Así fue como el PNUD modificó el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2020
Así fue como el PNUD modificó el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2020
El Informe Nacional de Desarrollo Humano 2020 debía presentarse a mediados de 2021, al final se divulgó el pasado 11 de julio. Una petición del presidente Alejandro Giammattei alteró la publicación y el contenido del documento original. Investigadores del informe inicial señalan que los cambios estuvieron orientados a omitir el análisis territorial de las relaciones de poder que han provocado desigualdad y pobreza en Guatemala y que involucran tanto al Estado como al sector privado.
En 2021 el presidente Alejandro Giammattei detuvo la publicación del Informe Nacional de Desarrollo Humano 2020, titulado «La celeridad del cambio: hacia una mirada territorial del desarrollo humano». Temas abordados en el documento, así como la visión territorial del estudio realizado incomodaron al mandatario. Tras suspender la presentación del documento, por primera vez en Guatemala, el 11 de julio el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó el documento oficial. La misma se realizó en Cobán, Alta Verapaz, con escasa presencia de medios de comunicación locales.
Los cambios y alteraciones realizadas al documento inicial son evidentes y preocupantes, según investigadores que trabajaron en el documento y que, por seguridad, pidieron hablar desde el anonimato.
La realización del informe original estuvo bajo la coordinación del investigador y académico Gustavo Arriola, quien finalizó sus funciones en el cargo al ser detenida la publicación del documento. El informe inicialmente fue pensado como un análisis histórico y territorial.
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«Este es un informe distinto a los anteriores», explicaba Ana María Díaz, representante residente del PNUD en la parte introductoria del mismo. Con eso se refería a cómo el estudio dejaba de lado la división territorial por departamentos y daba paso al análisis de cuatro distintos territorios con dinámicas particulares y diferentes entre sí: el altiplano noroccidental, la altiplanicie de la sierra de los Cuchumatanes, el Corredor Seco y las tierras bajas ubicadas al norte del país.
Estos eran los principales aportes del documento anterior (puedes descargar el resumen ejecutivo aquí):
Altiplano centro occidental
El primer capítulo narraba la manera en que Quetzaltenango se constituyó en el principal núcleo urbano del occidente del país y en la segunda ciudad más importante en Guatemala. Se ofrecía una explicación de los actores sociales y los procesos y relaciones que produjeron esas condiciones, cómo su expansión contemporánea ha transformado las relaciones con su entorno inmediato y con su periferia más distante y el papel desempeñan la migración hacia los Estados Unidos y las remesas que envían los migrantes en el crecimiento urbano de las últimas décadas, y cómo este crecimiento impacta el medio ambiente.
Sierra de los Cuchumatanes
El informe se enfocaba en cómo los Cuchumatanes han sido entendidos como espacios «vacíos» disponibles para su penetración e invasión por distintos sistemas en expansión en su provecho. Es por eso que a lo largo de la historia se produjo una disputa de estos espacios y sus recursos por los diferentes modelos socioeconómicos y políticos y los actores e instituciones partícipes de los mismos.
También abordaba cómo a partir de la entrada de las empresas a la explotación de su potencial hídrico y la remilitarización de la frontera, los pueblos indígenas se organizan en la defensa del territorio al mismo tiempo que trascienden al mismo con el poblamiento y penetración en el sur de México, y la transnacionalización en Estados Unidos a pesar de que su presencia allí es mayoritariamente «irregular» y clandestina.
Corredor seco
Incluye el sureste del departamento de Huehuetenango y noreste del departamento de Totonicapán, Quiché, Baja Verapaz, El Progreso y Zacapa. Es una zona definida por el cambio climático y la inseguridad alimentaria, problemas que a su vez se han convertido en las principales razones por las que los habitantes abandonan el país en la región.
La investigación abordaba cómo los problemas como el comercio ilícito, narcotráfico y redes de crimen organizado que han convertido a este territorio en uno de los espacios más violentos del país, cuyos niveles de violencia homicida resultan preocupantes.
