Pérez Molina, un general retirado de 62 años, insistió en declaraciones a los periodistas que en su país no hubo genocidio durante la guerra interna con la firma de unos Acuerdos de Paz, aunque reconoció que se dieron "actos que no son justificables".
Varios expresidentes, exministros y negociadores de los Acuerdos de Paz, en una declaración pública publicada este martes por la prensa local, advirtieron que el proceso por genocidio contra Ríos Montt y su antiguo jefe de Inteligencia, José Rodríguez, puede agudizar la polarización y desembocar en violencia social y política.
"La acusación de genocidio en contra de oficiales del Ejército de Guatemala constituye una acusación no solo contra esos oficiales o contra el Ejército, sino en contra del Estado de Guatemala en su conjunto", señaló el comunicado de los exfuncionarios.
El que llegue a "consumarse" esa acusación, implicará "serios peligros para nuestro país, incluyendo una agudización de la polarización social y política que revertirá la paz hasta ahora alcanzada", añadió el declaración pública.
"Me sumo a las declaraciones (...) Yo estoy de acuerdo con lo que ellos están diciendo en esa declaración pública. No solo la respaldo: me sumo a ella", dijo el gobernante a los periodistas.
Tras insistir en negar el genocidio, Pérez Molina aseguró que "lo importante", lo que "interesa en Guatemala es preservar la paz".
Según los firmantes del pronunciamiento público, entre ellos los exvicepresidentes Luis Flores Asturias (1996-2000) y Eduardo Stein (2004-2008), la acusación de genocidio implica "el peligro inminente de que la violencia política reaparezca, traicionándose con esto el objetivo y la conquista de la paz".
El comunicado fue avalado por los suscriptores de los acuerdos de paz por parte del Gobierno, Raquel Zelaya y Gustavo Porras, así como por el exjefe guerrillero Adrián Zapata, que recientemente dejó de ser comisionado del gobierno de Pérez Molina.
Los ministros de Estado durante la Administración del presidente Álvaro Arzú (1996-2000), Richard Aitkenhead, Arabella Castro, Rodolfo Mendoza, Marta Altolaguirre, Marco Tulio Sosa, Mariano Ventura y José Alejandro Arévalo, también firmaron el documento.
"Aquí, como en toda guerra, hubo actos que no son justificables, pero de ahí a decir que hubo genocidio, es una diferencia muy grande", insistió Pérez Molina.
El histórico juicio por genocidio y delitos de lesa humanidad en contra de Ríos Montt, de 86 años, y Rodríguez, de 67, comenzó el pasado 19 de marzo y se encuentra en su etapa final.
Ambos son procesados como autores intelectuales de la matanza de 1.771 indígenas de la etnia ixil entre 1982 y 1983, cuando Ríos Montt gobernó de facto Guatemala y en plena guerra interna.
Pérez Molina fue implicado en esas matanzas por Hugo Reyes, un antiguo trabajador del Cuerpo de Ingenieros del Ejército que como testigo aseguró el pasado 4 de abril ante el tribunal que lleva la causa que el ahora gobernante ordenó los asesinatos cuando era mayor del Ejército y se hacía llamar "Tito Arias".
El presidente rechazó las afirmaciones de Reyes, que consideró "fabricadas e inventadas", e incluso puso en duda la identidad del testigo del que, aseguro, no existen registros en el Ejército.