Al respecto, afirma Cifuentes Medina: «Con el conocimiento científico nuestras observaciones, descripciones, afirmaciones se hacen reflexivas, argumentadas y objetivas, y nuestra práctica, propositiva y humanizada». Es decir, con la investigación pasamos de la opinión a la ciencia, pues, además de conocer un problema determinado, podemos proponer soluciones concretas para resolverlo. En otras palabras, si la investigación fuera una actividad constante, en épocas de crisis contaríamos con medi...
Al respecto, afirma Cifuentes Medina: «Con el conocimiento científico nuestras observaciones, descripciones, afirmaciones se hacen reflexivas, argumentadas y objetivas, y nuestra práctica, propositiva y humanizada». Es decir, con la investigación pasamos de la opinión a la ciencia, pues, además de conocer un problema determinado, podemos proponer soluciones concretas para resolverlo. En otras palabras, si la investigación fuera una actividad constante, en épocas de crisis contaríamos con medidas que nos beneficiarían a todos y que serían producto del estudio y el análisis, lo que nos evitaría actuar siguiendo los impulsos de la improvisación, que en la mayoría de las ocasiones solo nos conducen a nefastas consecuencias.
Pero ¿cómo investigar? Sin duda, esta es una de las mayores dificultades con que se enfrenta quien dentro o fuera de la academia quiere acceder a la ciencia. Entre la diversidad de criterios al respecto, en nuestro medio existe una obra que puede orientarnos y que destaca tanto por su contenido como por su presentación formal. Se trata de La aventura de investigar: el plan y la tesis, del historiador y doctor en Sociología Edeliberto Cifuentes Medina. Esta obra fue impresa bajo el sello editorial de Magna Terra y cuenta ya con cuatro ediciones, la última de 2016. El libro tiene un formato elegante, sobrio, en un tamaño que permite el fácil manejo para quien lo consulta y cuyo atractivo diseño de portada es una invitación a la lectura.
Al revisar la obra, tres hechos llamaron mi atención inicial. El primero, la presentación del autor mismo, en la que explica cómo surgió su interés por trabajar en este libro (Cifuentes Medina fue catedrático de la Escuela de Historia y de la Facultad de Ciencias Económicas de la USAC, así como investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales —IIES—, ha sido profesor invitado en diversas universidades nacionales y extranjeras y ha publicado múltiples artículos y ensayos en revistas especializadas, además de algunas obras en su área de estudio). En segundo lugar, el prólogo del historiador mexicano Carlos Aguirre Rojas, quien, como especialista en la materia y docente de la Universidad Autónoma de México (UNAM), aporta datos que nos muestran algunos de los aportes de este texto. Finalmente, la extensa y acuciosa bibliografía, que a su vez respalda la investigación realizada por el autor para la elaboración del libro.
Lo cierto es que la obra se mueve y promueve por cuenta propia: es un viaje de doble vía, pues, mientras por un lado nos muestra el apasionante recorrido de la investigación científica, por el otro nos devela novedosos y puntuales conocimientos que nos servirán para la comprensión de la realidad. Asimismo, está dispuesta de manera tal que lleva tanto al investigador novato como al más avezado por los senderos que lo conducirán a la elaboración del plan de investigación y posteriormente a la redacción de la tesis. Estructurada en siete capítulos, los conceptos se desarrollan con una lógica impecable a partir de lo cotidiano para llegar al ámbito de lo científico. Se combinan filosofía y ciencia, teoría y práctica, expuestas a través de un lenguaje claro, preciso, directo y didáctico. A la vez, la obra aborda la temática estudiada de lo simple a lo complejo, de la duda a la curiosidad, de la pregunta espontánea al cuestionamiento teórico, de manera que en cada una de sus siete secciones se desarrollan los contenidos específicos que marcan el camino en busca de la verdad. Como corolario, al finalizar cada apartado se sugieren algunos ejercicios que refuerzan lo ya estudiado.
Así, por su contenido, por su novedosa propuesta didáctica y metodológica y por su enfoque en torno a la investigación, la obra de Cifuentes Medina se ubica como una de las más rigurosas y acuciosas en su campo. Por ello es una suerte de tesoro inusual en nuestro yermo mundo académico.
Larga vida a los excelentes libros.
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