Los objetivos de desarrollo sostenible de la nueva agenda incluyen uno específico sobre alcanzar la igualdad de género, con el que se busca poner fin a la discriminación y a la violencia contra las mujeres y las niñas y garantizar la igualdad de participación y de oportunidades en todas las esferas de la vida. La mayoría de los demás objetivos contienen importantes referencias al empoderamiento de las mujeres.
Junto con la adopción de la Agenda 2030, más de 90 Gobiernos respondieron al llamado a la acción de ONU Mujeres para «dar el paso por la igualdad de género». Jefas y jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a llevar adelante acciones concretas y cuantificables para romper con algunas de las barreras fundamentales para el logro de la igualdad de género en sus respectivos países.
En el 59o. período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, celebrado en 2015, los Gobiernos reafirmaron de manera unánime la Plataforma de Acción de Pekín. Tanto las grandes como las pequeñas empresas están demostrando compromiso y haciendo cambios en la cultura y la práctica empresariales con el objeto de impulsar una mayor igualdad y más oportunidades. Las mujeres de forma individual y la sociedad civil en su conjunto han instado a un cambio perdurable y transformador para 2030.
Con estas expresiones de voluntad política sin precedentes, la cuenta regresiva para el logro de la igualdad sustantiva de género en 2030 debe comenzar ya, acompañada y sostenida por la fiscalización de la rendición de cuentas y la evaluación de los progresos alcanzados.
Nos fortalecemos de esta solidaridad para enfrentar hechos como los graves desplazamientos de población, la violencia extrema contra las mujeres y las niñas y las vastas inestabilidades y crisis registradas en numerosas regiones.
Para alcanzar el futuro que deseamos, no podemos dejar a nadie atrás. Debemos comenzar por las personas más desatendidas. Esas personas son en gran medida las mujeres y las niñas, aunque en las zonas pobres y convulsionadas pueden incluirse también a los hombres y a los niños.
Las mujeres y las niñas son fundamentales para encontrar soluciones sostenibles a los desafíos de la pobreza, la desigualdad y la recuperación de las comunidades más golpeadas por los conflictos, los desastres y los desplazamientos. Ellas se encuentran en la primera línea del brote de nuevas y amenazantes epidemias, como la enfermedad por el virus del Zika o los efectos del cambio climático, y a la vez son el refugio que protege a la familia, trabajan por la paz y garantizan el crecimiento económico sostenible y el cambio social.
En el marco del Día Internacional de la Mujer volvemos a insistir en el aumento de la participación de las mujeres como una de las condiciones necesarias para una Agenda 2030 con inclusión. El liderazgo de las mujeres no cuenta con el reconocimiento suficiente, por lo que debe manifestarse con una mayor participación en los órganos de toma de decisiones. Cada una y cada uno de nosotros es necesario (en nuestros países, en nuestras comunidades, en nuestras organizaciones, en nuestros Gobiernos y en las Naciones Unidas) para garantizar que se adopten acciones decisivas, visibles y cuantificables bajo el lema: «Un planeta 50-50: demos el paso por la igualdad de género».
Nos afirmamos en los compromisos que ya han asumido todos los Gobiernos. Nos afirmamos también en el legado de la participación decidida y elocuente del pequeño grupo de fundadoras de todas partes del mundo que se congregaron en San Francisco en 1945, cuando se adoptó la Carta de las Naciones Unidas. Ellas sentaron las bases para todo lo que vino después en la lucha por el cumplimiento de los derechos de las mujeres.
La participación de las mujeres en todos los ámbitos y el fortalecimiento del movimiento de mujeres nunca han sido tan cruciales, trabajando junto con los niños y los hombres, para contribuir al empoderamiento de las naciones y erigir economías más sólidas y sociedades más saludables. Esta es la clave para hacer de la Agenda 2030 un instrumento transformador e inclusivo.
Phumzile Mlambo-Ngcuka, secretaria general adjunta de las Naciones Unidas y directora ejecutiva de ONU Mujeres
Más de este autor