Del cuartel al cártel: el coronel que ayudó a Jalisco Nueva Generación a trasegar cocaína
Del cuartel al cártel: el coronel que ayudó a Jalisco Nueva Generación a trasegar cocaína
El coronel Otto Fernando Godoy Cordón se declaró culpable ante la Corte del Distrito Sur de California, Estados Unidos, su confesión confirma otro nexo entre el ejército guatemalteco y esta estructura criminal. Juntos coordinaron el transporte de cocaína por vía aérea desde Sudamérica a Guatemala para luego trasladarla a México. La estructura también involucró a otros militares guatemaltecos y venezolanos.
Nota del editor: El pasado 22 de febrero, el protagonista de esta historia, el coronel Otto Fernando Godoy Cordón, fue sentenciado a 51 meses de prisión, tres años de libertad supervisada y una multa de 100 dólares (unos 800 quetzales) por el Juez del Distrito Sur de California, William Q. Hayes. Aceptó los cargos por conspiración internacional para enviar cocaína a Estados Unidos.
El Coronel Godoy recibió una sentencia reducida luego de declararse culpable y colaborar con las autoridades estadounidenses, entre los beneficios obtenidos está que ingresará a una prisión federal de menor seguridad más cercana al sur de la Florida, según se lee en la sentencia publicada por la Corte del Distrito Sur de California.
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El Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se convirtió en apenas una década en el mayor proveedor de drogas de los Estados Unidos, ahora tiene más presencia en el territorio mexicano que su par, el Cartel de Sinaloa, y en Guatemala encontró un corredor logístico estratégico para operar, y entre los miembros del Ejército, aliados para recibir y custodiar sus cargamentos.
Que un alto mando del ejército de Guatemala trabajó con el cártel mexicano fue confirmado el 4 de abril pasado en la Corte del Distrito Sur de California, Estados Unidos. Ese día el coronel Otto Fernando Godoy Cordón, capturado durante un operativo antidrogas en Poptún, Petén, en febrero de 2018, y recapturado en 2022 para ser extraditado, aceptó ser culpable de ayudar a coordinar el transporte de cocaína desde Sudamérica a Guatemala, y de usar sus credenciales militares para asegurarse que las fuerzas de seguridad no detuvieran los cargamentos.
«Me declaro culpable, porque soy culpable y no por otra razón», se lee en el acuerdo de culpabilidad firmado por el coronel Godoy ante el fiscal Randy S. Grossman, el 24 de marzo pasado.
En el acuerdo acepta que al menos desde 2017 hasta el 8 de febrero de 2018, ayudó a organizaciones vinculadas al narcotráfico a recibir aviones cargados con cocaína.
El coronel confesó que un miembro del cártel le proporcionaba las coordenadas del área aproximada donde querían aterrizar. Con esta información él se encargaba de ubicar espacios que tuvieran estas características para poder recibir los aviones provenientes de Venezuela y Colombia. Las pistas eran armadas por miembros de esta organización criminal en planos de fincas, donde usaban redes de luces o botes con combustible que servían de guía a la aeronave. En una ocasión el coronel informó a los miembros de la organización de la existencia de una pista ubicada en el área de El Naranjo, Petén. Durante el juicio en EE. UU. se aclarará si en estas operaciones en tierra involucraron a más miembros del Ejército además de los ya mencionados.
Su rol, especificó, también consistía en trasladar a la persona responsable de coordinar el transporte de la cocaína desde Sudamérica a Guatemala, lo llevaba desde el hotel donde se alojaba hasta las pistas de aterrizaje, ocultas en áreas remotas del país. También aceptó que usó sus credenciales militares para asegurarse que las fuerzas de seguridad en Guatemala no detuvieran el transporte de la droga.
Capturado infraganti
El 8 de febrero de 2018 la noticia de la captura del coronel Godoy se hizo viral a nivel nacional e internacional.
Ese día coordinó la recepción de una avioneta Cessna 210 cargada con más de 500 kilos de cocaína, la cual aterrizó en una finca cerca de la aldea Machaquilá en Poptún, Petén.
Miembros del cártel descargaron la droga y la acomodaron a toda prisa en los vehículos, las fuerzas de seguridad estaban advertidas de un aterrizaje sospechoso. Al llegar al lugar el contingente detuvieron al coronel Godoy junto a los colombianos Hernán José Méndez Arboleda, piloto de la aeronave, y Miguel Ricardo Rodríguez Guillén, un colombiano radicado en México que se presume era el coordinador del transporte y enlace entre los proveedores colombianos y CJNG. También detuvieron al ciudadano guatemalteco Juan Antonio López Aguilar. En conjunto les decomisaron tres pistolas, una de ellas bañada en oro, una escopeta calibre 12, municiones y 15,000 dólares.
