El mecanismo para la reelección de Vamos cierra campaña sin explicar uso de recursos públicos
El mecanismo para la reelección de Vamos cierra campaña sin explicar uso de recursos públicos
La maquinaria construida por el gobierno confía en que el 25 de junio surta efecto y rompa las encuestas. Manuel Conde ha tenido poca exposición en las redes y asistió sólo a foros específicos, ofreció pocas entrevistas y en cada discurso criticó a oponentes puntuales. En el cierre metropolitano del partido Vamos su misión fue subirse a la ola de discursos contra la administración del Unionismo en la capital y procurar apoyo para el candidato a alcalde del partido de gobierno.
El equipo metropolitano de Vamos citó a sus simpatizantes a las 16:30 horas para celebrar el cierre de campaña en la Plaza Barrios de la ciudad capital. El discurso estelar estuvo a cargo del presidenciable Manuel Conde (66 años), el actual diputado por el PAN a quien el oficialismo le encomendó la tarea de continuar un proyecto político que se consolidó con la cuña del presupuesto público en los últimos cuatro años.
Llegada la hora, hay apenas curiosos y dirigentes del partido que ondean banderas y portan gorras y camisetas blancas, pero la plaza aún luce porosa. Para lograr un escenario concurrido, es necesario un espectáculo previo a los discursos de campaña. Para ello, Vamos contrató al grupo de cumbia La Sonora de May Velásquez y, para el cierre, se anunció el espectáculo de Los Tres Huitecos.
Algo quedó claro en esta campaña: que los recursos no son un problema para el oficialismo.
Vamos es el tercer partido de los 22 que reporta mayores gastos de campaña electoral, con 2.2 millones de quetzales. Esta cifra, sin embargo, es austera y no considera la promoción que en el último mes han hecho sus candidatos con programas de gobierno o con la inauguración de obras públicas. La Misión de Observación Electoral identificó 43 casos de este tipo en las últimas semanas y en casi la mitad los beneficiarios fueron representantes de Vamos.
Desfile de funcionarios
Con esta antesala, llegó Conde a la Plaza Barrios acompañado de Miguel Martínez, exdirector del Centro de Gobierno, presidente del Tribunal de Honor de la agrupación política, y una de las personas más influyentes del actual gobierno, pese a que en los últimos dos años no ha ocupado ningún cargo público.
La comitiva también la acompañó el candidato a alcalde, Mario Méndez Montenegro, quien no tuvo un rol protagónico en la contienda electoral y en las encuestas no figuró en los primeros cinco lugares con intención de voto.
Participaron, además, candidatos a diputados, como el extrabajador de Centro de Gobierno, Mynor de la Rosa Palacios, y el ex subsecretario de Comunicación Social, Víctor Valenzuela, quien también compite para diputado en la primera casilla por la Lista Nacional, entre otros.
Minutos antes de subir al escenario, Martínez permitió que el cordón de seguridad que lo custodia abriera el paso a periodistas para dar un anuncio que cobró más protagonismo que lo que él seguramente deseaba. Advirtió que fue contactado por periodistas del periódico estadounidense The New York Times, quienes le cuestionaron sobre una supuesta entrega de dinero que él habría realizado a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral. Y adelantó que la noticia se publicaría al día siguiente.
«Quiero decirle al público de Guatemala que mañana va a salir esta entrevista. Y no nos dejemos sorprender. Esto es algo malicioso que ellos quieren hacer para desestabilizar las elecciones. No nos dejemos llevar por eso. Negamos rotundamente lo que este medio esté diciendo», dijo Martínez.
Si su intención era amortiguar el impacto y escándalo que la noticia podía provocar, Martínez provocó todo lo contrario. Más periodistas llegaron al lugar y en redes sociales el anuncio se convirtió en uno de los temas principales de conversación.
Antes de eso, el único que había denunciado algo similar era el político Mario Taracena, quien dijo en una entrevista que los magistrados recibían dinero bajo el agua. «El tribunal está pisteado», dijo al medio Emisoras Unidas. El tema durmió, hasta que Martínez lo revivió.
La noticia referida por Martínez se publicó la noche del jueves y hace referencia a una reunión que aparentemente tuvo la magistrada del TSE, Blanca Alfaro, en la embajada de Estados Unidos a donde llevaría una bolsa de dinero con supuesto soborno por parte del hombre cercano al presidente Alejandro Giammattei.
Hacer leña de las ramas de un árbol que tambalea
«Meme» Conde va a la presidencia, pero para esa tarde se concentrará en los problemas que más afectan a quienes viven o transitan por la capital a diario: el agua, la falta de transporte público y el tráfico vehicular son los temas recurrentes de su discurso.
Se sube a la tarima por alrededor de 20 minutos y casi la mitad del tiempo se concentra en criticar con dureza al actual alcalde, Ricardo Quiñónez.
«Nos mueve la voluntad de decirle al grupo político que tiene más de 25 años de estar en el Palacio de la Loba que ya es hora de irse, ya no tienen nada más que hacer ahí. Ya se agotó su fuerza política. Se agotaron sus capacidades y, de verdad, vayan a rascarse la barriga en otro lado. Esas fotitas en postes no son de una Ciudad de Guatemala», gritó desde la tarima.
