«Ven a la Secretaría Ejecutiva de Conred como el mago que tiene todo debajo de la manga», María Ángela Leal Pineda, subsecretaria
«Ven a la Secretaría Ejecutiva de Conred como el mago que tiene todo debajo de la manga», María Ángela Leal Pineda, subsecretaria
La encargada de la gestión para la reducción de riesgo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) asegura que, por el momento, la institución está enfocada en dar respuesta a las emergencias ya que no cuentan con fondos para prevención. Los fenómenos naturales, impactados por el cambio climático, se combinan para hacer más evidentes las fallas en la planificación y orden en la construcción de viviendas y carreteras.
Plaza Pública ha narrado y retratado las vicisitudes de las comunidades afectadas por los fenómenos climáticos extremos de los últimos años. La soledad de quien ve inundada su propiedad repetidas veces, la impotencia de quien vio a su familia morir soterrada. Los testimonios de sobrevivientes que deben regresar a vivir a la zona de peligro, porque no tienen en dónde más asentarse. Guatemala es un país donde los eventos naturales se convierten en historias de desastres.
Estas tragedias no ocurren únicamente por la situación climática, sino porque, históricamente, el país no ha trabajado en un sistema que permita el uso del territorio con sostenibilidad ambiental. Actualmente, sólo siete municipios cuentan con Planes de Ordenamiento Territorial, un instrumento de obligatorio cumplimiento que debe surgir de las autoridades municipales, pero que para su ejecución es necesario el apoyo del gobierno central.
En esta entrevista, María Ángela Leal Pineda, una antropóloga que se volcó al estudio de la gestión del riesgo, explica que la Secretaría Ejecutiva de la Conred no tiene recursos financieros, ni humanos, para atender todas las necesidades del país. Es una institución que, asegura, perdió la visión de prevención. Por eso, ante las circunstancias climáticas actuales, lo que ocupa sus esfuerzos es la preparación para las emergencias. Y, en lo que resta del año, se prevé que haya muchas.
Cuando pensamos en la Conred, generalmente la asociamos a emergencias y desastres, pero ¿qué es gestión del riesgo?
Es entender qué significa vivir en un país con tanta riqueza natural y entender cómo hemos llegado a estar en un nivel de exposición tan alto, que nos pone en peligro ante todos los fenómenos naturales que se hacen presentes en este territorio. Lo que tenemos que hacer es trabajar para que, cuando esos fenómenos se dan, nos impacten de menor manera. Que reduzcamos el número de muertes, de pérdida de bienes y servicios, que las personas logren sobreponerse más rápido al impacto de un evento.
Guatemala es un país que enfrenta diferentes riesgos. ¿Cuáles son los que ustedes han identificado y que les preocupan?
Tenemos una confluencia de tres placas tectónicas, que nos hace ser muy susceptibles a cualquier sismo. El problema es cuando el sismo es muy grande, porque hemos construido en lugares en donde no deberíamos, con materiales que no son los adecuados y, de alguna manera, no hemos hecho un ordenamiento territorial. No hacemos estudios de suelo para ver qué obras de mitigación deberíamos de estar contemplando, ni cómo deberían de ser los cimientos de nuestras viviendas y de toda la infraestructura para que sean sismorresistentes. En otros temas, lo más evidente es el impacto del cambio climático, que ha hecho que fenómenos naturales como el Niño y la Niña se intensifiquen. Este año fuimos testigos de lo que esto significa.
(El Niño y la Niña son dos fenómenos naturales. Con el primero se observa la elevación de la temperatura y hay distorsiones entre sequías y lluvias, con la Niña ocurren lluvias extremas).
Porque no llovió en mayo, como se esperaba
La etapa seca fue muy prolongada y propició que se dieran los incendios que tuvimos este año. En muchos hubo mano criminal, pero en otros fue porque las personas no contemplaron el nivel de calor que había y las rozas (quema de la vegetación en un área de tierra previo al proceso de cultivo) salieron de control. Ahí hay un efecto claro del cambio climático. Y, cuando empezaron las lluvias, en muy pocos días tuvimos una gran cantidad de precipitaciones, con el efecto de que hubo muchas inundaciones. Lo que pasó con el huracán Beryl tiene sorprendidos a los científicos, porque en muy poco tiempo se fortaleció y llegó a categoría 5, algo que generalmente pasa en la segunda fase de la temporada de lluvias. Este año no se dio así y eso se considera efecto del cambio climático.