El operativo nació de una alerta enviada desde Colombia, las fuerzas de seguridad no lograron detener el cargamento.
Una fuente de la policía antinarcóticos de Colombia declaró al diario El Tiempo que la cocaína la movieron desde la zona del Catatumbo hacia la frontera con Venezuela, y de allí a Maracaibo. En esa región esperaba el cargamento una aeronave de matrícula mexicana XB-IDG, cuyo piloto fue identificado como Hernán José Méndez Arboleda, sin antecedentes policíacos.
Tras detectar el vuelo sospechoso en los radares, la fuente explicó que Colombia notificó en Guatemala a la Subdirección General de Análisis e Información Antinarcóticos (SGAIA) que desplegó un comando de fuerzas especiales. Tras caminar durante varias horas llegaron al lugar donde capturaron al coronel Godoy y sus acompañantes.
Un día después las autoridades allanaron la vivienda del coronel Godoy en El Naranjo, Petén, donde decomisaron una camioneta, tres celulares y un dispositivo de posicionamiento satelital (GPS) que presuntamente utilizaba para ubicar las coordenadas de las pistas donde aterrizaron las aeronaves cargadas con cocaína provenientes de Venezuela.
El ejército de Guatemala por medio de un comunicado se desvinculó del coronel Godoy al señalar que este se encontraba de descanso al momento de su captura y que estaba asignado como oficial supernumerario en la dirección de Personal del Estado Mayor de la Defensa Nacional con «tareas administrativas y no tiene mando asignado sobre personal ni tareas operativas», detalló el comunicado.
«Ahora deberá enfrentar la acusación de la cual se le está sindicado» y de ser hallado culpable «le serán cancelados los despachos y será dado de baja de forma deshonrosa», agregó la institución armada, sin embargo, el coronel Godoy no fue dado de baja y seguiría cobrando su salario, incluido el «bono de riesgo» que se le paga a los altos mandos del ejército.
La estructura cayó por teléfono
La captura del coronel Godoy empezó años antes, en Colombia, cuando las autoridades interceptaron las llamadas de Manny, el enlace del cártel con Sudamérica.
Catatumbo es una región al norte de Colombia, fronteriza con Venezuela, donde las autoridades locales estiman que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación controlan el 80 por ciento de la droga producida. Según una fuente de la policía colombiana, las investigaciones están centradas en identificar a los grupos criminales que proveen cocaína a los mexicanos y la red de corrupción que facilita los narcovuelos desde Venezuela.
La policía colombiana y la DEA (siglas en inglés de la Administración para el Control de las Drogas) de EE. UU. estaban tras la pista de dicha organización que opera entre la región del Catatumbo, Colombia y Venezuela. Entre 2016 y 2018 interceptaron llamadas e incluso grabaron una reunión en un prestigioso hotel de Bogotá, a la sesión asistieron varios narcos colombianos y una delegación de mexicanos encabezada por Manuel Agustín Rodríguez Serna, alias Manny, quien era el enlace del CJNG en Colombia. Su teléfono fue intervenido durante la reunión.
Las llamadas interceptadas a Manny llevaron a las autoridades colombianas a Ariel Augusto Irreno Gómez, alias Hamilton, el encargado de conseguir rutas, aeronaves y contactos en Venezuela. Su función era negociar el paso de avionetas cargadas con cocaína sin ser detectadas ni derribadas.
De acuerdo con un reportaje publicado por Noticias Caracol, en una de las llamadas a Hamilton surgió otro nombre que llamó la atención de los investigadores: Gino Alfonso Garcés Vergara, un capitán y secretario privado del comandante de la Fuerza Aérea venezolana.
El capitán Gino recibía 250,000 dólares por entregar a los narcos el código de ingreso aéreo de las aeronaves cargadas con cocaína desde Catatumbo, Colombia, y otros 250,000 para no enviar los aviones de combate de Venezuela a presionar el aterrizaje o derribar las avionetas que transportaban drogas.
De acuerdo con una fuente policial citada por el diario La Opinión, tener las pistas clandestinas por sí mismo no sirve de nada, eran necesarios los códigos. «Con él (capitán Gino) tenían acceso a los códigos de ingreso y salida de ese país; las avionetas que iban y venían de Centroamérica se desplazaban tranquilamente por el espacio aéreo venezolano. A Gino, por su cercanía con el general de la Fuerza Aérea de Venezuela le era muy fácil conseguirlos. Él venía hasta Cúcuta (Colombia) a entregarlos y recibía el dinero, gracias a él se movieron más de 16 toneladas de cocaína hacia Centroamérica», explicó.
