«Este es el último tren»: oposición en Venezuela busca asegurarse defensa de votos en elección presidencial
«Este es el último tren»: oposición en Venezuela busca asegurarse defensa de votos en elección presidencial
En comunidades de Venezuela, vecinos se agrupan en «comanditos», la red de la oposición que busca captar electores a favor de Edmundo González y asegurarse la defensa del voto en la elección del 28 de julio, a pesar de las amenazas contra líderes comunitarios y detención de colaboradores de campaña
«Tenemos que organizarnos nosotros»: en una casa de una barriada pobre de Caracas, Carmen Castillo, de 68 años, y otras cinco mujeres se reúnen para ajustar los detalles y salir a «captar» votos para el opositor Edmundo González Urrutia, principal rival del mandatario Nicolás Maduro en las presidenciales del próximo 28 de julio.
Forman parte de los llamados «comanditos», una red de voluntarios comunitarios que comenzaron a integrarse este año para movilizar votantes opositores a favor de González Urrutia y asegurarse la defensa del voto.
«Estimular a la gente a que salga. Si no está la gente, hay que salir a buscarlos a su casa. Movilización por todas partes», dice a la Voz de América Carmen, quien es ama de casa.
El grupo apuesta a que González Urrutia, de 74 años, de la mano de la líder inhabilitada María Corina Machado, rompa con 25 años de chavismo. Sin embargo, Maduro, quien aspira a un tercer mandato de seis años, está confiado de su triunfo, y también tiene un mecanismo de movilización para el 28 de julio: el «1×10», con el que busca que cada militante oficialista capte a otros 10 electores que apoyen al gobierno.
En todo caso, la campaña electoral ha estado marcada por denuncias de persecuciones políticas y detenciones de dirigentes por prestar apoyo en los actos de Machado y González.
En lo que va de año, al menos 37 activistas han sido detenidos en distintas circunstancias. En este contexto, la tarea de Carmen y las demás no es sencilla.
Algunos incluso deciden deshacerse de todo tipo de propagandas alusivas a Machado y González, por temor. Carmen se la juega.
«Este es el último tren que vamos a tomar, no hay otro, y si no lo hacemos ahorita, no esperemos seis años más. Tenemos que hacerlo ahora», afirma.
También lidian con el miedo de vecinos a ser identificados como opositores y perder algún beneficio social.
«Son muchísimos los que han cambiado de mentalidad, pero viven amenazados. Amenazados de que van a perder el trabajo, de que les van a quitar el bono», apunta.
«El miedo es libre», pero no los paraliza
En la reunión también está Marina López, de 63 años, que no tiene dudas de que la oposición es mayoría. El 28 de julio trabajará como coordinadora en un centro de votación
«Lo importante de esto es que el pueblo está claro, eso lo aseguro yo, de que el 28 el cambio viene porque sí, hagan lo que hagan», afirma sin ningún temor a equivocarse.
«El que se siente ganador no hace todas estas marramucias que está haciendo (Maduro)», insiste en referencia a los arrestos.
Pero el miedo es libre, reconoce.«A veces me pregunto ‘cómo será la cosa (el día de la elección), nos van a atacar por aquí, nos van a atacar por allá’. Fíjate que sin estar montado en el 28, que son las elecciones, ya se llevan a la gente presa porque compró una empanada o estoy con María Corina, y la gente está aterrada, eso no es mentira».
Según la Plataforma Unitaria (PUD), en todo el país se han creado unos 58,000 «comanditos».
«Por ahí están amenazando a nuestros comanditos. Alguien que tiene miedo, quiere meterle miedo a nuestros comanditos. ¿Ustedes saben cuál es la respuesta a los que nos amenazan a nuestros comanditos? ¡Vamos a armar más comanditos en toda Venezuela!», gritó Machado, en su gira de campaña en los Andes venezolanos, a finales de junio.
«Este señor se encargó de dividir a la familia»: el llanto común
Terminar con 25 años bajo el sistema chavista es «crucial» para las integrantes de este «comandito», que comparten un dolor común: la partida de sus parientes al exterior, huyendo de la crisis económica que pulverizó los ingresos de los venezolanos.
«Tuve nueve hijos que le di a este país y todos se fueron (…) Mis nietos también se fueron, mis sobrinos… ¡Todo el mundo se fue!», rompe en llanto Sara Navarro, de 71 años.
Su primer hijo se despidió de ella en 2018. Y así, poco a poco, fue saliendo el resto. Solo ha vuelto a ver a uno de ellos, cuyo empleo le permite viajar con frecuencia.
«Primera que vez que vivo este horror. Esto es un horror para mí», se desahoga.
«No hay una familia que no tenga un familiar fuera de Venezuela, eso es triste», se une Carmen Castillo.
Su nieta de 16 años atravesó la selva del Darién para llegar hasta México y ahora espera cruzar a Estados Unidos. «Lo que ella vivió, no lo vive nadie», lamenta.
Los venezolanos son la primera nacionalidad en tomar el denso camino que marca la frontera entre Colombia y Panamá.
«Este señor (Maduro) se encargó de dividir a la familia, de aislar a la familia, de dejar el país solo».
Este contexto, confiesa Castillo, la mueve a ser movilizadora de la oposición para el día de los comicios.
«Si no hay una organización, no lo vamos a lograr», sentencia.
Y Marina López quiere ir por más: «vamos a defender el voto (..) El voto va a ser masivo. La gente va a votar y se va a quedar ahí (en el colegio electoral)».
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Escrito por Nicole Kolster y Adriana Núñez Rabascall / Voz de América
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