Ordenamiento territorial de Antigua: «Ha habido un ataque permanente hacia nosotros»
Ordenamiento territorial de Antigua: «Ha habido un ataque permanente hacia nosotros»
La gestión de Víctor Hugo Del Pozo, actual alcalde de la Antigua Guatemala, ha sido criticada por ser cerrada, poco transparente, de limitada apertura hacia la población y también señalada de beneficiar a ciertos sectores. Bajo el clima de desconfianza que ha generado su gestión, despierta confusión y recelo el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) aprobado en marzo de este año, debido a la poca socialización que se hizo del mismo y la reducida participación que se permitió a la población. En respuesta a las críticas que persisten contra la aprobación de este documento, la concejal Beatriz Vásquez (electa con el partido Todos, en la planilla del actual alcalde) y la arquitecta, urbanista y asesora del proyecto, Ana Lucía Paíz, defienden el proyecto e insisten en que es una propuesta que prioriza la protección a los recursos naturales y el patrimonio cultural del municipio. Sin embargo, reconocen que existen grandes deudas para con las aldeas que han sido abandonadas y olvidadas por la municipalidad y que este plan no se enfoca en solucionar su problemática.
Entre las autoridades locales de la Antigua Guatemala y grupos ciudadanos de ese municipio existe un desacuerdo. Mientras la municipalidad insiste en poner en marcha el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) aprobado el 31 de marzo de este año, la población aún desconoce los detalles de este proyecto y aseguran que fue autorizado sin tomar en cuenta las opiniones de los vecinos. Incluso, especialistas en el tema han manifestado su preocupación, ya que fue elaborado con el apoyo de Adepanchoy, una asociación de propietarios de tierra y fincas alrededor de la Antigua e inversionistas inmobiliarios.
Estas son algunas de las críticas que ha merecido el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) por parte de diversos sectores ciudadanos:
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Ante las distintas críticas, representantes de la comuna solicitaron un espacio a Plaza Pública para hablar sobre este proyecto.
—El Plan de Ordenamiento Territorial ha despertado la preocupación de vecinos y grupos ciudadanos que se han pronunciado al respecto. ¿Cuál es su postura ante esto?
—Vásquez: Es importante aclarar dudas, técnicamente. La mayoría de la gente no entiende qué es un Plan de Ordenamiento Territorial, en qué consiste y tampoco lo conocen. Se atreven a juzgarlo y desacreditarlo, pero no lo conocen. También reconozco que es bastante técnico y realmente es difícil entenderlo pero, tristemente, nos vimos envueltos en una dinámica política en donde utilizan este tema para desacreditar nuestro trabajo. Este POT es un paso que teníamos que dar, aunque implica riesgos y críticas. A la administración anterior no le interesó y nosotros sí decidimos entrar a este tema. Asumimos el riesgo, nos asesoramos con técnicos de confianza y profesionales.
—Según conversaciones y testimonios de vecinos el POT no fue dado a conocer, no se difundió de forma amplia. ¿Cómo dieron a conocer este plan?
—Vásquez: Este es un proceso que no inició con nuestro período sino mucho antes. Heredamos un documento realizado por la empresa IDOM (empresa española que se dedica a brindar servicios de consultoría, ingeniería y arquitectura; y que, con financiamiento del Programa Nacional de Competitividad -Pronacom- fue contratada para realizar un POT para la Antigua Guatemala) . Primero hubo una crítica y oposición a la contratación de IDOM, trabajo que incluyó a varios sectores de la población. Era una empresa extranjera pero contrataron profesionales locales y hubo talleres participativos. Cuando heredamos el documento, identificamos que es excelente pero que no está aterrizado al punto que nosotros pudiéramos aplicarlo. Después de que criticaban el trabajo de IDOM, luego decían que era el mejor.
Cuando iniciamos el proceso, volvimos a hacer talleres para tener la participación de sectores de la población y tomamos el documento de IDOM y lo afinamos. El nuevo POT condiciona mucho más a los desarrolladores de proyectos, no estamos favoreciendo a nadie y estamos dando más garantías en el tema de conservación de áreas verdes.
Todo mundo dice que hemos autorizado una gran cantidad de proyectos pero, en tres años y medio, hemos autorizado tres urbanizaciones solamente. Y les ha costado cumplir los requisitos porque estamos conscientes que el desarrollo se tiene que dar, pero de buena manera. Si la crítica fuera desde lo técnico sería válida, pero vemos que hay otros intereses.
