Cinco rollos de papel higiénico y heredar la plaza a los hijos: los sindicatos y su poder en el gobierno
Cinco rollos de papel higiénico y heredar la plaza a los hijos: los sindicatos y su poder en el gobierno
En el país hay 618 sindicatos inscritos, aunque fueron creados con el fin de proteger a los trabajadores, muchos han caído en abusos que reflejan que, más allá de cumplir con su objetivo, puede ser el medio para controlar instituciones del Estado.
A principios de agosto de este año, el presidente de la República, Alejandro Giammattei firmó varios acuerdos de reforma de escala y promoción salaria a favor de los trabajadores de la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ) y Portuaria Santo Tomás de Castilla (Empornac). El presidente de la Junta Directiva de Empornac, Francisco Pineda, manifestó que además del reajuste salarial, el pacto colectivo suscrito con el mandatario ordena emplear a hijos de jubilados por lo que tendrán prioridad para ingresar a la portuaria.
Este beneficio se une a otras cláusulas obligatorias que tiene Empornac hacia sus trabajadores, entre estas, entregar cada fin de año regalos navideños para los empleados y sus hijos. Beneficios similares tienen quienes laboran en la EPQ que van desde poder heredar sus puestos hasta recibir cinco rollos de papel higiénico al mes.
Los sindicatos pueden conseguir lo que se propongan. La historia lo ha mostrado. Aunque no siempre esos triunfos son en beneficio del país y hay varios casos que han terminado en abusos. ¿Qué poder realmente tienen los sindicatos? ¿son un beneficio o una piedra en el zapato para el desarrollo del país?
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Para el abogado laboralista, Rafael Sánchez, el desarrollo sindical no ha alcanzado niveles tan altos como para tener incidencia en cuestiones económicas, sociales o políticas. «Se hacen comentarios negativos de los sindicatos y más allá que puedan existir situaciones específicas, los sindicatos son una expresión en la parte jurídica y uno de los derechos fundamentales, no solo son organizaciones como se pintan», opina.
La Fundación Libertad y Desarrollo, por el contrario, señala que, pese a que la Constitución y las leyes del país protegen la libertad sindical y la negociación colectiva, estas han sido utilizadas para obtener beneficios que atentan contra las finanzas del Estado, la calidad y la cobertura de los servicios públicos.
El Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), en 2014, en su informe «La Amenaza de los Pactos Colectivos en el Sector Público» señala que estos temas ponen en riesgo la gestión del recurso humano del Estado y de las finanzas para la obtención de resultados.
Para Francisco Quezada, analista del CIEN, se dan abusos totales, no solo en cuestiones económicas, también obtienen permisos para ausentarse de sus labores, tiempo completo a la actividad sindical, dietas para que se movilicen, oficias, y en algunos casos, canastas navideñas y obsequios costosos. Por su parte Sánchez agrega que los sindicatos deben ser autónomos y estar en la línea que les corresponde «si hay que hablar y negociar con el mismo presidente pues hay que hacerlo», un consejo que ya ha aplicado por ejemplo el Sindicato de Trabajadores del Congreso de la Repúblico, que negoció de forma irregular plazas y ascensos que tendrán un costo anual en el presupuesto de este organismo de alrededor de Q1.4 millones.
A finales de 2021, el Sindicato de Trabajadores del Congreso de la República (Sintracor) negoció para 104 personas, agremiados a su sindicato, en donde obtuvieron plazas con prestaciones y aumentos salariales sin cumplir con los procesos de contratación marcados en la ley interna de este organismo. La denunciante, Xiomara Conde, secretaria general del Sindicato de Trabajadores del Organismo Legislativo (Stol) indicó en su denuncia que, durante la administración de Allan Rodríguez, como presidente del Legislativo promovió contrataciones y aumentos en los dos años (2020 y 2021) que estuvo al frente.
Carlos Lunch, exdirigente sindical de la empresa Coca Cola, replantea la pregunta al cuestionarle casos concretos como el de las portuarias o el Congreso «¿Cuánto debe de obtener de ganancia un empresario? ¿quién le dice que está obteniendo demasiado? Entonces, ¿porque se critica un trabajador cuando pide un salario?».
