De banquero a lavador

De ahí su carácter imprevisible, de total opacidad, y su tendencia a maniobrar desde las sombras. El expresidente del Banguat se asume como tecnócrata. Por meses fue la cara decente y dialogante del partido, pero que en un abrir y cerrar dejó clara su otra moneda. Malograr su expediente es un riesgo, pero inferior al espacio de poder y de negocios que se pueden administrar desde la Vicepresidencia. Coordinar gabinetes, especialmente el económico, es un atractivo de primer orden. Manejar los hilos del presupuesto, adecuar el manejo de los negocios de gran calado, gestionar y adecuar el financiamiento externo e iniciar las relaciones formales con China continental son algunos de los roles que suenan a cantos de sirenas.

Lejos de sentirse incómodos, a los de ese partido les viene bien el abanico de rostros que pueda manejar una misma persona. Las personalidades camaleónicas son las idóneas para los objetivos que sin tapujos empujan a pesar del rechazo de amplios sectores. El candidato a vice y los otros que están en aprietos por los antejuicios planteados en su contra están políticamente defenestrados, aunque en el marco formal aún puedan operar con márgenes limitados. Los cargos en su contra no solo son contundentes. Abarcan a representantes de distintos niveles de la estructura del partido que, además, son candidatos por distritos electorales de primer orden. En cualquier sociedad con un mínimo de desarrollo político sería impensable que un partido con ese tipo de daño generado por sí mismo pudiera participar, y menos ganar.

A un escaso mes es previsible que en el interior del partido haya frustración y desconcierto ante los sucesos no programados que han colocado a Líder contra las cuerdas. Eso es más notorio en un partido en el que las piezas están pegadas con poco adhesivo, por lo que cualquier afectación a la totalidad da como resultado que las actitudes de defensa prioricen el espacio más cercano y bajo control, no así la defensa del candidato, que a la postre tienen un carácter más simbólico que real.