Paiz: Yo quisiera aclarar qué es el POT, porque es tan técnico que no está al alcance de muchas personas comprender su aplicación. Es un instrumento normativo y técnico, es un reglamento para tener certeza en el manejo del territorio. El código municipal establece que el responsable es el concejo municipal de emitir reglamento territorial. Estamos cumpliendo a cabalidad con la ley.
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—¿Por qué involucrar a Adepanchoy en la elaboración del POT?
—Paiz: El código municipal habilita, por medio de comisiones de trabajo, a los concejales para hacerse cargo. En este caso, la arquitecta Beatriz Vásquez (concejal) preside la comisión de infraestructura y vivienda. El mismo código municipal habilita al concejo para hacer convenios de cooperación cuando no exista la capacidad instalada dentro de la institución, en temas varios: basura, tratamiento de agua, etc. La misma ley habilita al concejo a pedir esa asesoría y apoyo. Adepanchoy surge porque presta un apoyo técnico en la contratación de profesionales en urbanismo, que en Guatemala es muy limitado.
No quiere decir que no podamos hacerlo solos, pero bastaba con tener una revisión de los expertos y Adepanchoy firma un convenio de cooperación con la municipalidad, que es la responsable de emitir el ordenamiento territorial. Y lo que Adepanchoy hace es contratar profesionales en urbanismo para que revisemos el documento de IDOM y, que entre todos los profesionales, establezcamos qué es conveniente y qué no. Los profesionales venían de México y Canadá, países que en urbanismo nos llevan una ventaja muy grande. Además, ahí no puede existir un sesgo porque no representa a nadie en particular. Ahí es donde entra el convenio con Adepanchoy.
Vásquez: Se hicieron 117 talleres participativos con IDOM, pero aún así, volvimos a hacer otros para reafirmar los intereses de la población y en realidad encuadran.
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—¿Cuántos talleres realizaron para socializar el nuevo POT?
—Vásquez: Fueron unos 70 talleres más. Se hicieron varios intentos de presentaciones porque no nos dejaban hablar. En realidad, esta es la propuesta de IDOM pero se terminó de afinar hasta lograr un documento que nos respalda y sirve técnicamente. Esa información se manipuló de mala manera y nosotros no estábamos con la postura de estar siempre respondiendo con aclaraciones. Quizá fue un error de información, lo reconozco, pero siempre estuvimos abiertos y dispuestos a mostrar, nunca nos negamos a dar información.
Paiz: En los documentos aprobados, 160 páginas pertenecen al documento de IDOM, que es el diagnóstico territorial. No cambiamos nada porque estaba tan bien hecho que es un reflejo de lo que necesitamos. Después sí hubo una actualización de mapas para interpretar el territorio y comprender temas de movilidad, servicios, cinturón verde.
El desarrollo no se detiene, la población sigue creciendo y esa población va demandar territorio para poder habitar. Queremos que la gente siga viviendo en este municipio y no que tengamos que depender de ciudades dormitorio. El hecho de que dependamos de un centro es una anomalía urbanística porque no construye ciudad. Estamos explotando nuestra parte más valiosa, que es el patrimonio, para usos que no son compatibles. Por eso la estrategia son las nuevas centralidades.
—¿Qué son las nuevas centralidades?
—Paiz: Es descentralizar, en otras palabras, quizá nuevas centralidades suena muy abstracto, pero lo que estamos proponiendo es quitar presión a la parte más valiosa, que es el patrimonio, y trasladar funciones cotidianas a centros fuera de nuestra parte principal. El objetivo de este plan es la conservación del cinturón verde y la protección de nuestro patrimonio. Esas son las premisas no negociables. Queremos conservar la ciudad patrimonial, tal cual, no es negociable. Pero queremos protegerla y con la presión que tiene se está destruyendo.
