Una década de violencia
Una década de violencia
Se reconoce que el departamento más violento del país es el departamento de Guatemala. Sin embargo, ¿qué tanto más violento es que el resto del país? ¿Existen diferencias de acuerdo a los distintos hechos de violencia como homicidios, robos, violencia intrafamiliar, etc.? ¿Cómo se explican las diferencias relativas?
En este artículo se hace una comparación entre el departamento de Guatemala y el resto del país respecto a las cifras de violencia reportadas por la Policía Nacional Civil. Resulta claro que comprender el fenómeno y realizar acciones de prevención y combate a la violencia requiere de análisis mucho más finos: a nivel de municipios y de lugares poblados.[1] Sin embargo, en este caso es posible mostrar la importancia del departamento de Guatemala frente al resto del país, lo que puede ayudar a comprender ciertas tendencias existentes en el fenómeno.
Guatemala es el departamento que tiene la mayor cantidad de población, sin embargo, durante el período a examinar, su importancia poblacional ha disminuido muy ligeramente. De tener un 22.43% de la población del país en el 2001, pasa a tener un 21.45% en el año 2011 (según proyecciones del INE). Para simplificar la comprensión, se puede considerar que el departamento de Guatemala posee, aproximadamente, un quinto del total de la población del país.
Ahora bien, al examinar los índices delincuenciales disponibles, este departamento acumula la mitad de delitos registrados en el período a examinar en todo el país. A continuación se presenta el total de delitos registrados por la PNC en el país y en el departamento de Guatemala.
Como se advierte, del total de delitos reportados por la PNC en los últimos doce años, el 51% ocurrieron en el departamento de Guatemala. Sin embargo, mientras que el total de delitos en el país tiene un incremento del 17.22% (aunque presenta dos picos: 2003-2004 y 2009-2010 y hay cierta reducción en 2011 y 2012), los delitos reportados en el departamento disminuyen en un 12.96%, por lo que se evidencia la tendencia a que los delitos registrados en el país suben, pero disminuye la variación en el departamento.
De hecho, de representar casi el 60% de delitos reportados (61% en 2002), se reduce a un poco menos de la mitad del total (44% en 2012). Esto representa una reducción del peso del departamento de catorce puntos porcentuales.
¿Qué explicación se puede dar a esta disminución porcentual de delitos en el departamento? O una pregunta equivalente: ¿cómo se explica el aumento en el resto del país? La dificultad para dar una respuesta exacta se encuentra en el tema del subregistro o “cifra negra” de la violencia.Es decir, de la cantidad de delitos que no se reportan a ninguna institución oficial. Esto es un problema general: no se conoce el cien por ciento de delitos que ocurren en un país. Sin embargo, los estudios disponibles (Violencia en Guatemala. Estudio estadístico en 5 departamentos, elaborado por la ODHAG en 2011, y el Informe estadístico de la violencia en Guatemala, publicado por el PNUD en 2007) apuntan a que más de dos terceras partes de los hechos de violencia no llegan a denunciarse en ninguna institución.
Estos datos revelan que, en efecto, han existido cambios en la distribución geográfica de hechos de violencia, pero también puede que revelen ciertas mejoras en el registro de delitos en el interior, lo que contribuye a mostrar esta redistribución.
Cuando se examina el porcentaje por tipo de delito, se aprecia que las cifras reportadas en el departamento de Guatemala respecto al resto del país varían significativamente. Los datos que se tienen son los siguientes:
El porcentaje de delitos reportados en el departamento de Guatemala presenta variaciones muy significativas. Los dos extremos se encuentran en el tema de delitos contra la propiedad (casi dos de cada tres delitos de este tipo se reportan en el departamento) y en el tema de violencia intrafamiliar, en el que la proporción baja a uno de cada cinco (y que se corresponde al porcentaje poblacional del departamento frente al total del país, es decir, alrededor del 20%).
Una primera explicación al alto porcentaje de delitos contra la propiedad concentrados en el departamento de Guatemala es que, en efecto, es donde más suceden y más se reportan dicho tipo de delitos. En tanto que en el resto del país hay menos robos y menos reporte de robos (lejanía o dificultad para acceder a las instancias de denuncia, robos de menor cuantía, etc.).
Pero además, el robo puede estar más ligado a ciertas características de lo urbano, incluyendo concentración de mayor riqueza, mayor desigualdad percibida, etc. En el fondo, características de un proceso de crecimiento urbano desordenado, en el que confluyen elementos políticos como la falta de regulación y planificación, los efectos de un desarrollo económico muy desigual y aspectos culturales como la exacerbada apelación al consumo y al “éxito individual” que tienen mayor impacto en este espacio que en lo rural y que motivan el comportamiento delincuencial.
Si se examina el comportamiento de robo de vehículos (que tiene mejor registro frente a otro tipo de robos), se agudiza esta tendencia:
Como se advierte, el peso porcentual del departamento de Guatemala frente al resto del país en este tipo de delitos es todavía mayor: 75%, es decir, tres de cada cuatro robos de vehículos se ha producido en el departamento de Guatemala. No obstante, también se advierte que la importancia del departamento ha disminuido frente al resto del país. En el período, pasa del 76% al 66%, con picos del 80% en 2002-2004.
