Las deportaciones desde Estado Unidos siguen, en medio de COVID19, con poco control del MSPAS

Ismael Ajín, 23 años, acaba de tomar asiento en el bus militar que lo llevará de regreso a su casa, en Tecpán. Acaba de aterrizar en la pista de la Fuerza Aérea con un vuelo especial proveniente de Brownsville, Texas,  junto con otros 65 migrantes guatemaltecos detenidos. Es uno de los pocos que quiere contestar a unas pocas preguntas. Llevaba apenas 20 días de haber llegado a Estados Unidos y ni siquiera puede pronunciar de forma comprensible el nombre del lugar en el que acababa de instalarse.

Las informaciones sobre este vuelo especial de retornados, después de un par de días de haber sido suspendido el programa de repatriación forzadas desde Estados Unidos, es poca y confusa. Las condiciones del regreso de estas personas, tal como cualquier otra que cruce la línea fronteriza del país, ya no son una cuestión puramente migratoria. En época de coronavirus, tiene que ver con las medidas de seguridad adoptadas por el Ministerio de Salud para evitar la difusión del contagio viral.

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Un sucinto comunicado del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, única información oficial en todo el día, indicaba:

Los vuelos de guatemaltecos retornados se han reactivado de manera parcial. Se han establecido los protocolos sanitarios adecuados para su atención. El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social continúa realizando, de acuerdo a los protocolos establecidos, una evaluación completa para garantizar que ningún retornado padezca ninguno de los síntomas relacionados con el COVID-19 o coronavirus. Para el vuelo programado para el día de hoy, se recibieron finalmente 66 personas, las cuales están siendo movilizadas y puestas en cuarentena domiciliar preventiva, de acuerdo a los protocolos establecidos. Como suele suceder, a lo largo del proceso de repatriación que realizan tanto la Patrulla Fronteriza como el Servicio de Inmigración y Control Fronterizo (ICE), en ocasiones, suelen ser retirados del vuelo personas por diversas circunstancias, derivadas de procesos legales previos, u otras eventualidades que no posibiliten el retorno correspondiente. Como se ha informado, las autoridades estadounidenses han implementado una serie de revisiones sanitarias adicionales durante dicho proceso, tanto en la Patrulla Fronteriza como en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), así como previo a embarcar los aviones.

En realidad, los fugaces testimonios de los migrantes que subían al bus militar cubriéndose el rostro sembraban dudas al respecto: aseguraban haber sido sometidos a tres mediciones de temperatura, dos en Estados Unidos y una en Guatemala, como única medida de control.

En el bus militar directo al occidente del país, ningún migrante llevaba mascarilla. Y, viendo cómo dos migrantes residentes en la ciudad venían liberados y se marchaban corriendo hacia la calle vacía, surgía más de un cuestionamiento sobre la utilidad del protocolo de cuarentena domiciliar preventiva de los 66 recién deportados desde un país, Estados Unidos, en el que, según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud, hasta la fecha, hay 14.250 contagios oficiales.