El rescate de 55 menores la semana pasada por las autoridades en unos mesones de la capital ha dejado al desnudo el negocio del crimen organizado con la mendicidad en Guatemala y la explotación laboral de niños.
El grupo, con menores de entre 3 y 17 años de edad, era obligado a trabajar hasta 16 horas diarias y luego era recluido en hacinamiento en mesones del sur de la ciudad capital, donde dormían entre cartones o periódicos y en medio de heces fecales.
Los niños y adolescentes también convivían en el lugar con otras personas que llegaban drogadas o en estado de ebriedad, con lo que eran expuestos a más riesgos por dos adultos que los explotaban, según la Secretaria Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (Svet) de la Vicepresidencia.
Del total de niños rescatados, 23 reciben atención en un albergue de la Svet.
Se investigará si los padres de estos menores estaban colaborando con la red criminal.
Durante el operativo fueron capturados Rudy Doroteo Lajpop Ambrosio y Pablo Rolando Marroquín, quienes supuestamente recibían el dinero que recolectaban los niños durante largas jornadas de mendicidad en las calles y avenidas de la capital.
En uno de los mesones en los que llegaban a dormir los menores en condiciones infrahumanas, las autoridades se incautaron más de 20 mil quetzales, al parecer producto de las recolectas y ventas de algunos productos.
En la capital guatemalteca es común ver, sobre todo en las esquinas y semáforos, a niños limpiando vidrios de automóviles, ofreciendo dulces, flores y pidiendo limosna.
Mientras que en los parques abundan los denominados limpia botas, algunos de los cuales tienen que cumplir con una cuota diaria que les exigen los adultos, según comentaron a Efe.
La mayoría de menores son originarios de pueblos indígenas del interior del país en los que también han sufrido de pobreza y falta de acceso a servicios de salud y educación.
Según Sandra López, del Refugio de la Niñez, las investigación que deben realizar las autoridades tienen que llegar hasta los dirigentes de la red criminal que explota a los menores a través de la mendicidad en la capital.
La titular de la Svet, Zulma Zubillaga, sostiene que cuentan con las pruebas suficientes para acusar ante los tribunales a los dos detenidos del delito de trata de personas.
En su opinión, en los mesones donde fueron rescatados los 55 niños también estaban expuestos a la prostitución y violencia sexual.
El reto de las autoridades no es sólo dar con los responsables de la red sino también restituir los derechos a estos niños, refiere la defensora contra la trata de personas de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), Sandra Gularte.
El Procurador de la Niñez y Adolescencia de la Procuraduría General de la Nación (PGN), Erick Cárdenas, no descarta que los padres "comercialicen" a sus hijos, ya que luego del rescate al menos 15 de ellos llegaron a la institución a reclamar a los niños con el argumento de que se habían perdido un día antes.
Sin embargo, los menores no les fueron entregados debido a que la investigación, que incluyó el seguimiento a los menores, lleva más de tres meses.
De momento, los niños están recibiendo atención psicológica de especialistas y alimentación en el albergue con el fin de devolverles una vida digna, mientras se crean programas específicos de educación para prevenir la trata en el país centroamericano.
La fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, dijo que la red que explotaba a los 55 menores tenía años de operar y que el Ministerio Público mantiene una investigación para dar con el paradero con otras organizaciones que se dedican a la misma actividad ilícita.
Fotografías: Saúl Martínez
Texto: Oscar Oliva