Las aeronaves del CJNG salían de México, pasaban por Aruba para ingresar al espacio aéreo de Venezuela, y después a la frontera con Colombia, en Zulia, donde los investigadores confirmaron que aterrizaban en pistas clandestinas. Luego trasladaban la droga proveniente del Catatumbo, desde media hasta dos toneladas. Las aeronaves salían cargadas por el espacio aéreo venezolano y regresaban al primer punto de ingreso para tomar rumbo hasta Honduras o Guatemala.
Operativos tras la captura del coronel
Dos días después de la detención del coronel Godoy, el 10 de febrero de 2018, las autoridades guatemaltecas interceptaron una avioneta procedente de la costa de Venezuela que aterrizó en El Estor, Izabal. Los tripulantes intentaron enfrentarse a la policía pero fueron detenidos; eran cuatro guatemaltecos que recogían la carga de 476 kilos de cocaína. Casi un mes después, el 9 de marzo de 2018, intentaron inmovilizar otra avioneta proveniente de Venezuela con media tonelada de cocaína, esta vez un grupo de pobladores se enfrentó con la policía e incineraron la aeronave.
El 20 de marzo de 2018, las autoridades antinarcóticas de Guatemala capturaron a otro miembro de la organización, el hondureño Byron Ricardo Ruíz Ruíz, alias Black, enlace del CJNG con grupos paramilitares y narcopilotos que operan en Catatumbo y el encargado de conseguir las pistas de aterrizaje y coordinar el transporte terrestre de la droga hacia México. Fue extraditado a EE. UU. y condenado a cinco años de prisión por conspiración internacional para distribuir cocaína. Ruiz se declaró culpable y habría colaborado con las autoridades estadounidenses para recibir una condena corta (en septiembre de 2021 fue condenado a apenas 60 meses de prisión).
Con toda esa información disponible, la DEA y las autoridades antinarcóticas de Colombia, Venezuela, Panamá, Honduras y Guatemala lanzaron la operación Galeón en octubre de 2018, donde se logró la captura de diez personas, entre ellas Ariel Irreño, alias Hamilton, Fabian Ortíz Cañizares, alias Rolex, José de San Martin Gil, alias JK, Eustaquio Rodríguez Rincón, alias Tacho, aunque faltó Miguel Ángel Florez Pineda, alias Roca, líder de la organización que controlaba 24 pistas en Venezuela y envió más de 16 toneladas de cocaína a Centroamérica, quien según los investigadores habría fingido su muerte para evitar su captura.
El 15 de noviembre de 2018 fue arrestado Manny, el enlace de CJNG con los productores en Colombia. En septiembre de 2019 se declaró culpable ante la Corte del Distrito Sur de California y fue condenado a 130 meses de prisión. El capitán Gino Garcés también fue capturado en Venezuela donde enfrentó un proceso por participar en una red internacional del narcotráfico.
El testimonio de Manny sería clave contra el coronel Godoy. Originario de Guadalajara, México, Manny confesó que entre 2014 y 2018 fue «miembro de una organización internacional de narcotráfico basada en Jalisco», la cual operaba a través de Colombia, Venezuela, Costa Rica, Honduras, México y Guatemala. Según un documento de la corte, los casos de Manny y el coronel están vinculados e incluyen interceptaciones de llamadas entre ambos.
Manny también aceptó que fue el responsable de coordinar un cargamento que salió de Venezuela en octubre de 2017, pero la avioneta que transportaba 419 kilos de cocaína sufrió desperfectos mecánicos y aterrizó de emergencia en un campo de melón en Asunción Mita, Jutiapa, donde las fuerzas de seguridad capturaron a dos pilotos mexicanos: José Emiliano Maldonado Gutiérrez, de 40 años, originario de Sinaloa, y Julio César Rosales Loya, de 41 años, de Tepic Nayarit, México.
Las declaraciones de Manny y el coronel Godoy retratan el ingreso de CJNG a Guatemala.
El CJNG nació en 2007 como un brazo armado de varios cárteles, se hicieron llamar «Los Mata Zetas». El grupo se independizó en 2010 y se dio a conocer en septiembre de 2011, bajo el liderazgo de Nemesio Oseguera Cervantes, alias «El Mencho». De las declaraciones de Manny se deduce que el cártel operaba en Guatemala al menos desde 2014, el coronel Godoy confirmó que operó con ellos al menos desde 2017 hasta su captura en febrero de 2018.
