Ir

El genio se salió de la lámpara

Tipo de Nota: 
Opinión

El genio se salió de la lámpara

07 de Julio de 2023
Palabras clave

En 2015 Washington impulsó en Guatemala un movimiento ciudadano a través de innumerables perfiles falsos en las redes sociales, llamando a la movilización ciudadana contra la corrupción (sonar vuvuzelas y cantar el himno). Este fenómeno —humano, que puede encontrarse en todo momento civilizatorio, que prácticamente nos define como especie: somos los únicos animales que podemos mentir, transgredir, falsear las cosas— es algo incorporado en la dinámica cotidiana. Según declaraciones de la Iglesia Católica: “Afecta a la administración de justicia, a los procesos electorales, al pago de impuestos, a las relaciones económicas y comerciales nacionales e internacionales, a la comunicación social. (…) Refleja el deterioro de los valores y virtudes morales, especialmente de la honradez y la justicia. Atenta contra la sociedad, el orden moral, la estabilidad democrática y el desarrollo de los pueblos”. Sin escandalizarnos, podemos apreciar que la corrupción (la transgresión, la “trampita”) está en nuestro “ADN social”. Incluso en Cuba socialista también se presenta: “El enemigo que puede vencernos no es el imperialismo. Es la corrupción”, expresó Fidel Castro.

No hay dudas de que la corrupción está inexorablemente entre nosotros: ¿quién de los que lee este texto no mintió, copió en un examen, sobornó a un policía, pagó “bajo de agua” para obtener un servicio, atravesó un semáforo en rojo, se echó una “canita al aire”, dejó de pagar un impuesto? Nadie, absolutamente nadie puede darse baños de pureza. Los diputados corruptos son gente que sale de las bases, de los 18 millones que habitan este territorio, no vienen de otro planeta.

¿Por qué dec...

Autor



Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor. Plaza Pública ofrece este espacio como una contribución al debate inteligente y sosegado de los asuntos que nos afectan como sociedad. La publicación de un artículo no supone que el medio valide una argumentación o una opinión como cierta, ni que ratifique sus premisas de partida, las teorías en las que se apoya, o la verdad de las conclusiones. De acuerdo con la intención de favorecer el debate y el entendimiento de nuestra sociedad, ningún artículo que satisfaga esas especificaciones será descartado por su contenido ideológico. Plaza Pública no acepta columnas que hagan apología de la violencia o discriminen por motivos de raza, sexo o religión
Autor