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De los eventos climáticos que hemos tenido de los años 2020 a 2024, ¿cuáles son los que más han llamado su atención porque se han intensificado por el cambio climático?
Eta e Iota (las devastadoras tormentas de finales de 2020) se dieron en un periodo de la Niña. Lo que vimos fue cómo impactaron en zonas que están muy degradadas, que son muy débiles, en donde la población se ha ido asentando sin contemplar y sin considerar que el río puede desbordarse o la montaña puede deslizarse. Eso es lo que más nos llama la atención, cómo ese crecimiento poblacional y la expansión de la población en el territorio no se hace de una forma ordenada, ni contemplando o considerando cuáles son los patrones del entorno de ese ambiente en el que se va a vivir.
¿Hay algunos puntos geográficos que preocupen más?
En nuestra mente está el mapa en su totalidad. El nivel de exposición de la población ha aumentado muchísimo, porque incluso las carreteras y caminos se han hecho sin tomar en consideración las medidas de mitigación. Han dado permiso para construcción de vivienda en áreas inadecuadas.
Hay poblaciones que le tienen miedo a la lluvia, porque saben que es sinónimo de desastre. ¿Cuán preparados estamos hoy para atender los desastres provocados por esa falta de planificación?
Creo que caemos en el círculo vicioso que hemos tenido durante los últimos 20 o 30 años. Seguimos pensando más en el desastre que en prevenir el desastre o en disminuirlo. Las poblaciones se asustan mucho y se paralizan por el miedo, en lugar de pensar qué es lo que deberíamos de estar haciendo para que no nos pegue (impacte) igual. Creo que tenemos una deuda con la población y la población tiene una deuda consigo misma, porque no ha logrado visualizar que en sus manos está el poder hacer un cambio. Un cambio para dejar a las próximas generaciones una visión distinta de esa relación con el territorio.
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¿Y qué pasa en el caso de las zonas vulnerables, esas donde las personas llevan muchos años en medio de estas dificultades?
Nos pasa lo mismo. O sea, ya sé que se inunda, pero sigo construyendo de la misma manera. Hay un fenómeno muy interesante, sobre todo, por el tema de las migraciones. En el área donde hay deslizamiento o donde hay inundaciones, lo que usted ve es que quien ha migrado envía remesas para construir viviendas, pero no toma en consideración cuáles son las características del territorio. (Esto se debe a que las municipalidades autorizan este tipo de construcciones o no las regulan) ¿Cómo se debería construir en la costa sur y en las áreas bajas, donde se inunda? Así como se construía antaño, sobre pilotes. Esa práctica se dejó porque la modernidad y la migración nos trajo modelos de vivienda de otros países. Ahí tenemos la fórmula ideal para que perdamos nuestros bienes.
¿Cuál es la solución? ¿Que las personas cambien el modelo de construcción o que ya no vivan en esos sectores que son vulnerables?
Que cambien el modelo de construcción. Que aprendamos a vivir en esas áreas, porque el gran problema es que hemos crecido mucho poblacionalmente y hay cada vez menos áreas para poder vivir. Necesitamos entender cómo funciona la naturaleza para operar con ella.
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En Guatemala hemos tenido varios eventos naturales fuertes. Un terremoto en 2012, tormentas constantes desde el año 2020. ¿Estamos preparados, desde la institucionalidad, para atender esas emergencias o para evitar que sucedan otras tragedias?
