El pasado 2 de abril, durante un debate organizado por la facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos,tres aspirantes a la alcaldía de la Ciudad de Guatemala, expusieron sus planes de gobierno municipal para las elecciones de junio próximo. Uno de los principales temas expuestos por los aspirantes fue el relacionado con el uso, manejo y administración del agua potable.
Durante su intervención, el candidato del partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo), Roberto González Díaz-Duran, aseguró que «un 20 %, estamos hablando de 1,200 litros por segundo, estamos hablando de cinco toneles por segundo, 300 toneles por minuto, cerca de 18 mil toneles de agua que se pierde después de haberse potabilizado en las red de distribución; eso es algo que no se cobra».
Plaza Pública se comunicó con el candidato, para saber la fuente de información de la cual obtuvo los datos sobre las pérdidas de agua potable que expuso durante el foro. Como respuesta, González Díaz-Durán envió la fotografía de una nota de prensa donde se indica que la cantidad de agua perdida (no contabilizada) en las redes de distribución de la capital guatemalteca equivalía al 42 %, y no al 20 % que aseguró durante su intervención ni los cálculos de litros y toneles de agua que precisó.
ConPruebas verifica el discurso público y los datos divulgados por los candidatos a cargos de elección popular, ya que es con base a esa información en que se supone que deben elaborar las propuestas de sus planes de gobierno.
En este caso, los datos proporcionados por el candidato de Creo son «sin pruebas», porque si bien es cierto, las autoridades reconocen la existencia de pérdidas importantes de agua potable en la red de distribución, no existen estudios actuales que estimen cálculos cuantitativos de esas pérdidas.
El último disponible fue realizada por la Empresa Municipal de Agua, en 2006, en el que se calcula un 43 % de pérdida como consecuencia de diversas fugas, tuberías obsoletas y conexiones ilícitas.
Tras una segunda consulta con el candidato, este aseguró que el 20 % al que hizo alusión en el foro, se refería específicamente a las pérdidas «por fugas de agua», y ofreció enviar el estudio de dónde obtuvo esa información, pero no lo había hecho hasta la publicación de esta nota.
Según el estudio Evaluación del consumo de agua potable en la Ciudad de Guatemala y los efectos del cambio climático, presentado en julio de 2014 por dos expertos de la Universidad de San Carlos de Guatemala en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe de Ingeniería y Tecnología, al «no existir (en Guatemala) una adecuada recarga de los mantos y una ley de aguas que regule la perforación de pozos, cualquier persona o usuario podrá extraer el agua en cantidades que no se pueden controlar ni medir”. De ahí que no se sepa cuánta agua fluye por las redes de distribución y por lo tanto cuánta de esta se desperdicia por diversas causas.
El candidato luego aclaró que no son datos precisos pero sin son basados en estimaciones estadísticas. Añadió que se apoya en “diseños muestrales donde se infieren los datos”.
Luis Muñoz, director ejecutivo del Centro Guatemalteco de Producción Más Limpia, explica que «es muy complicado llegar a tener un número exacto o cercano a la realidad» de agua que se pierde en las redes de distribución, debido a que para obtener un balance hídrico se requiere de tecnología adecuada y recursos. Esta tarea, señaló, debe ser una prioridad de las autoridades para tomar mejores acciones para el cuidado del agua.
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