Tierras bajas
El informe original explicaba cómo en esta zona la política económica se ha sustentado en actividades de producción agrícola basadas en la apropiación de recursos naturales como la tierra y el agua. El crecimiento en la industria de la palma africana, por ejemplo. Asimismo abordaba cómo este crecimiento trae consigo problemas como la erosión y pérdida de fertilidad del suelo debido al excesivo uso de agua para su cultivo. «Cada palma, para producir en un período de tres años, requiere un mínimo de 150 a 200 litros de agua por día», indicaba.
De ahí se derivan casos emblemáticos como el ecocidio que ha sufrido el río La Pasión, ubicado al norte de Alta Verapaz, la tercera fuente hídrica más importante del norte del país. Siete empresas que se dedican al cultivo de palma africana: Tikindustrias, Naisa, Palmas del Horizonte, Unipalma, S.A., Palmas del Sur, Palmas del Ixcán y Repsa le rodean.
Desde el principio de la investigación, dicen los expertos, estaba claro que ese sería el aporte más significativo. «La idea era evidenciar los nudos que entrampan el desarrollo, ese era el planteamiento original, hacer un informe distinto para explicar que el que haya riqueza en una parte del país tiene que ver con que haya pobreza en la otra parte», dijo una de las fuentes. Sin embargo, ese planteamiento cambió drásticamente.
Los cambios al informe actual
El Informe Nacional de Desarrollo Humano pasó a llamarse «Desafíos y oportunidades para Guatemala: hacia una agenda del futuro, La celeridad del cambio, una mirada territorial del desarrollo humano 2002-2019». El documento consta de siete capítulos, distribuidos en unas 200 páginas. El original era un compendio de más de 600 folios, distribuidos en cuatro capítulos, uno por cada territorio estudiado.
El actual, en cambio, no está dividido por territorios sino por temáticas como: desarrollo humano, urbanización, panorama departamental y municipal; y vulnerabilidad socioecológica.
«Algo fundamental en la censura del gobierno era respecto a que no podíamos hablar de territorios, desigualdad social y pueblos indígenas. Es esa relación la que los empresarios y el gobierno no quieren ver», declaró un miembro del equipo de investigación. Eso explica que el nuevo informe haya sido modificado totalmente en cuanto a la estructura y enfoque territorial que tuvo al inicio.
En principio, el informe era una construcción histórica para explicar cómo en Guatemala se ha ido produciendo la desigualdad social y cómo la pobreza extrema de pueblos indígenas está relacionada con dicha desigualdad, que también está ubicada en territorios con características particulares. «En el informe hablábamos, por ejemplo, de cómo muchas tierras han sido apropiadas por empresas privadas, porque a los pueblos indígenas se les ha ido empobreciendo con diferentes mecanismos que no siguen la legalidad», añadió uno de los investigadores.
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Capítulos enteros destinados a la explicación de la configuración histórica de cada territorio, sus impactos sobre la territorialidad indígena, la violencia socioterritorial, organización colonial de las tierras y los procesos de regularización de tierras fueron suprimidos del informe. Los cuatro tomos del informe anterior, uno por cada territorio de análisis, fueron desintegrados y partes muy concretas de la investigación sirvieron como ejemplos para la presentación de las variables de desarrollo que el nuevo informe se limitó a exponer.
El nuevo documento utiliza el estudio de los cuatro territorios para situar conflictos actuales como la urbanización, las nuevas ruralidades, la movilidad humana, el impacto de la variabilidad climática y socioecológica, sin explicar las causas históricas y relaciones entre Estado y economía, que han ocasionado dificultades para el desarrollo en cada uno de estos territorios.
«Queríamos explicar al mismo tiempo que son territorios totalmente empobrecidos, no pobres, por mecanismos de desigualdad social del Estado que efectivamente en este momento están en jaque y que mucha gente está buscando otros horizontes en territorios fuera y dentro del país», dijo otra de las fuentes.
Los investigadores señalan que el PNUD cedió a la presión de no visibilizar los territorios de Guatemala y sustituir el enfoque por un análisis municipal, utilizando partes descontextualizadas del informe original.
