Se trató de una edición muy especial, pues marcaba el 20 aniversario de un evento que rompió el hechizo del festival Avándaro (1971), conocido como el Woodstock mexicano y que además puso a México en el mapa de los grandes festivales de música.
Pude ver a través de Twitter todo lo que se estaba viviendo. Pero entre todo me impactó particularmente un tuit de la revista Marvin que decía «Marea verde en #VL2019 #AbortoLegalYa #MarvinLatino» y que mostraba la foto de una chica en el festival con pañuelos verdes que decían «#AbortoParaTodoMéxico».
Más allá de estar de acuerdo o no con el tema del aborto, me impactó la idea de cómo un espacio cultural de música y de convivencia es lo suficientemente abierto y receptivo para la verdadera manifestación joven.
He tenido la oportunidad de viajar a México y de asistir a festivales como el Corona Capital y el Vive Latino. Y aunque particularmente me han gustado más los carteles del Corona Capital, el Vive Latino tiene algo que supera a cualquier cartel o selección de artistas: tiene alma.
«El Vive es más raza que el Corona», dicen los locales. Y es verdad. El festival es mucho más diverso e incluyente que el Corona Capital no solo musicalmente, sino también temáticamente. En el Vive Latino ha habido organizaciones ecológicas, activistas, conferencias, cine independiente, experiencias formativas y hasta el Tianguis Cultural del Chopo, un mercado callejero sabatino famoso en la ciudad de México por ser punto de encuentro de culturas juveniles.
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Cuando estuve en el Vive, me pareció un espacio de tolerancia, de convivencia, de hermandad y, como dije antes, de manifestación joven con la música como eje central. Claro, ha tenido sus fallas y muchas veces el público no se ha comportado a la altura, pero, en general, el festival tiene una vibra de amistad donde todas las opiniones y expresiones son bienvenidas. Al menos así lo percibí cuando asistí.
Esto me hace cuestionar si tenemos algo así en Guatemala. ¿Existen festivales o eventos de gran asistencia que cedan espacios a la manifestación joven? ¿En qué espacios de convivencia se ventilan los problemas que vive la juventud del país? ¿En qué tipo de experiencias culturales la juventud puede conocer perspectivas sobre temas como medioambiente o sexualidad, por ejemplo? ¿Existen espacios para el encuentro de diferentes culturas juveniles? ¿Existe la posibilidad de una campaña pro aborto legal en el EMF, por ejemplo? ¿Dónde está la cultura joven?
Otras preguntas: ¿están interesados los activistas de temas relacionados con jóvenes en utilizar espacios en conciertos y en festivales?, ¿acaso los artistas que producen sus propios festivales no están interesados en temas juveniles?, ¿en qué creen las personas que organizan conciertos?, ¿acaso es imposible utilizar la cultura y la música popular como una herramienta para promover el pensamiento crítico?
No es obligación de los productores de festivales para jóvenes incluir algún tipo de expresión o manifestación en sus eventos, pero claro que les daría personalidad, les daría representatividad, los haría más genuinos. Y, más que una cerveza y un buen rato, le darían a su público algo en qué pensar. Y es así como se crean las experiencias inolvidables. Es así como se va ganando el alma. Larga vida al Vive Latino y a cualquier espacio abierto a la manifestación joven genuina.
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