Vamos a descentralizar y diseñar las nuevas ciudades y sectores de desarrollo alrededor de este centro para que el corazón quede protegido y podamos tener calidad de vida. Queremos una ciudad para la gente y ese es el objetivo de estos instrumentos. No queremos una ciudad en la que se tenga que transitar en carro, no es necesario, podemos hacer recorridos a pie pero la infraestructura no está para eso. Tenemos que hacer una ciudad más amigable, porque sino la gente no puede vivir en ella. Calidad de vida implica que todos los servicios estén satisfechos. La municipalidad tiene tareas implícitas como el servicio de agua, plantas de tratamiento, seguridad, etc. Si vamos a seguir creciendo, lo mejor es que sea con sectores bien diseñados.
Creemos que no hay un plan perfecto, todo es mejorable, sin duda, pero es peor no tener nada y es peor asumir que los problemas se van a resolver solos. Y las decisiones que estamos tomando hoy van a incidir de aquí a 50 años. Este plan nos va ayudar a saber cómo administrar nuestros recursos.
Ahora tenemos los instrumentos para condicionar nuestra forma de crecimiento y esa es una garantía enorme para los vecinos de que su calidad de vida no se verá afectada por el crecimiento, en los próximos años. El vecino que ya está acá no se verá afectado por el nuevo, porque vendrán, eso es algo que no podemos detener. Tampoco le podemos decir al propietario: No construya, porque es un derecho.
Asimismo, el POT no acaba en un instrumento, también se complementa con planes locales de ordenamiento que implica hacer otro acercamiento de las aldeas, por ejemplo.
—¿En qué consisten estos planes locales enfocados en aldeas?
—Paiz: Justamente, ya empezamos a priorizar las aldeas del norte, que han sido las más olvidadas y que están a más distancia del casco urbano. El plan local establece el desarrollo municipal o apoyo municipal para ciertos sectores, no todas las aldeas necesitan lo mismo. Esto incluye planes sectoriales, de manejo y gestión; y de mejora integral. Cuando hablamos de las aldeas son zonas ya habitadas, con ciertas condiciones. Ese diagnóstico de cada aldea es lo que se trabaja en los planes locales porque el POT es muy general.
Según testimonios de vecinos, este es un POT que le da prioridad al nuevo habitante de la ciudad de Antigua cuando hay un sinfín de necesidades que no han sido resueltas al antigüeño, en tema de agua, drenajes, etc.
Vásquez: Hay que entender qué es un POT porque hay una confusión. Nosotros, sea como sea, tenemos que resolver el tema de servicios. Nosotros recibimos aldeas sin agua potable, hay dos Antiguas y ahora estamos concluyendo con comunidades que no tenían agua. Pero esto es independiente al POT.
Paiz: La función municipal es prestar servicios, es una actividad implícita que tenemos que poner al día con agua potable, alcantarillado, plantas de tratamiento, energías renovables, internet de alta velocidad, nuevas tecnologías.
Estos ejes de trabajo no corresponden al POT. El POT establece cómo crecemos, cómo vamos a desarrollar esa presión de crecimiento. Y con el POT buscamos la descentralización y la creación de sectores que tengan todos sus servicios compatibles: panadería, farmacia, centros de coworking, etc. El trabajo en temas de agua y servicios básicos ya está implícito en las funciones municipales y no quiere decir que se dejen de hacer por ordenar el territorio.
Vásquez: En el caso de nuevos desarrollos tenemos que garantizar que los servicios que estén necesitando no le resten a los vecinos.
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—Dada la situación de aldeas que están abandonadas, ¿cómo pensar en el desarrollo de centros comerciales o condominios, espacios más modernos, en un municipio en el que ellos han sido olvidados por la administración municipal y sus necesidades han quedado en último lugar?
—Vásquez: Nosotros heredamos un abandono, sobre todo en las aldeas, están en el abandono, sin agua, sin drenajes. Tendríamos que haber heredado al menos servicios básicos para enfocarnos en infraestructura y desarrollo. Yo creo que es ahí donde tenemos que tener bien claro qué es POT y qué no es.
Cuando recibimos el documento de IDOM también lo reciben otros tres municipios: Ciudad Vieja, Pastores y Jocotenango, porque ya nos alcanzamos territorialmente y estamos muy próximos, nos impactamos mutuamente. Sería valiosísimo que ellos también trabajaran sus planes de ordenamiento pero resulta que ninguno de ellos lo han hecho y nos vemos con esa limitante, por ejemplo, en el tema vial.
