Cuatro días para saber qué se necesitaba y pedir ayuda internacional
Cuatro días para saber qué se necesitaba y pedir ayuda internacional
El Ministerio de Relaciones Exteriores demoró cuatro días en solicitar ayuda humanitaria a la comunidad internacional para hacer frente a la emergencia. Excancilleres consultados por Plaza Pública coinciden en afirmar que, debido a la magnitud de la catástrofe, la ayuda debió solicitarse el mismo día de la tragedia.
El tiempo que el gobierno guatemalteco se tomó en pedir ayuda internacional para hacer frente a la emergencia provocada por la erupción del volcán de Fuego, ha desatado dudas respecto a la habilidad política de las autoridades en manejar este tipo de eventos. Excancilleres guatemaltecos consultados por Plaza Pública aseguran que el llamado debió hacerse desde que se declaró el Estado de Calamidad, el lunes 4 de junio, o incluso el mismo domingo de la tragedia. Sin embargo, la Cancillería asegura que se ciñeron a lo establecido en el Plan Nacional de Respuesta y los protocolos del Centro de Coordinación de Asistencia Humanitaria (CCAH), que es convocada por la dirección ejecutiva de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
Marta Larra Bujalance, directora de Comunicación del Ministerio de Relaciones Exteriores, dice que el “llamamiento internacional” se hizo hasta el 7 de junio, cuatro días después de la tragedia, pues fue hasta entonces que la Conred les hizo llegar el listado de los insumos y materiales que requerían para asistir a los damnificados.
El director de Coordinación de la Conred, Alex Girón Arana, explica que en las primeras horas de la tragedia esa institución se dedicó a atender la emergencia, y que conforme esta avanzó fueron identificando las necesidades de la población que debían satisfacer. Por ello, indica, es que el listado de los requerimientos se hizo llegar a la Cancillería el 7 de junio.
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Ese mismo día por la tarde, el Ministerio de Relaciones Exteriores remitió un oficio a las misiones diplomáticas, organismos internacionales y agencias de cooperación internacional acreditados en el país, en el que informaba sobre la catástrofe provocada por el volcán de Fuego y el Estado de Calamidad decretado por el presidente Jimmy Morales, en el que solicitaba “asistencia y ayuda humanitaria”. En concreto, la Cancillería pedía: albergues de campaña, raciones alimenticias frías, abastecimiento para limpieza personal, medicamentos, filtros de agua y baños móviles, telecomunicaciones, infraestructura de servicios, equipo médico, hospitales móviles y asistencia médica. También informaba sobre una cuenta bancaria para recibir donativos monetarios.
“El lunes y el martes se realizó una evaluación para determinar si las capacidades nacionales eran suficientes y se determinó que en definitiva serían superadas. El miércoles se llevó a cabo la primera reunión del CCAH y el jueves se instalaron en Conred para poder administrar la ayuda”, explica David De León, portavoz de esa institución.
Para entonces, un grupo de salvadoreños liderados por el sacerdote Edwin Baños reunía alimentos y ropa para apoyar a los damnificados guatemaltecos. Se dirigieron a la frontera el miércoles 6 de junio, pero se les impidió el ingreso debido a que no contaban con permiso para recibir donaciones, y la alternativa era pagar los impuestos de todo el producto que traían. Debieron regresar con la donación y la frustración de no poder colaborar. Tras las denuncias del hecho en redes sociales y mensajes del padre Baños donde solicitaba apoyo al gobierno de Guatemala, obtuvieron comunicación con la ministra Sandra Jovel y volvieron a intentarlo para lograr ingresar dos días después.