Adolfo Lacs, Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Banco de Guatemala, puntualiza que el objeto primordial de los sindicatos es su representación durante las negociaciones laborales y de contratos colectivos. Manifiesta que los sindicatos se encargan de vigilar el cumplimiento de las leyes de trabajo y del pacto colectivo, supervisión y defensa de las condiciones de seguridad laboral, así como mejorar el nivel de empleo de trabajadores públicos.
Lacs afirma que el trabajo de los sindicatos se ve reflejado, por ejemplo, cuando piden incremento salarial mínimo. Puntualiza que el crecimiento de los sindicatos ha sido gradual y se replicó de las asociaciones más fuertes, porque vieron que estas obtenían mejores ventajas.
«Los sindicatos en el sector público buscan mejorar las condiciones laborales, pero existe una desigualdad entre los mismos empleados del sector público», comenta Quezada al ejemplificar casos como el de una secretaria del Congreso que gana Q53,791.78 con una secretaria asignada al despacho del ministro de Comunicaciones con un salario de Q4,216.00. «Conforme el tiempo terminaron en lo que son ahora, organizaciones que se acomodaron en el Estado sin hacer oposición política o social a los problemas de la nación».
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Historia sindical
Durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera, los sindicatos eran llamados Asociaciones Mutualistas, integradas por gremios de zapateros, albañiles, panificadores, sastres, entre otros, debido al modelo de producción de esa época.
Diversos ensayos colocan como primera etapa del sindicalismo en Guatemala la década de 1920-1930, con la participación de las masas proletarias de grandes compañías, las cuales superaron el carácter mutualista, constituyéndose en los primeros sindicatos reivindicativos y con firmeza de la lucha de clases. En este período es cuando surge la famosa huelga de obreros de la fábrica Cementos Novella, en la que se discutió con los empresarios sobre las exigencias obreras, lo cual molestó al gobierno de Ubico que terminó por liquidar a todos los sindicatos.
Sin embargo, con la Revolución de 1944, aparecen de nuevo las asociaciones gremiales de trabajadores, las que tuvieron mayor auge durante esa época fueron los sindicatos del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), Banco de Guatemala y de las Bananeras de Izabal. «El sindicalismo resurge durante el período que comprendió la Revolución de Octubre, durante el cual se promulgó el Código de Trabajo, promovido principalmente por las organizaciones», detalla Juan Francisco Mendoza en su informe Antecedentes y Perspectivas Económicas Sociales de los Sindicatos en Guatemala.
Lacs describe que a partir de la llegada de los gobiernos revolucionarios (Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz Guzmán) los sindicatos comenzaron a tener más activismo en la esfera social guatemalteca; con la contra revolución en 1954 de nuevo fueron liquidados y la mayoría de sus líderes migraron hacia otros países; ya por el año de 1965 se reactivan de nuevo, aunque con una prohibición, el sector público con excepción de las entidades autónomas no podían conformar sindicatos, únicamente tenían derecho a presentar ante los patronos pliegos de petición.
Para el año de 1985, con la nueva Constitución Política de la República de Guatemala, se permite que los tres poderes del Estado creen sus propios sindicatos y con ello inicia una nueva etapa de los gremios de trabajadores.
Mendoza agrega en su informe que un parteaguas importante entre lo que fue represión del movimiento durante los años 70 y 80, y el período democrático fue la consolidación del sindicato de la Coca Cola, el cual fortaleció la lucha sindical que vino después. El objetivo principal fue «el respeto a la dignidad de la persona y que no se le tome como una cosa», refiere Carlos Luch, ex secretario general del Sindicato de Trabajadores de Embotelladora Central, S.A.
Para Lacs, con la firma de los Acuerdos de Paz (1996) se inicia una nueva era para el sindicalismo en el país, ya que aumentaron el número de organizaciones. Luch, señala este período como un antes y un después, «lo que tuvimos fue un poco más de libertad», puntualiza.
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Joviel, caso emblema
Joviel Acevedo es quizá la figura más notable del sindicalismo en Guatemala. Lograr, durante el gobierno de Álvaro Colom, que se firmara el primer pacto colectivo le valió ser reconocido como el máximo líder del movimiento, negociación que la exministra de Educación, durante el gobierno de Oscar Berger, María del Carmen Aceña, ha calificado como «un gran tropiezo para la educación», porque los aumentos y ascensos no se otorgan por capacidad, sino por decisiones de la dirigencia sindical.