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Purga en el ejército
La captura del coronel Godoy golpeó la imagen del ejército de Guatemala y obligó al presidente Jimmy Morales a tomar medidas para mitigar daños en la relación con el Gobierno de Estados Unidos.
El 6 de marzo de 2018 el presidente Morales removió al general Erick Servando Cano Zamora, jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, dependencia donde el coronel Godoy prestaba servicio al momento de su captura. Cano Zamora, quien era muy cercano al mandatario, fue nombrado Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el segundo cargo más importante dentro del Ejército, el 1 de agosto de 2017. Se comentaba en círculos militares su amistad con el mandatario y que sería el próximo Ministro de la Defensa, sin embargo, apenas estuvo siete meses en el cargo.
Según el portavoz del Ejército, en el momento de la captura el coronel Godoy se encontraba de alta en la Dirección de Personal del Estado Mayor de la Defensa, dependencia encargada de administrar el recurso humano y del mantenimiento de la disciplina, la ley y el orden dentro de las filas castrenses.
«Era imposible que nadie se diera cuenta de las andanzas del coronel Godoy y de los permisos que solicitaba», señala una de las fuentes que pidió omitir su nombre, «a menos de que hubiera cierta complicidad, aunque tenía buenos contactos entre los altos mandos», agrega.
Aunque la versión oficial del Ejército fue que el general Cano Zamora dejó el cargo tras cumplir los 30 años de servicio para pasar a situación de retiro, a lo interno se comentaba que la captura del coronel Godoy le costó el puesto. Un día después fueron relevados otros 187 oficiales de alto y mediano rango en las zonas fronterizas donde operan los narcotraficantes, entre ellos el coronel Erwin Fernando Álvarez Aguilar, quien era el comandante de la Brigada de Operaciones de Selva en Petén, encargado de las acciones para el combate del narcotráfico en dicho departamento.
Fuentes cercanas al Ejército afirmaron al diario elPeriódico que estos cambios son parte de una «limpieza interna de la institución militar con el objetivo de hacer más efectiva la lucha contra el narcotráfico». Un análisis de la revista Insight Crime enfatiza que «la corrupción sistemática dentro del Ejército lleva a cuestionarse si el posicionar a militares en las zonas fronterizas con el objetivo de combatir el narcotráfico tendrá un efecto positivo, o si los convertirá en un blanco fácil para los sobornos de los grupos criminales», una advertencia de lo que se venía con altos oficiales del Ejército colaborando con el Cártel Jalisco Nueva Generación o el Cártel de Sinaloa, México.
Coronel Godoy: detenido pero sin dejar de cobrar en el ejército
Tras permanecer seis meses en prisión preventiva en Guatemala, el coronel Godoy Cordón fue liberado el 7 de agosto de 2018, el ejército de Guatemala se negó a darle la baja hasta que no fuera declarado culpable por un juzgado competente y continuó pagándole su salario incluido el bono de riesgo que se pagaba a los altos mandos militares.
Los pilotos colombianos capturados junto a él, Hernán Méndez Arboleda y Miguel Rodríguez Guillén, este último con residencia en México y quien se informó era piloto aviador del Cártel Jalisco Nueva Generación, salieron de prisión dos meses antes, según los registros del Sistema Penitenciario.
Pocos meses después, el coronel fue beneficiado por un Juez de Poptún, Petén con una sentencia blanda por un delito menor que el de narcotráfico —conspiración para el lavado de dinero—. El Ministerio Público informó que mediante un proceso abreviado un juez de Poptún, Petén, les dictó sentencia condenatoria por conspiración para cometer el delito de lavado de dinero al coronel Godoy y a los otros detenidos y se les impuso una pena de seis años —no conmutables— de prisión, rebajados en una tercera parte, lo que fijó en cuatro años conmutables —por dinero— y una multa de solo 10,000 quetzales.
Sobre la justificación de una condena tan blanda, el MP respondió que «a ellos no se les encontró dinero, lo incautado (15,000 dólares) se localizó como a tres kilómetros del lugar donde fueron detenidos».
Al momento de su condena, el coronel Godoy fue oficialmente dado de baja del ejército, pero se supo que empezó a tramitar su jubilación con el Instituto de Previsión Militar (IPM).
De regreso a Petén
Tras salir de prisión preventiva, el coronel Godoy regresó a San Benito, Petén y en agosto de 2021 montó un negocio de comida llamado «Pollo al Diablo». Pero su suerte cambiaría tras la captura y posterior confesión de Manny. El 17 de julio de 2020 el fiscal Robert S. Brewer acusó al coronel Godoy de participar en una organización de narcotráfico que operaba desde Venezuela, Colombia, Guatemala y México y que conspiró para enviar cientos de kilos de cocaína a Estados Unidos.
