La Filgua, los libros y la lucha de clases

Por ello es que les encantaría controlar la Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua): porque representa intereses económicos, porque ejercerían una acción disciplinar contra empresarios fugados y porque saben que la izquierda (o una perspectiva crítica con lo dado) está viva en la cultura, en la investigación y en la literatura.

En un reportaje de Nómada se señala que hay una batalla legal entre los empresarios de la CIG y la Asociación Gremial de Editores por el control de la Filgua, que este año lleva a cabo su edición número 16.

En dicha batalla, las zancadillas de parte de la CIG y de sus representantes, según Raúl Figueroa Sarti, han incluido el poco apoyo a la actividad, el incremento de la cuota y dificultades para el uso de las instalaciones del Parque de la Industria (lo que lleva a cambiar el lugar de su realización desde 2017), la lucha legal por la marca Filgua y las condenas por los libros que promueven la ideología de izquierda (actitud que recuerda a lo lejos al Index Librorum Prohibitorum inquisitorial).

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Este es un ejemplo de lucha de clases desde arriba, desde los empresarios. Buscan promover y conservar sus intereses en tanto clase porque saben que la lectura no es ingenua ni inocente. Saben que un incremento general de la cultura y de la lectura crítica no promueve el conformismo y la pasividad que caracterizan al buen colaborador que esperan que trabaje en sus empresas. Al contrario: la lectura puede promover la pregunta crítica, el inconformismo, el cuestionamiento de lo dado.

No es casual que la educación y la cultura del país presenten índices tan malos. Son funcionales a los intereses estructurales de una fuerza de trabajo barata y de fácil reemplazo. Corresponden a intereses de clase.

Es también, aunque no lo quieran, un reconocimiento involuntario: que se encuentren más libros de izquierda que de derecha en un espacio como la Filgua significa que la producción literaria y académica, cuando es seria, cuestiona e interroga, no acepta el mundo tal como es, sino que a través de la pregunta permite ver otras posibilidades, discutir y disputar desigualdades, asimetrías e injusticias.

Existen imágenes de la lucha de clases que tienden a asociar esta a sus manifestaciones más claras, como los conflictos políticos declarados, o que las asocian a las luchas de los sectores subordinados (y que sirven para justificar el resentimiento de estos). Pero también se encuentra en lugares como la Filgua y los libros y en los intereses que se encuentran en juego.