen datos para medir el progreso. Su estancamiento es tal que el país es superado por países como Honduras, Belice y El Salvador.
«Guatemala necesita una agenda nacionalista para enfrentar las amenazas de la agenda globalista que viene en la agenda 2030 y muchos movimientos que veremos en el futuro. Es importante que defendamos nuestra fe, nación y familias porque vienen por nuestros hijos. Los han empezado a adoctrinar hace mucho tiempo y no nos dimos cuenta», decía Sammy Morales, ex candidato presidencial del partido FCN Nación, durante el período que duró la campaña electoral previa a la primera vuelta.
Sammy Morales no ha sido la única voz que se ha volcado en contra de los objetivos de la mundialmente conocida Agenda 2030. Sin embargo, en su caso resulta importante resaltar que , en julio de 2017, su hermano Jimmy Morales, en su calidad de presidente de Guatemala, fue quien firmó la Declaración para el cumplimiento de la Agenda 2030 en Guatemala y, durante su gobierno, fue promovida como uno de los logros de la gestión y un indicador de los objetivos de desarrollo a cumplir.
Qué es y qué no es la Agenda 2030
El 25 de septiembre de 2015, la Asamblea General de la ONU dio luz verde a la Agenda 2030 mediante la cual, los Estados miembros de la Naciones Unidas, aprobaron una resolución en la que reconocieron la erradicación de la pobreza como el desafío más grande y más importante a nivel mundial sin el cual sería imposible hablar de desarrollo sostenible para las poblaciones de los países.
Esta agenda se desglosa en 17 objetivos, con 169 metas enfocadas en los ámbitos económico, social y ambiental. En 2015, se planteó esa agenda como una estrategia para orientar los programas de desarrollo durante 15 años y 192 países, incluyendo a Guatemala, se comprometieron a cumplir las metas propuestas para el año 2030, de ahí surge el nombre de la misma.
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Los objetivos fueron pensados precisamente para países como Guatemala, en vías de desarrollo y con economías en crecimiento, cuya población demanda respuesta a una serie de necesidades que no han sido solventadas por los gobiernos. Según datos oficiales, en Guatemala más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y el 15% en pobreza extrema según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida. En cuanto al hambre, 1 de cada 2 niños sufre de desnutrición crónica y este dato coloca al país en los primeros puestos a nivel regional.
En materia de educación, solamente el 25 por ciento de la población tiene acceso a la educación diversificada. Y las cifras respecto al acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad, internet, entre otras también son desalentadoras, según el último censo.
Karin Slowing, doctora y especialista en temas de salud pública, quien además ha sido parte de la realización de los informes nacionales de desarrollo de Guatemala y fue titular de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN), recuerda que la agenda no surgió con otra intención más que replantear el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
«En 2015 ya había iniciado un proceso de consulta a nivel mundial para saber cómo dar seguimiento a estos objetivos. Tras esa consulta mundial en la que también participó Guatemala con Segeplan, surgió la agenda de desarrollo sostenible. Fue un proceso amplio y participativo, no una decisión tomada por una persona detrás de un escritorio desde Nueva York», aclara Slowing, para desmentir parte de la información manipulada que circula en torno a este tema.
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Aunque los países firmantes asumieron el compromiso de la agenda, no están obligados a implementar ninguna política en especial para el cumplimiento de sus metas. Es una decisión que compete a cada país, según sus circunstancias. Guatemala asumió el reto y durante el gobierno de Jimmy Morales se integraron estos objetivos al Plan Nacional de Desarrollo K´atun, aprobado durante la gestión del antecesor Otto Pérez Molina.
Sin avances y sin datos para medir el desarrollo
Desde la firma de la declaración del compromiso para cumplir la agenda 2030, en la que participaron como signatarios representantes del Organismo Ejecutivo, Legislativo, Judicial, sociedad civil y sector empresarial, se ha elaborado de manera voluntaria cada dos años un informe de Revisión Nacional para sistematizar los avances. Se han presentado cuatro informes en total.
Los cuatro documentos son evidencia del estancamiento y la falta de implementación de acciones para avanzar en el cumplimiento de las 169 metas. La mayoría de ellas no presentan avances, otras evidencian retroceso y, en el peor de los casos, algunos indicadores no pueden ser evaluados, ni medidos por falta de datos. Esto último, dice Slowing, se debe al silencio estadístico en el que se encuentra el país desde hace años. “
«De no ser por el censo de 2018, no hubiéramos podido medir el crecimiento poblacional. Pero aún no tenemos datos actualizados de pobreza, las encuestas de empleo no registraron los impactos de la crisis de Covid, no hay encuesta de salud materno-infantil. El país está sin datos y sin poder contar su historia», añade.
El último informe de revisión nacional elaborado por Guatemala explica que la mayoría de las metas no se han cumplido debido a factores externos como la pandemia de Covid19, el aumento en el precio de combustibles y el conflicto de Ucrania. Sin embargo, analistas coinciden en que más allá de esos factores, una de las verdaderas causas del estancamiento es que el desarrollo de la población no ha sido una prioridad para esta gestión gubernamental y tampoco para las anteriores. «Una cosa es que la coyuntura haya sido adversa y otra es cosa es que ni siquiera tengamos un plan claro para cumplir estos objetivos. La agenda Katun tiene 10 años y no hay una evaluación, ¿cuál es la estrategia para un plan de desarrollo que nos diga cómo hacer las cosas?», cuestiona Slowing.