Para atenderlas sí, porque el guatemalteco es sumamente ingenioso, creativo y solidario. El Sistema Conred opera, el voluntariado opera, las personas se vuelcan al más necesitado para poder apoyar y logramos atender la emergencia. El problema es que, una vez pasa la emergencia, volvemos al mismo patrón. Hay personas que no se pueden ir, entonces veamos cómo podemos elevar su vivienda o cómo podemos tener un sistema de alerta temprana que le indique que se va a inundar, para que usted y su familia puedan trasladarse en lo que el agua vuelve a su nivel. Esa sería una medida de prevención. Pero ¿cuándo se va a inundar? Como no lo sabemos, deberíamos de tener un sistema de alerta temprana que nos permita saber. Si está lloviendo mucho en la cuenca alta, obviamente, en media hora esa agua va a llegar a mi lugar. Deberíamos estar organizados por cuencas, para que el de arriba pueda avisar al de abajo que allá va el agua.
¿Cómo estamos en ese nivel de organización? ¿Existe? Tengo entendido que no tenemos Coordinadoras Locales para la Reducción de Desastres en todo el país.
No tenemos en todo el país, pero esa es nuestra meta.
(Las Coordinadoras Locales funcionan en las comunidades y la Conred debe capacitarlas para que puedan actuar antes y durante la emergencia. Actualmente hay 501 organizadas a nivel nacional).
¿Qué hay institucionalmente en gestión de riesgo? ¿Qué encontró cuando usted tomó el puesto?
Mucho desorden. Mucha confusión en los términos y en lo que significa la reducción de riesgo de desastres, en lo que significa el negociar e incidir para lograr cambios. Mucha confusión en cuanto a prevenir, porque ¿para qué?, si no nos sirve.
¿En la Conred había esa visión?
Sí. De hecho, usted lo puede ver. Esto es información pública. El peso mayor del presupuesto de Conred lo tiene la respuesta, el estar preparados para responder.
No para prevenir
No lo tiene el tema de prevención, no lo tiene el tema de mitigación, no lo tiene el tema de recuperar con transformación. Solo ahí se da cuenta de que la misma institución también responde a una forma de pensar de la sociedad completa.
(Conred tiene 105 millones asignados, de los cuales 10 millones son del Fondo de Emergencia. La subsecretaria asegura que el 15% del presupuesto está asignado a la gestión del riesgo)
¿Cuál es el plan que tienen para cambiar ese sistema?
Desde el momento en que entramos buscamos hacer cambios. Por eso, ahora nuestro eslogan es “prevenir es tarea de todos”. Hay un cambio en la visión y también (trabajamos) en rescatar muchas de las acciones y de las líneas que se fueron perdiendo a lo largo de los años. Esto no es exclusivo de Conred (pasa en otras instituciones), sin embargo, en nosotros se evidencia muy rápidamente cuando tenemos eventos como los que estamos pasando ahora, debido a las lluvias.
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¿Cuál es el plan que tienen para implementar la prevención?
Desde el Plan Estratégico Institucional estamos haciendo cambios significativos para que los planes operativos se vean reflejados y que cada una de las direcciones logre posicionarse y cumpla con su función. Que las direcciones que tienen que incidir en los tomadores de decisión hagan su trabajo y las que deben atender las comunidades lleguen a las comunidades.
¿Significa que necesita más personal para cumplir con esas tareas?
Necesitamos más personal y más presupuesto.
¿Y qué se puede hacer con el presupuesto actual?
Este año estamos fortaleciendo el nivel territorial, contratando personal para que haga la labor con los tomadores de decisión que son los alcaldes, las corporaciones municipales y los gobernadores y decirles cómo deben funcionar. Al mismo tiempo, estamos fortaleciendo todo el tema de las coordinadoras locales, para que puedan estar enterados de qué es lo que deberían de estar haciendo y fortaleciendo las áreas de investigación, los sistemas de información geográfica para que sean más exactos y tengamos mejor información de qué es lo que está pasando en el territorio. Eso ya se ve reflejado en el anteproyecto de presupuesto, que esperamos que el Congreso de la República nos apruebe (para 2025).
¿Cuánto personal operativo encontró en la subsecretaría?