El Ministerio de Educación (Mineduc) es la entidad que más organizaciones inscritas tiene en la cartera de Trabajo, el Sindicato de Trabajadores de la Educación (S.T.E.G.) es uno de los 47 existentes dentro de la entidad ministerial. Este movimiento es coordinado por Joviel Acevedo y se define según su página de Facebook como «una organización sindical al servicio del gremio magisterial y del pueblo de Guatemala, en general nos sobran razones para luchar y vencer» la cual tiene inscritos 78 mil 422 afiliados.
La última homologación del Pacto Colectivo de Condiciones de Trabajo suscrito entre el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de Guatemala (S.T.E.G.) dirigido por Joviel Acevedo, se comenzó a negociar en secreto a finales del año pasado. Las autoridades de la cartera Educativa dijeron en su momento que las instrucciones del Sindicato era que todo el tema fuera manejado con confidencialidad y que cualquier duda se les tendría que consultar a ellos.
¿Pero que contiene el pacto colectivo que tiene una vigencia de dos años? habla de la inamovilidad laboral de los dirigentes sindicales; el descuento que el Mineduc deducirá del salario de los trabajadores afiliados a los Sindicatos, el cual por medio de transferencia serán trasladadas a los respectivos movimientos sindicales; licencia de goce de salario hasta por un mes para participar en cursillos, seminarios, talleres, congresos y otras actividades de carácter sindical o gremial; licencias a tiempo completo para ejercer la actividad sindical; licencias con goce de salario y asuetos; la obligación del Ministerio en realizar procesos de convocatoria a oposición.
Los últimos artículos mencionan el tema del régimen de salarios, donde se pide un 3 por ciento sobre el salario base vigente en todos los puestos, títulos funcionales y jornales existentes. Contempla además, un bono para los profesores que cursen programas, un bono anual de Q2,500 para todos los trabajadores y reajuste al salario a todos los trabajadores administrativos.
El líder magisterial difundió un video en Facebook luego que se diera a conocer que el tema se negociaba a puerta cerrada y dijo «si eso es ser corrupto, me confieso corrupto. Si negociar un pacto colectivo que va en beneficio no solamente de mejoras salarias para el magisterio nacional y la comunidad educativa, si eso es ser corrupto entonces, ¿qué puedo hacer?, si eso es ser corrupto, soy corrupto». El ajuste le costará al Estado un aproximado de Q419.9 millones y se aplicaría para los 133 mil 545 empleados, aunque puede variar de las nuevas contrataciones o bajas que se den durante el 2022.
Más sindicatos
Durante la pandemia del COVID-19 el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (Mintrab) inscribió a 24 organizaciones sindicales nuevas a nivel nacional. Este grupo se suma a las 594 existentes.
«Hay muchos sindicatos activos, pues son datos que manejan con cierta discreción las autoridades del trabajo», indicó Rafael Sánchez, abogado laboralista, al cuestionarle si es un número elevado de organizaciones existentes en el Estado. Agregó que de esos 618 sindicatos habría que revisar cuales están activos a la fecha, «lo que sí, es que su personería jurídica aún está vigente», explica.
El informe de las autoridades del Ministerio de Trabajo señala que el sindicato más antiguo es el de Camineros de la República de Guatemala, constituido en 1948; en tanto que la organización sindical más reciente fue creada en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) denominada Sindicato de Trabajadores Acciones y Revolución, que nació a la vida jurídica el 25 de febrero 2022.
Luch explica que el sindicalismo es un medio que busca el respeto hacia la persona. «No me gusta generalizar, pero muchas veces se le ve como parte de la maquinaria y no se toma en cuenta la valorización del ser humano». Agrega que se debe de buscar, por medio de los movimientos gremiales, el respeto hacia el trabajador, «para este tipo de cosas es que debemos de organizarnos», puntualizó.
Los entrevistados coinciden que en algunos casos ha existido un mal uso de la figura del movimiento en Guatemala, pero los derechos sindicales están regulados desde la declaración universal de los Derechos Humanos, Constituciones, Códigos de Trabajo y convenios internacionales ratificados, algunas personas a lo individual lo usan con otros fines y es ahí en donde se desnaturaliza el derecho e inician los problemas, como cualquier derecho, siempre habrá un grupo que lo tergiversará.
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