En la acusación se describe que participó en dicha organización desde una fecha desconocida hasta el 8 de febrero de 2018, el día de su captura en Machaquilá. Aunque el expediente fue presentado el 17 de julio de 2020 ante la Corte del Distrito Sur de California, en San Diego —la misma donde se juzgó y condenó a Manny—, un documento deja entrever que la acusación contra el coronel estaba lista para ser presentada desde noviembre de 2019.
El 20 de febrero de 2022 el coronel Godoy fue capturado en una vivienda ubicada en el barrio La Ermita, municipio de San Andrés, Petén, y el 26 de julio fue extraditado a los EE.UU. para enfrentar una acusación por narcotráfico ante la Corte del Distrito Sur de California.
Un día después fue presentado ante el juez William Q. Hayes, frente a quien se declaró inocente de los cargos, pero tras conocer la evidencia, interceptaciones telefónicas, grabaciones, decidió cambiar de estrategia y el 4 de abril pasado se declaró culpable con la intención de lograr una sentencia más corta.
«Es una situación personal»
Consultado sobre la declaración de culpabilidad del coronel Godoy en Estados Unidos, el coronel Ruben Tellez, vocero del Ejército, declaró que cualquier acción de ese tipo (narcotráfico) en que cualquier integrante del ejército de Guatemala se involucre es una cuestión enteramente personal y a la cual debe responder ante las autoridades respectivas, aquí, en el país o en el caso de él que fue por extradición en el extranjero de manera individual y a título personal sin involucrar en ningún momento a la institución armada y tampoco la institución armada se va a involucrar en su defensa ni en alguna situación de su juicio más allá de de colaborar con las autoridades y el ente investigativo en proveer la información que sea requerida a través de juez competente.
Sobre la posibilidad de que a raíz de la colaboración del coronel Godoy surjan más oficiales involucrados, el coronel Tellez informó que hay instrucciones directas y específicas del Presidente y del Ministro de la Defensa de cero tolerancia en estos casos. Así como se colaboró para la captura y se han aportado elementos de prueba de los tres oficiales, aquellos que están involucrados en narcotráfico, así se va a hacer en cualquier caso similar que se presente a futuro.
Sobre el cuestionamiento si cuando se capturó al coronel Godoy se realizó alguna investigación interna para determinar si tenía cómplices o colaboradores dentro del ejército, el coronel Tellez dijo que no podía dar fe de ello: «No me consta. Por procedimiento se debió haber hecho, no sé si se hizo y en todo caso si se hizo, se debió haber aportado como parte del proceso de investigación».
Elementos clave para el narco
Para el analista Carlos Menocal, exministro de Gobernación, la vinculación de militares con el narcotráfico no es nueva, pero en los últimos años parece haberse incrementado y hay tres factores que contribuyen a ese hecho: primero, las operaciones del narco han crecido; segundo, el negocio del narcotráfico es ostentoso y genera ganancias millonarias; y tercero, se debilitó la supervisión e inspectoría dentro de la institución armada.
En el ejército existen diferentes estructuras que llevan a cabo un análisis territorial así como la seguridad y eso es algo apetecido por el narco, explica Menocal, estas estructuras e infraestructura con que cuenta el ejército brindan la capacidad de tener control territorial a través de bases y destacamentos militares, teniendo acceso a todo el territorio nacional así mismo a las rutas que pueden interesar a los narcotraficantes.
«Han quedado evidenciados los casos en los que altos rangos militares, desde coroneles hacia arriba, han sido detenidos y procesados por que tenían a su cargo asuntos logísticos del narcotráfico; la mayoría de quienes han sido detenidos tenían responsabilidades de logística, manejo de poblaciones civiles, así como la observancia sobre el territorio. Además, han sido militares que tenían información certera sobre dónde están los soldados y la policía. Algunos de estos oficiales han colaborado con narcotraficantes para filtrar información sobre operativos, desviar la atención, y posteriormente, facilitar la ubicación y posterior construcción de pistas de aterrizaje o rutas alternativas, o trazar rutas de respaldo para los cargamentos aprovechando el expertise territorial que tienen», concluyó Menocal.
Al declararse culpable de narcotráfico, el coronel Godoy aceptó colaborar con las autoridades estadounidenses proporcionando información sobre las operaciones de la organización, está por ver si fruto de esa colaboración surgen nuevos nombres de militares guatemaltecos implicados.
Esta investigación fue realizada gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).
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