«El informe es distinto —agregó otra fuente—, es como un copy & paste de nuestros capítulos en un orden distinto. El informe nuevo no va más allá de mostrar una distribución geográfica de los indicadores que utilizan, no se preocuparon por explicar el porqué de ellos, no abordan la complicidad social que ha producido la distribución desigual, en la que están involucrados sociedad, Estado y economía».
Más que mostrar indicadores de desarrollo, aseguran, el documento anterior aspiraba a explicar la geografía de las relaciones de poder que producen la desigualdad en el desarrollo, especialmente el de los pueblos indígenas. Por eso, el informe anterior era mucho más amplio y denso pues los cuatro capítulos ofrecían una explicación de cómo se configuraron los territorios originalmente, cómo se acentuaba la pobreza y desigualdad; y cómo se ha construido el modelo de desarrollo dominante, en detrimento de ciertos territorios.
«Todos los capítulos partían de la idea del territorio indígena y ahora esta visión está totalmente fuera», añade una fuente.
Otra de las preocupaciones de los investigadores es que sus aportes intelectuales hayan sido utilizados de forma descontextualizada para «ponerle una cara limpia a la desigualdad de los pueblos».
«El problema ético en este nuevo informe, grave, gravísimo, está relacionado con el mal manejo de nuestra producción intelectual sin citar la fuente. Toman las ideas del equipo, las descontextualizan, ponen como copy & paste solo lo que parece conveniente a los empresarios del gobierno. Eso es grave e incluso tendría derivaciones penales», declaró parte del equipo.
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Otro cambio: Impacto de la pandemia
En una entrevista a Plaza Pública, la representante del PNUD aseguró que una de las razones del retraso de la publicación era que el informe no había considerado el efecto del Covid19 en el desarrollo humano y que, por tratarse de un tema de fundamental importancia, debía ser agregado. Según fuentes que estuvieron presentes en una reunión con Alejandro Giammattei, una de las peticiones del mandatario fue que se mencionaran también las acciones implementadas por el gobierno ante la pandemia.
El nuevo informe dedica un espacio a explicar dichas medidas.
«La pandemia por el COVID-19 ha afectado múltiples esferas de las sociedades, con impactos profundos en los sistemas de salud, pero también en dimensiones socioeconómicas, evidenciando las profundas brechas de desarrollo que atraviesa el planeta. La respuesta a la crisis ha supuesto un desafío a nivel global, y Guatemala no ha sido la excepción. Se reconocen los esfuerzos desplegados por el Gobierno para responder a la pandemia con programas a nivel nacional en los ámbitos de salud, protección social, seguridad alimentaria, educación y economía, únicos por su alcance en la historia reciente del país», dice el documento en su parte introductoria.
Asimismo, en el capítulo 2 el informe dedica un apartado a explicar las acciones gubernamentales para enfrentar el Covid19.
PNUD insiste: no hubo censura
Durante la presentación del informe, Plaza Pública estuvo presente de forma virtual pues no hubo convocatoria presencial para asistir al evento. Al cuestionar a las autoridades del PNUD sobre qué garantía existe de que este documento sea legítimo, tras haber sido sujeto de cambios por petición de Giammattei, Ana María Díaz, representante, insistió:
«La decisión de postergar fue decisión de PNUD, no del presidente, por la necesidad de contar con un proceso de edición. Por otro lado, se incorporó un segmento de COVID19 que no se había incorporado. El informe es un informe que mira justamente procesos históricos y que ve el impacto hacia delante».
Durante la conferencia, Díaz no respondió al pronunciamiento de nueve integrantes del consejo consultivo, quienes pidieron al PNUD no publicar el documento y no ceder a presiones gubernamentales.
Díaz aseguró que el informe se basa en una serie de fuentes de información; sin embargo, las bases principales del mismo son los cálculos e índices realizados por el equipo de trabajo liderado por Gustavo Arriola.
«Pediría que sean ustedes quienes arrojen sus propios juicios de valor. No ha habido intromisión, el documento que van a ver es el documento que PNUD finalizó», indicó.
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