El comportamiento de este delito, que tiene un mejor registro que otros, parece indicar que existen cambios en la estructura criminal del país, tanto a nivel temporal como a nivel espacial. En términos generales, ha existido cierto traslado de esta actividad criminal al resto del país.[2]
Otro aspecto significativo que se advierte en la gráfica 1 es que los hechos de violencia intrafamiliar tienen un porcentaje comparativamente bajo frente a los otros delitos. Aquí hay que considerar, de nuevo, el problema del subregistro que viene de las dificultades de denuncia de este tipo de hechos.
Con la precaución debida, el comportamiento que presenta la policía es la “punta del iceberg” que indica lo que está pasando y puede apuntar a que, en efecto, la violencia intrafamiliar presenta otras motivaciones y otro comportamiento geográfico que hace que su peso, en este caso, sea más importante en el resto del país.
Además, se puede señalar que el otro porcentaje más bajo es el relativo a las violaciones. Si bien este es otro delito que puede presentar un subregistro muy grande y que tiene un peso porcentual más cercano al de homicidios, puede ser un indicador de que cierta violencia originada en aspectos como la configuración machista y patriarcal de la sociedad guatemalteca, sea relativamente más dura en el resto del país que en el departamento de Guatemala. Por supuesto que esta posibilidad está sujeta a comprobación o refutación en estudios específicos sobre el tema.
Por otra parte, hay que señalar un hecho muy importante y poco conocido. Tomando en cuenta las estadísticas de la propia PNC, de cada cien denuncias por este tipo de hecho, se producen más de 90 capturas, lo que significa el porcentaje más alto de capturas por un delito particular de la PNC. Sin embargo, este dato no es muy conocido, por lo que no se ha constituido como un factor disuasivo.
En el caso de homicidios y secuestros, la proporción es bastante similar. Casi dos de cada cinco de estos delitos se ha reportado en el departamento de Guatemala. Mientras que el reporte de lesionados tiene una proporción cercana a uno y uno de acuerdo a la división hecha.
Debido al mejor registro, se pueden comparar las tasas de homicidios d el país frente a las del departamento de Guatemala en el período 2001-2011.
Por una parte, se debe advertir que hay un crecimiento de homicidios que llega hasta 2009, aunque el pico más alto en el resto del país se encuentra en 2008. Posteriormente, se produce una reducción respecto al 2009 del 20.67%, llegando a una cifra de 5,155 homicidios y una tasa nacional de 34.19 por 100,000 en el año 2012.
Estos índices muestran que el departamento de Guatemala es uno de los más violentos en relación a la violencia homicida. No sólo concentra casi el 40% de los homicidios registrados en el período, sino que sus tasas de homicidios oscilan entre dos y dos veces y media más que las del resto del país en cada año en el que se compara.[3]
Como se advierte, la variación del peso porcentual en el período es relativamente pequeño (aproximadamente de 3%), aunque hay una diferencia de casi 10 puntos entre el año más bajo (2001) y el año más alto (2003). Explicar estos datos requiere un examen más específico respecto a las acciones institucionales y los cambios en las organizaciones criminales.
Con esto se puede concluir que, aunque todavía es necesario hacer análisis más finos de las cifras de delitos, es evidente que el fenómeno de la violencia tiende a concentrarse significativamente en el departamento de Guatemala. Sin embargo, se presentan dos tendencias interesantes. La primera es la reducción del peso relativo del departamento (que no ocurre en el caso de homicidios) y la segunda es la distinta proporción que presentan los distintos hechos de violencia.
[1] Los hechos de violencia tienden a concentrarse en las cabeceras departamentales y en ciertos sectores específicos de cada una de ellas. El ejemplo más evidente es el propio departamento de Guatemala. Hay zonas rojas y zonas relativamente libres de delitos.
[2] Además, se advierte que el comportamiento de este delito presenta variaciones importantes. Por ejemplo, el año 2003 representa el pico de robos (un aumento del 20% respecto al primer año), baja a su punto mínimo en 2007 y sufre otro incremento hasta el 2011. Si se compara el final con el inicio del período, existió una reducción del 6% a nivel del país y del 18% a nivel del departamento de Guatemala.
[3] Otro dato interesante para el análisis es que el municipio de Guatemala concentra la mitad de los homicidios ocurridos en el período. Esto significa que en este municipio, que tiene un poco menos de la tercera parte de habitantes del departamento (aproximadamente un millón) se concentra el 20% de homicidios a nivel nacional. Es un dato verdaderamente alarmante.
Nota de edición: Por solicitud del autor, atendiendo a la corrección de Carlos Mendoza, se sustituyó esta idea: "Estos números muestran consistentemente que el departamento de Guatemala presenta en la década índices de violencia homicida más altos que los del resto del país"; con esta otra: "Estos índices muestran que el departamento de Guatemala es uno de los más violentos en relación a la violencia homicida."