Uno de los problemas más grandes es que somos un área de paso. Hemos autorizado tres urbanizaciones en estos tres años y medio, mientras que Ciudad Vieja ha autorizado una exageración, al lado de la Antigua. Tenemos esa carga vehicular de proyectos que no autorizamos ni consensuamos. Y creo que, en los próximos años, va a haber un crecimiento mayor.
Aunque tomemos acciones nosotros, nos vemos afectados por las decisiones de otros municipios.
—¿Y se ha buscado un acercamiento con estos municipios?
—No, se ha tenido la intención pero no se ve la voluntad.
—¿Qué beneficio representa para el vecino antigüeño que se siente olvidado la implementación de este POT?
—Vásquez: Es complejo porque primero habría que tener claro el concepto para que no haya confusiones. Hay una mala fe y una mala intención para hacer creer cosas. Ha habido un ataque permanente a nosotros. Siempre digo a la gente que quiere hacer una crítica que lo haga de forma técnica, concreta. Eso no lo hemos escuchado.
Si dicen que no exista un área comercial, por ejemplo, conozco a mucha gente que se atraviesa la Antigua para hacer sus compras. Pero con la planificación que intentamos no tienen que hacer eso, van a poder hacer sus compras acá. ¿Qué tiene eso de negativo? Al contrario, estamos resolviendo un tema de viabilidad y comodidad. Hemos visto proyectos de desarrollo para un coworking, para que la gente tenga opciones de trabajar, porque ya no podemos depender solo del turismo. Por ahí va la cosa. ¿No lo comunicamos? No lo sé, quiero creer que sí lo estamos haciendo desde lo técnico, basado en lo que los expertos dicen. ¿O preguntar de puerta en puerta? Es que es bien compleja esa dinámica de socializar y preguntar si están de acuerdo o no. También existe esa responsabilidad que recae en que si llegamos a un puesto público es porque queremos lo mejor para nuestro territorio y nos asesoramos con las personas adecuadas.
—¿Cómo garantizar que el desarrollo de nuevos proyectos no tengan efectos perjudiciales para las familias y comunidades aledañas?
—Paiz: El POT, además de brindar certeza y plantear reglas claras y de beneficio para desarrollo sostenible, busca la internalización de los impactos negativos. O sea, si viene un nuevo desarrollo, tiene que mitigar sus impactos tanto en tema de servicios, es decir, que tenga su propia planta de tratamiento, por ejemplo. El que venga a desarrollar tiene que cumplir muchos requisitos para poder construir. No es fácil, pero esto nos da garantía de que el que vaya desarrollando cumpla con normativas.
Paiz: Nosotros ya tenemos centralidades, que son las aldeas y se comunican con el casco urbano. Estas nuevas centralidades buscan descentralizar y complementar lo que falta en las aldeas. Vamos a tener lugares de trabajo, muy próximos en las aldeas y creemos que eso es positivo.
Vásquez: Se ha manejado el concepto de Cayalá y no buscamos eso, se trata de que en mi sector voy a tener área comercial, educación, etc.
Paiz: No estamos copiando a ninguna ciudad, ni a Cayalá. Ese fue un ataque sistemático sin sentido. Nosotros trabajamos en conjunto con el Consejo nacional de protección para establecer cómo deberían ser las zonas de crecimiento.
—¿Cómo explican el caso de Santa Ana, que ha sido el que más ha despertado molestia en la población?
—Paiz: Se evidenció que quien lideraba esas oposiciones era una candidata a la alcaldía municipal y, entonces, ahí (su oposición) cae por su propio peso porque ya no es genuino, porque resultó siendo candidata.
Vásquez: Nosotros ofrecimos presentar el proyecto y lo que pasó fue que, cuando llegaron, las insultaron. Estuvimos en la disposición, pero no las dejaron exponer.
Paiz: En ese proyecto eran 40 casas e íbamos a construir una guardería para la población. Es muy pequeño el desarrollo, pero hicieron tanta oposición que se abrió un proceso legal.
Vásquez: Todo estaba basado en mentiras porque, por ejemplo, decían que no tenía planta de tratamiento y sí tenía.
—¿En qué estatus se encuentra el POT actualmente?
—Está aprobado desde el 30 de marzo; sin embargo, no está vigente hasta que esté publicado en el Diario Oficial, después de que se resuelvan los recursos legales que se han interpuesto.
Sin embargo, el tema jurídico no ha detenido el proceso técnico en ningún momento.
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