Ley de aguas: Liderazgo indígena exige voz, voto y respeto
Ley de aguas: Liderazgo indígena exige voz, voto y respeto
Dirigentes comunitarios afinan planteamientos en encuentro nacional realizado en San Pedro La Laguna y entregan postura a Pedro Arrojo, Relator del Agua de la ONU.
Con cántaros vacíos, a las 6 de la mañana y embarazada, Clara camina angustiada por una calle empedrada de Sololá en busca de lo que llama «el vital líquido», que en su comunidad desapareció desde hace tres días. Tiene razones para estar preocupada porque sabe que ese recurso también es esencial para que su esposo vea crecer los cultivos, para que su pequeña Lucía se bañe antes de ir a la escuela y para que su futuro bebé tenga una lactancia segura.
Clara lo ignora, pero muy cerca de la calle que recorre con prisa, decenas de líderes indígenas alzan la voz contra las industrias extractivas que en Izabal cerraron el paso hacia un río del que obtenían pescado, o contra las fincas de palma africana de Alta Verapaz que les niegan sus recursos hídricos, o contra compañías mineras que gastan el agua del Valle de Palajunoj, en Quetzaltenango, sin estudios de impacto ambiental…
Los dirigentes se reunieron en San Pedro La Laguna esta semana para encabezar el encuentro «Loq'olaj Ya' - Visiones, Perspectivas, Retos: Hacia una Propuesta para la Revitalización de los Cuerpos de Agua Desde Prácticas y Saberes Ancestrales de los Pueblos Indígenas».
Escucharlos no solo fue ocasión para conocer sus demandas. Ellos son muy conscientes del desafío que se abre luego que el actual gobierno ofreciera promover una ley de aguas, y de que miembros del sector privado organizado se hicieran escuchar de inmediato.
Si se pudiera resumir el planteamiento de los llamados «pueblos originarios» en una carta, misiva de entrega urgente por supuesto, esta incluiría párrafos así:
«En un mundo cada vez más desconectado de la naturaleza y la realidad, muchos han perdido la comprensión de nuestra interdependencia con el entorno que nos rodea y nos sustenta. La vida humana y la de los animales, así como de los ecosistemas, están intrínsecamente entrelazadas. No reconocer esto es ignorar la fuente misma de nuestra existencia y el origen de la vida.
Los pueblos que resisten las técnicas neoliberales e imperialistas enfrentan persecución, criminalización e incluso la muerte, todo en nombre del saqueo y la explotación de nuestros recursos. En lugar de respetar y proteger nuestras semillas nativas, se han introducido especies no nativas que arrasan con nuestros ecosistemas. ¿Qué nombre tiene eso? Es vital cuestionarnos y reflexionar sobre estos actos.
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Seguimos viendo cómo algunas pocas empresas manipulan la política del país, priorizando el interés individual sobre el bien colectivo. Se impuso un modelo de desarrollo relacionado al incremento económico, pero hay cosas que no son mercancía. Negociar con el agua es negociar con nuestras vidas. El agua no es simplemente un recurso, es el líquido vital que nos da vida. Somos agua. ¿Qué precio tiene tu vida?
Es fundamental que eduquemos a las futuras generaciones. Desde su visión occidental la niñez aprende idiomas o matemáticas, pero no sobre el cuidado de la naturaleza. Nosotros promovemos la educación ambiental desde nuestra cosmovisión, enseñando el respeto y el cuidado por la Madre Tierra.
Hacemos un llamado a los pueblos de Guatemala, al gobierno y al sector privado a que reflexionen sobre estas palabras y actúen con conciencia y responsabilidad. La gestión del agua no puede basarse en intereses económicos a corto plazo. Debemos garantizar que las políticas públicas reflejen el respeto y la protección del vital líquido para todos y para siempre».
Varias mesas temáticas
El encuentro del 14 y 15 de octubre contó con el respaldo académico del Instituto de Investigación de Ciencias Naturales y Tecnología (IARNA) de la Universidad Rafael Landívar, y la asistencia de comités, asociaciones, observatorios, alcaldías, colectivos y autoridades de todo el país, con el Colectivo Comunidad Tz'unun Ya’ y Las Guardianas del Lago, como anfitriones.
Las actividades se centraron en mesas temáticas que permitieron identificar ideas clave para la revitalización de los cuerpos de agua y la gobernanza democrática del agua, basándose en prácticas y saberes ancestrales. Las seis mesas discutieron acerca de: agua y energía, agua y desarrollo sostenible, agua y saneamiento, agua y soberanía alimentaria, agua y gobernanza, y agua y mujeres.
Relator del Agua coincide
Sus planteamientos fueron recibidos por un invitado especial: Pedro Arrojo, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.
Arrojo se dirigió a todos e identificó la raíz del problema de la crisis global del agua en la avaricia del consumo, señalando que se trata de codicia de los poderosos. Basado en experiencias internacionales sobre la competencia por el agua, sugirió que esta debe ser preservada y garantizada a la comunidad por encima de intereses privados.
Aunque reconoció la importancia del agua en el desarrollo económico y las actividades productivas, subrayó que deben establecerse prioridades claras en un plan nacional. Por otro lado, las actividades productivas que generan contaminación tóxica y representan graves riesgos para la salud pública y la sostenibilidad de los ecosistemas, deben prohibirse sin importar cuán rentables sean para sus promotores.
Cuestionó la excusa recurrente de la falta de dinero, invitando a reflexionar sobre cuáles son las prioridades presupuestarias de los gobiernos.
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El relator de la ONU enfatizó que el mercado no es la herramienta adecuada para gestionar las prioridades éticas, los derechos humanos o la salud de los ecosistemas. Los estados deben aceptar su responsabilidad y asumir el dominio público sobre esas aguas y ecosistemas acuáticos.
Adoptar un enfoque de gestión sostenible basado en los derechos humanos implica ir más allá del valor monetario El agua extraída de la naturaleza debe gestionarse como un bien común, accesible a todos y no propiedad de nadie, garantizando su sostenibilidad para el beneficio de todos, incluidas las generaciones futuras, dijo.
En conclusión, subrayó que el agua y los ecosistemas acuáticos deben gestionarse como bienes comunes de dominio público, priorizando la equidad y sostenibilidad para el bienestar de toda la humanidad.
Josué Chavajay, uno de los líderes que aplaudió el discurso de Arrojo, no conoce a Clara, la sololateca de los cántaros vacíos, pero la defendió con sus palabras: «El Estado nos ve para abajo, minimiza nuestros saberes cuando hemos sido nosotros quienes hemos cuidado los bosques y el agua».
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