Ricardo Quiñónez aún no es un árbol caído, pero el poder y estructura que heredó del fallecido alcalde Álvaro Arzú Irigoyen tambalea. Y pareciera que esa es la premisa con la cual Conde y el equipo que lo acompaña preparó sus discursos desde que inició la campaña cuando se dirigen al público metropolitano.
Pero estas rencillas no trascienden más allá de las pasiones de una campaña electoral. Conde, como diputado, no emprendió jornadas de fiscalización a la administración municipal ni citó a funcionarios de dicha comuna, pese a que está dentro de sus facultades como congresista.
El diputado, que según la última encuesta de la firma ProDatos publicada por el matutino Prensa Libre se ubica en cuarto lugar de intención de voto, se caracteriza más por refrendar al Ejecutivo cuando se trata de aprobar estados de calamidad o por impulsar iniciativas conservadoras como la ley de libertad de culto u otras que se jactan de proteger a la familia, haciendo uso de estigmas contra personas por su identidad de género u orientación sexual.
«La familia más grande»
«La familia Vamos es la familia política más grande de Guatemala. Seremos el partido en segunda vuelta y ya estamos preparados para ganarla. Seremos el partido con la bancada más grande y el que elija más alcaldes en toda Guatemala», se jactó Conde al cierre de su discurso.
Estas palabras contrastan con el nivel de popularidad de Giammattei. A pocos meses de que termine su mandato, es el presidente con mayor nivel de rechazo comparado con sus cuatro antecesores, según una encuesta de la firma ProDatos del matutino Prensa Libre a inicios de mayo.
Pero hay una variable que entra en juego. El gobierno de Giammattei inyectó recursos en aquellas obras y programas que le implicaría réditos políticos. Y a cambio de pasarse a las filas del oficialismo, ofreció a los alcaldes agilizar obras públicas y focalizar la inversión en sus municipios a través de programas como el del adulto mayor, el cual está a cargo del Ministerio de Trabajo y este año el Congreso aprobó una ampliación presupuestaria de 339.9 millones de quetzales.
Otro ejemplo es el programa de los Comedores Sociales, los cuales fueron diseñados para ofrecer alimentos a personas que presentan dificultades para abastecerse de un plato de comida. El gobierno de Giammattei amplió el presupuesto a este programa a 216.8 millones de quetzales este año, es decir, 184.7 millones más de lo que contaba al inicio de su administración.
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En realidad, distintos tanques de pensamiento advierten que este programa tiene alcances limitados para mitigar la inseguridad alimentaria. Pero la apuesta del Ejecutivo a este programa cobra sentido si se toma en cuenta que ocho de cada diez comedores se instalaron en municipios donde el alcalde correrá por Vamos. Y casi siete de cada diez comedores no se posicionan en municipios con altos grados de vulnerabilidad alimentaria.
De esta forma, un total de 144 alcaldes que ganaron las elecciones en 2019 con una agrupación distinta, ahora intenta reelegirse por Vamos. En total, el partido oficial reúne a 169 jefes ediles que buscan la reelección. Así se construyó «la familia más grande».
Sin explicaciones
Para financiar esta campaña, Vamos recibió aportes que suman 800,000 quetzales de Distribuidora Zamoya S.A., una empresa vinculada al operador político Gustavo Herrera, quien fue señalado por una estafa de 238 millones de quetzales en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. El representante legal de la entidad es Marco Danilo Rojas, quien a su vez trabaja para una empresa controlada por Herrera Castillo y además tiene otros nombramientos en empresas vinculadas al empresario.
Herrera Castillo consiguió asilo en Nicaragua, luego de que el régimen de Daniel Ortega se lo concediera en agosto de 2018, cuando el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala pidieron orden de captura en su contra por el caso de estafa y lavado de dinero del IGSS, conocido como Caso Fenix.
El secretario general de Vamos, Victor Valenzuela, aseguró que estos aportes fueron gestionados por Oscar Recinos, candidato a diputado por la lista metropolitana del partido, y Mario Méndez Montenegro, candidato a la alcaldía capitalina.
A su llegada a Plaza Barrios, se cuestionó a Méndez Montenegro sobre estos aportes y sobre el rol que desempeñó Herrera Castillo en su campaña. «No sé a qué se refiere. Cuando tenga mayor información… Voy a averiguar y con mucho gusto», dijo al tiempo que su cordón de seguridad alejó a los periodistas y agilizó el paso.
Tampoco Conde se muestra dispuesto a dar explicaciones. Pese a informes como los de la Misión de Observación Electoral, que documentan 43 casos de uso de fondos públicos para actividades de campaña electoral, y casi en la mitad de ellos los beneficiarios han sido políticos del oficialismo, se hace el desentendido. «No tengo información de eso. Si veo una declaración de ellos, con gusto respondería a la pregunta», dice.
Acto seguido, cambió de tema al momento que pidieron al candidato agilizar el paso. Así, el colofón de la campaña y la poca disposición de sus candidatos a dar explicaciones emula el curso de lo que han sido cuatro años de gobierno, donde desde distintos frentes se advierte de retrocesos en transparencia y una escasa rendición de cuentas, entre otros flagelos.
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