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Según el Plan Nacional de Respuesta la emergencia se debe cubrir con los fondos y recursos que el Estado a través de sus instituciones deben mantener de manera permanente para facilitar de manera inmediata a los afectados. Para hacer frente a las fases subsiguientes, de rehabilitación y reconstrucción, cuando el Estado no cuenta con recursos propios suficientes, puede acudir a solicitar ayuda internacional. En el oficio enviado el 7 de junio, la Cancillería adelantó a las misiones internacionales que “oportunamente” les presentarán los planes de rehabilitación y reconstrucción de las áreas afectadas “para solicitarles la ayuda necesaria para la implementación de estas fases”.
Marta Larra asegura que recibieron el listado de necesidades el jueves 7 a las 16:00 horas, y a las 16:10 ya estaba enviado a las embajadas. Para entonces varias donaciones internacionales ya habían sido rechazadas. La Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) no contaba con autorización para permitir el ingreso al país de ayuda sin cobrar impuestos, pues la Cancillería no había activado el protocolo establecido para ello.
Horas después de iniciada la erupción, el presidente Morales, en Consejo de Ministros, decretó un Estado de Calamidad, el cual fue ratificado al día siguiente por el Congreso. Los cancilleres consultados coinciden en que el llamamiento pudo haberse hecho el mismo lunes, después de declarado el Estado de Calamidad, así como abrir la comunicación y las fronteras para recibir cualquier ayuda.
Fernando Carrera Castro, canciller durante el gobierno de Otto Pérez Molina, dice que el procedimiento habitual es que una vez evaluada la magnitud de los daños y los recursos disponibles en el país se solicita ayuda internacional. En este caso, opina, por la dimensión de la tragedia, el gobierno debió solicitar apoyo internacional “desde el mismo domingo” para evaluación de riesgos.
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La Cancillería pudo “escoger entre dirigirse a Naciones Unidas, a la OEA o difundir un cable a las embajadas presentes en el país”, explica Edgar Gutiérrez, analista político y canciller durante el gobierno de Alfonso Portillo. Lo importante era actuar con rapidez.
* El ministerio de Relaciones Exteriores publicó en su cuenta de Twitter una gráfica en la que muestra las fechas en las que se han emitidos los Estados de Calamidad y los llamados de ayuda internacional en catastrofes pasadas: para la tormenta Agatha sucedida en 2010, según la Cancilerría, se hizo el llamamiento internacional seis días después, y para la erupción del volcán Pacaya en ese mismo año se demoraron ocho días. La declaración más tardía se hizo en 2005 para la tormenta Stan, que se realizó 21 días después de declarado el Estado de Calamidad. La catástrofe del volcán de Fuego, declarada en cuatro días después, asegura, ha sido la más rápida respuesta en solicitud de ayuda internacional.
Respecto al impedimento para que las embajadas de Guatemala en el extranjero puedan recibir donaciones, los excancilleres explican que este se debe al poco espacio para almacenar con que cuentan las delegaciones, así como que tendrían que pagar impuestos para trasladar los insumos al país.
A partir del llamado realizado el jueves, la ayuda monetaria podía ingresar a través del Ministerio de Finanzas Públicas, y los insumos a través de Conred para ser trasladados a los albergues.
Según Carlos Morales Monzón, jefe de prensa del Ministerio de Finanzas, hasta el pasado viernes 15, en la cuenta habían recaudado US$100 mil provenientes del gobierno de Taiwán, US$10 mil de la empresa coreana Kumkang Kind, US$250 mil del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), y US$25 mil de la Organización de Estados Americanos (OEA); además de US$10,000 que anunció el gobierno de Israel.
En cuanto a ayuda y asistencia humanitaria, Conred han recibido asistencia en rescate proveniente de México, y donaciones específicas para alimentación, higiene, entre otros insumos, por parte de Canadá, Japón, Honduras, Belice, Bolivia y El Salvador. En cuanto a servicios médicos, un niño de tres años, más seis niñas y adolescentes han sido trasladados a Estados Unidos para ser tratados por quemaduras, y dos adultos a México.
NOTA DEL EDITOR: El párrafo antecedido por un asterisco (*) fue agregado el 18-06-18, a las 09:00.
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