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Erick Coyoy, economista e investigador, explica que la baja asignación presupuestaria para temas como el combate a la desnutrición es un ejemplo de la falta de acciones estratégicas y de interés por cumplir con los compromisos adquiridos en beneficio de la población. Otro ejemplo es la baja ejecución presupuestaria en rubros vinculados a programas de desarrollo. Los factores externos, dice, no son la única causa del estancamiento de las metas.
En la última evaluación realizada, el país logró un avance de 8.9 puntos porcentuales en el cumplimiento de las metas. Temas clave como el combate al hambre y la pobreza no han presentado una evolución positiva.
El informe detalla que Guatemala ha tenido un avance minúsculo en las 10 Prioridades Nacionales de Desarrollo en el País (ver gráfica), que fueron adaptadas según las metas de la agenda 2030. En el tema de reducción de la pobreza hay grandes retrocesos. El trabajo infantil se redujo en 23.6 puntos porcentuales, pero esto fue debido a que el indicador de proporción de niños que trabajan, se incrementó en 54.2% entre 2015 y 2021.
La meta de protección social también va en retroceso, dado el decremento de varios indicadores como: el gasto público en favor de las personas pobres se redujo en 13.8% comparando con el año 2021; el porcentaje de personas con cobertura al seguro social decreció en 9.1% en 2021, la proporción de personas que reciben prestación de maternidad disminuyó en 18.8% al año 2020; y la proporción de personas que reciben pensión de vejez, mostró decremento de 12.8% en 2021.
Un dato alarmante es que la meta de garantizar la provisión y atención en los servicios de salud no solamente no tuvo avances, sino que retrocedió 20.3 puntos porcentuales. Es uno de los rubros con mayor retroceso en los últimos años. Mientras que indicadores como la reducción de la mortalidad infantil no puede ser evaluada por falta de datos actualizados.
Según la diputada Sonia Gutiérrez, quien ha fiscalizado acciones del gobierno en beneficio de la población indígena y grupos excluidos históricamente, señala que en realidad han sido escasas las acciones y políticas implementadas para hacer frente a los grandes problemas del país. «La vida de las personas sigue igual, no vemos acciones que busquen una transformación de la realidad», señala. Y, lejos de promover la importancia de perseguir estos objetivos, cada vez son más los mensajes que atentan contra el espíritu real de la agenda de desarrollo.
El discurso para generar miedo
La contienda electoral, previa a la primera vuelta, fue el escenario en el que varias voces dieron espacio a un discurso engañoso relacionado al propósito de la agenda de desarrollo. Figuras como Sammy Morales, ex presidenciable de FCN, Sandra Torres, candidata de la UNE y Zury Ríos, ex presidenciable de la coalición Valor-Unionista promovieron un mensaje en contra de estos objetivos.
«Soy una madre guatemalteca, que rechaza la agenda 2030, yo creo en la vida desde la concepción creo en la familia como está establecida en la ley y creo que tenemos que tener una agenda que defienda nuestros principios y valores cristianos», dijo Ríos en uno de los videos publicados en sus redes sociales. El discurso de la candidata, al igual que el de otros líderes políticos y religiosos, plantea que la agenda atenta contra valores y principios, libertad de religión y que pone en peligro la integridad de los niños. De la misma forma, Sandra Torres ha anunciado en sus redes sociales que no comulga con la Agenda 2030 y que va a «proteger a todas las familias guatemaltecas».
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El discurso responde, según Slowing, a una estrategia para ganar la simpatía del sector más conservador del país, en el que convergen grupos que desde siempre se han opuesto al avance en temas de derechos sexuales y reproductivos, derechos de las mujeres y lucha contra la desigualdad que afecta al país. «Asustan a las personas con discursos confusos cuando en realidad lo que la agenda busca es darle a las personas la oportunidad de realizarse en lo económico, social, político», asegura.
Gutiérrez también atribuye estos mensajes a una argucia para afectar a contrincantes políticos, así sea a costa de una de las herramientas más importantes para procurar el desarrollo de la población.
El gobierno ha guardado silencio ante los mensajes de desinformación en torno a la agenda e, incluso, se ha distanciado de este tema públicamente.
Este año, una comisión liderada por la Segeplan presentó a Naciones Unidas los avances del cuarto informe de evaluación. El gobierno de Guatemala, aunque continúa cumpliendo con estos informes, ha optado por no difundir abiertamente esta información, ni divulgar en sus redes sociales que el país continúa trabajando en la agenda, según fuentes internas de la Secretaría.
Mientras en Guatemala, la narrativa se ha tornado confusa,países como El Salvador y México siguen trabajando sobre el compromiso asumido ante Naciones Unidas y orientados sus planes de trabajo hacia el cumplimiento de los objetivos. Según el Informe de Desarrollo Sostenible 2022, Guatemala ocupa el puesto 127 entre los 166 países que han presentado informes de avances ante la Naciones Unidas, es superado por países como El Salvador (puesto 73), Costa Rica (52), Cuba (46), México (80), Nicaragua (104), Belice (107) y Honduras (116).
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Plaza Pública realizó un análisis de cada una de las metas planteadas por Guatemala, en el marco del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo y la Agenda 2030. Metas vinculadas al tema de desnutrición, protección social y reducción de pobreza evidencian un gran estancamiento. Este es un análisis gráfico de cuánto han avanzado las autoridades de gobierno en cada uno de los 10 rubros de desarrollo:
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