Orgánicamente estamos divididos en dos subsecretarías. Una que maneja todos los temas administrativos y otra que maneja todos los temas sustantivos. Yo tengo a mi cargo la Dirección de Respuesta y la Dirección de Sistema de Comando de Incidentes, que es la operativa, que son los que salen a campo. Por ejemplo, con los incendios que tuvimos este año, resulta que nosotros tendríamos que tener un mínimo de mil bomberos forestales y nos encontramos con que no teníamos ni siquiera 130. Ahorita tenemos 200 bomberos forestales y para el próximo año tenemos que llegar a 500 que, ni siquiera, es la cantidad ideal. A pesar de que el presupuesto está orientado hacia la respuesta y hacia la parte operativa, de todas formas, el presupuesto es poco para lo que el país requiere. También tenemos que empezar a atender las otras áreas (como la prevención) y eso nos va a tomar un poco más de tiempo.
¿Cuánto tiempo?
Esperamos que al cuarto año de esta administración hayamos logrado dejar establecidas las bases para que esto siga fortaleciéndose en todas las áreas.
¿De quién depende que la prevención funcione bien?
Depende de todos, pero más que nada de quienes tenemos a cargo el liderazgo de la coordinación de estos temas. Si al interior de la misma Secretaría Ejecutiva de Conred el personal no lo tiene claro, lo que va a ir a replicar no es bueno. Entonces, estamos empezando con todo el personal.
¿Significa que la tuerca clave es la Conred?
La Secretaría Ejecutiva de Conred, porque Conred somos todos. Cuando hablamos de Conred, según la ley, son todas las instituciones gubernamentales, no gubernamentales, de la sociedad civil, del sector privado que se encuentra organizado, los distintos gremios y cada uno tiene una función que cumplir. La Secretaría Ejecutiva hace que todo el sistema funcione.
Ahora mismo, ¿en qué está trabajando la Secretaría para hacer llegar la información a las comunidades? ¿Cuáles son las acciones palpables en estos seis meses de gestión?
Lo que hemos hecho es una revisión de las Coordinadoras Locales para la Prevención de Desastres que están establecidas, para que puedan dar respuesta. Obviamente, ahorita no nos podemos meter al tema de prevención. También (trabajamos) con las corporaciones municipales. Estamos retomando el trabajo con niños y niñas. Inicialmente, el tema es que cuenten con su coordinadora local, municipal y departamental, para que sepan qué hacer en el momento de la impactación (sic) de un evento. Detrás vamos trabajando en los análisis de riesgo a nivel comunitario. Que las poblaciones identifiquen qué les pasó, cómo van a prepararse, cómo pueden prevenir, qué acciones van a tomar. Ese es el enfoque ahorita.
Plaza Pública ha realizado varios reportajes del área del Polochic, en el municipio de Panzós. Ahí nos encontramos con comunidades que padecen por inundaciones todos los años. Para el alcalde, una forma de atender la emergencia es tener lanchas para sacar a las poblaciones que quedan atrapadas por el desbordamiento del río. ¿La Conred puede apoyar con esto?
Tenemos que evaluar para ver cómo podemos suplir esa parte, porque pareciera como que la Secretaría Ejecutiva de Conred es el mago que tiene todo debajo de la manga y entonces va a poder suplirlo todo y no es así. Tenemos recursos limitados. Sería ideal tener lanchas en todas las áreas que se inundan, pero ¿las deberíamos de dar nosotros o el propio alcalde debería de estar pensando en incluirlo dentro del presupuesto de la alcaldía o dentro de los proyectos que presentan a Segeplan? Lo que pasa es que las necesidades son muchas en estas comunidades.
Ese sector es uno de los más pobres del país
Ese y muchos otros. La pobreza está extendida en muchos lugares. Por ejemplo, cuando vemos lo que pasó en Pastores, Sacatepéquez, (a inicios de julio un derrumbe en una zona montañosa que está habitada dejó a dos niñas fallecidas y a 150 personas en riesgo), uno se pregunta cómo es posible que la gente esté viviendo ahí. Muchos no tienen acceso a otro espacio para vivienda y entonces lo pierden todo y ¿qué hacemos?
Eso me recuerda que después de las tormentas Eta e Iota, el gobierno de Alejandro Giammattei ofreció construir viviendas, pero no cumplieron.
