Lancerio, quien dirigió el Ministerio de Cultura y Deportes durante la Administración del presidente Álvaro Colom (2008-2012), aceptó ante la jueza Perdomo, titular del juzgado Pluripersonal de Paz Penal, haber amenazado a Menchú, en el primer caso de este tipo en que se condena a un exalto funcionario en Guatemala.
La defensa del exfuncionario pidió la condena mínima de seis meses de prisión no conmutables establecida en la legislación penal de este país centroamericano.
En su fallo, Perdomo valoró la aceptación de la responsabilidad del exfuncionario y debido a que él mismo no cuenta con antecedentes penales, con la venia de la Fiscalía, accedió a "suspender" la pena, lo cual lo exime de ir a prisión y pagar las costas judiciales.
El exministro amenazó a Menchú, entonces reportera del diario elPeriódico, el pasado 7 de marzo, para evitar que publicara una investigación sobre las relaciones políticas del capitán retirado Byron Lima Oliva, condenado por el asesinato del obispo Juan Gerardi.
Según la Fiscalía, Lancerio le advirtió a la periodista que no continuara publicando informaciones sobre Lima Oliva, y que de lo contrario "se encomendara mucho a Dios para que no le pasara nada".
Menchú se manifestó "satisfecha" por el fallo condenatorio emitido por la jueza Perdomo y porque Lancerio haya aceptado públicamente su responsabilidad.
"Mi objetivo dentro de este proceso era que quedara constancia de lo que pasó. El hecho de que él (Lancerio) aceptara que me amenazó e intimidó, me deja satisfecha", indicó la reportera.
Menchú lamentó que ni las organizaciones de prensa del país ni "los grandes medios de comunicación" le acompañaron en su proceso ni publicaron la información relacionada con el juicio, a pesar de que "no era una batalla personal sino por la libertad de prensa y por el respeto al trabajo de los periodistas".
Además señaló que como consecuencia de las amenazas sufrió daños psicológicos que se manifiestan en "miedo" al ejercer su profesión.
Esta es la primera vez en la historia reciente de Guatemala que un exfuncionario se declara culpable de amenazar a una periodista por su trabajo profesional y que es condenado por ello.
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