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En el 8M del 2021, la Be RadFem Xela se unió a la protesta feminista con carteles, música y performance. Be RadFem Xela

Sin miedo a nombrarse feministas

El grupo está compuesto por 20 mujeres que se acompañan y se centran en dos temas: feminismo y derechos sexuales y reproductivos
Creen que es importante hacer acciones de calle para incomodar y generar debate, porque el debate puede promover información
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Sin miedo a nombrarse feministas

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Alejandra Teleguario tiene 20 años, estudia relaciones internacionales y trabaja en una plataforma digital. Le gusta leer, investigar, hacer manualidades, comer pasta y pie de queso o manzana, es activista y feminista. Decir con libertad que es feminista no ocurrió con facilidad, ni de un día para otro: le daba miedo hacerlo.

Desde los 13 años, Alejandra se involucró en iniciativas para aprender sobre derechos humanos, de la niñez y adolescencia. En 2018, después de un campamento juvenil en Perú  se sintió cómoda con ser y nombrarse feminista.

«El tema del movimiento feminista siempre ha sido tergiversado, satanizado. Me daba pena porque tenía un concepto erróneo. Quetzaltenango es muy conservador», cuenta Alejandra, quien a causa de su trabajo ha recibido insultos en redes sociales. Ahora no le molesta, dice Alejandra sentada en la sala de su casa, con una blusa blanca, una mascarilla negra y un pañuelo morado alrededor del cuello que deja ver el mensaje: «Ni una menos».

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Ella y sus compañeras fundadoras de Be RadFem Xela dicen que son feministas de una forma espontánea. La colectiva inició en 2018 como un grupo de WhatsApp entre cuatro amigas, donde se compartían información sobre feminismo. Luego como una página de Facebook en donde hacían lo mismo pero, llegaban a más personas. En 2022 el grupo está compuesto por 20 mujeres que se acompañan y se centran en dos temas: feminismo y derechos sexuales y reproductivos.

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Alejandra y sus compañeras participan en marchas y protestas para exigir los derechos de las mujeres que aún no se cumplen. Creen que es importante hacer acciones de calle para incomodar y generar debate, porque el debate puede promover información.

Organizan charlas sobre derechos sexuales y reproductivos y liderazgo, organizan y participan en foros virtuales, comparten publicaciones en redes sociales. Brindan acompañamiento a mujeres y hombres jóvenes que lo necesitan para informarse, reclamar sus derechos o hacer denuncias. Exigen justicia por los femicidios que aún están impunes.

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Ellas quieren descentralizar el feminismo, demostrar que los grupos de mujeres no están solo en la capital de Guatemala. «Aunque coincidimos en muchas demandas, las necesidades y denuncias serán diferentes en cada contexto: las de Xela seguramente serán diferentes a las de Izabal. En la capital cuando se habla del movimiento feminista muchos medios tradicionales dicen que destruyen todo, hacen ver un lado obscuro sin exponer lo que está detrás, el porqué de las acciones, y cuando se hacen otras iniciativas no las voltean a ver», dice Alejandra.

Alejandra sostiene un celular y muestra fotografías de las actividades de la colectiva e imágenes donde está junto a otras dos de las fundadoras. En la red se consideran feministas interseccionales. Su mirada también está en la promoción de los derechos de la población LGBTIQ+, en especial de mujeres trans y lesbianas.

Alejandra dice que les gustaría que más mujeres indígenas, trans o lesbianas se unieran al grupo, en donde sienten que como jóvenes reciben el relevo de las adultas para continuar con la lucha por la equidad.

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