Tenemos que plantearnos las cosas de una forma diferente, porque si no, no vamos a poder apoyarlos a todos. ¿Qué pasa con los alcaldes de las áreas donde se inunda y que están esperando que llegue Conred? Señores alcaldes, ustedes son Conred. Tienen que ponerse a trabajar desde ya. A nosotros nos encantaría que, cuando están en campaña, en sus ofrecimientos estuviera el de trabajar en reducir el riesgo de desastres. No deberían esperar a que alguien externo llegue a solucionar el problema.
Claro, pero, por ejemplo, en el caso del río Polochic o el de la Costa Sur, siempre se ha pensado en que el dragado de un río o construir bordas o gaviones son la forma de solucionar el problema. Pero no hay recursos locales que alcancen para ejecutar ese trabajo.
Ni nacionales, porque tampoco lo tienen el Ministerio de Comunicaciones ni el Ministerio de la Defensa, ni lo tenemos nosotros como Secretaría Ejecutiva. La iniciativa privada en algunos lugares apoya haciendo esto. En la costa sur hay apoyo para realizar el dragado de ríos.
Esa es nuestra situación actual, pero ¿cuál sería lo ideal?
Lo ideal sería trabajar entre todos. Si un dragado es muy costoso deberíamos de estar trabajando con la iniciativa privada y con los sectores que tienen la capacidad para poder pagar esto y que pudieran hacerlo en conjunto. Y que la comunidad cuidara de su entorno. Porque el gran problema que tenemos es que cuenca arriba se está talando el árbol y esa tala provoca que se azolve el río en la cuenca baja.
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Aunque la tala no solo ocurre a nivel de las comunidades, hay otra, más considerable, en donde hay poderes ilícitos involucrados.
Sí, pero deberíamos tener mayor conciencia y hacer las denuncias respectivas. El problema es que hay mucha impunidad, por eso le digo que (el problema actual) es una deuda de desarrollo y aquí todos los poderes del Estado tienen algo que ver. Los señores diputados deberían de estar legislando para darle garras a la institución que tiene la competencia para sancionar a quien está generando el daño. Porque si al grande no le hacen nada, ¿qué le pueden decir al pequeño? Si no logramos que todos tengan la conciencia de que tienen que cumplir su función, vamos a tener que seguir gastando en la atención de emergencias y no invirtiendo en el desarrollo.
¿Si hay tanta necesidad y poca capacidad, cómo pueden hacer las comunidades con sus problemáticas?
Quien eleva la voz primero es quien logra (ser atendido), a veces. Y tanto va el agua al cántaro que al fin se rompe, dice el dicho. Si la población se organiza y a través de sus autoridades lo eleva al al Cocode (Consejo Comunitario de Desarrollo, donde participan los habitantes de una comunidad) y del Cocode pasa al Comude (Consejo Municipal de Desarrollo) y de ahí al Codede (Consejo Departamental), puede llegar, incluso, al Conadur (Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural) y entonces buscar fondos para que esa comunidad sea atendida. Lo que pasa es que no conocemos la ruta. Es a través de ese mecanismo que se pueden conseguir los fondos y realizar las obras que requieren. No son obras para ganar votos, sino para salvar vidas y bienes.
(El Sistema de Consejos de Desarrollo se organiza por niveles y se integra por los consejos locales, municipales, departamentales, regionales y nacionales con el objeto de participar del proceso de planificación del desarrollo).
¿Qué le diría a las autoridades locales que saben en dónde puede ocurrir un desastre?
Si ya saben dónde se va a dar, que se acerquen a los delegados de la Secretaría Ejecutiva y pidan orientación. Si sabe qué hacer, pero no tiene los recursos, que pida la ayuda adecuada al sistema de Consejos de Desarrollo. Tal vez no va a funcionar para esta temporada de lluvias, pero sí para el siguiente año.
¿Qué previsiones tienen para lo que resta de la temporada de lluvias?
Nosotros estamos preocupados. Vamos a tener muchas áreas inundadas y muchos deslizamientos. Hay áreas, como Jutiapa, que nunca se habían inundado y ahora tuvieron ese problema. Estamos coordinando con los alcaldes para tomar las medidas necesarias.
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