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La larga agonía de la capital

Aparentemente a los planificadores urbanos se les escapa que la mejor solución para el caos vehicular es un transporte público masivo y moderno. Este último concepto se nos ha vendido en vano durante por lo menos los últimos cuatro gobiernos, y todo ha sido humo y espejismos.
Tipo de Nota: 
Opinión

La larga agonía de la capital

08 de Octubre de 2024
Palabras clave

La Ciudad de Guatemala ha crecido descontroladamente durante casi toda su existencia. Lejos quedaron los tiempos en los que se planificaba su crecimiento hacia el sur, en los años cincuenta, a lo largo del elegante paseo antes conocido como el Bulevar 30 de Junio, que pasaría a convertirse en la Avenida de la Reforma, y luego, en los años sesenta, hacia el occidente por el recién construido Anillo Periférico. El urbanismo cuidadoso y bien planificado fue apenas una más de las víctimas del conflicto armado interno. La ciudad se llenó de desplazados por la guerra que se libraba en el área rural del país, quienes llegaban silenciosamente a las colonias de la periferia y se limitaban a decir que habían llegado buscando mejores horizontes económicos. En un país donde la única ley que valía era la del ejército contrainsurgente, cualquiera construía donde se le daba la gana y nadie protestaba ni decía nada, porque incluso exigir una buena planificación urbana podía ser visto como una actitud subversiva y peligrosa.

Y así, la ciudad creció hacia cualquier lado. Los barrancos se llenaron de casitas precarias, y ante el ruinoso estado del transporte público, el parque vehicular empezó a crecer como si en vez de carros y motos se tratara de células cancerígenas haciendo metástasis. El primer cuarto del siglo veintiuno no ha tr...

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