Es una casa modesta -techos de chapa, una planta, tal vez dos cuartos- a 30 kilómetros de la ciudad de Panamá, en la localidad de Chilibre. La puerta está abierta y el televisor, encendido. Yvette Rogers asoma en bata y elude, cortante, cualquier contestación: “Me despertaron, no voy a decir nada”, dice. El sábado 12 de marzo a las 9 de la mañana, CONNECTAS llegó a ese suburbio para consultar a Yvette -morena, terminante- sobre las 7.321 empresas registradas en Panamá por la firma de abogados Mossack Fonseca & Co. en las que figura como directora.
¿Por qué una directora de miles de compañías elige vivir ahí, sin ningún asomo de confort? ¿Por qué tan lejos de la ciudad y sin un carro a la vista? ¿Soporta las más de dos horas de viaje diarias que le tomará llegar a la capital en momentos pico? Yvette evadió, dio un portazo y llamó a la policía, que interrogó a los periodistas. Lo que sabemos es que Yvette Rogers es directora de todas esas compañías pero en los hechos no dirige ninguna, solo firma pactos sociales, actas, certificados. Y que ese es su trabajo diario en Mossack Fonseca & Co.: poner el nombre para que los dueños de verdad queden ocultos.
No es la única. Mossack Fonseca ha registrado al menos 52.696 personas como directores de empresas en Panamá hasta octubre de 2014. Algunas se repiten en más de 10.000 y han aparecido en compañías vinculadas a casos de corrupción. En el top ten aparecen Adelina Mercedes Chavarria de Estribi, como directora de al menos 27.250 compañías; Leticia Montoya, en 11.071; y Francis Pérez, en tercer lugar, al mando de 10.667. Son números base: surgen en otras tantas inscritas en el Registro Público, con una inicial de más o de menos, el agregado de algún apellido materno o de casado, o algún error ortográfico. También son números que varían, dado que se actualiza en función de altas y bajas de compañías.
Ellos son algunos de los nombres que sostienen la telaraña de empresas que sirven para ocultar dinero de los poderosos del mundo. Los prestanombres del istmo que permiten mantener en el anonimato a los verdaderos dueños.
Panamá Papers, la voluminosa documentación obtenida por el periódico alemán Süddeutsche Zitung, compartidos con el International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) e investigados por CONNECTAS muestra la forma fácil en que se abren compañías, brinda servicios offshore y mueve el dinero de ricos, asegurándoles pasar desapercibidos, en la firma Mossack Fonseca.
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En un intercambio de octubre de 2009, un abogado nicaraguense consultó a MF para abrir una empresa. La asistente legal de MF le dijo los nombres de compañías disponibles y el detalle de los precios que debe costear. Sobre la posibilidad de que alguien se enterase que la persona había abierto una empresa, desde MF respondieron: “las acciones en Panamá es muy confidencial y privado de la sociedad. Los directores no son necesariamente los accionistas. Usualmente se nombran tres directores distintos de los accionistas (muchas veces provistos por la firma de abogados) y los certificados de acciones se hacen a nombre de la determinada persona“.
Esa es la clave y esa es la razón por la MF empleó a Yvette Rogers: para que esconda a los verdaderos dueños de empresas en Panamá, que son los accionistas. Yvette no va a reuniones, no define inversiones, venta de inmuebles ni el futuro de las 7.321 compañías que dirige. No paga sueldos, no controla balances ni oficinas. Ni siquiera va a las oficinas, porque en la mayoría de las actas que firma, el domicilio registrado suele ser la sede de Mossack Fonseca & Co.
Otros intercambios develan el engranaje montado por MF para conectar personas con lugares con leyes flexibles y bancos, sin dar sus nombres. La firma dispone de más de 40 oficinas en centros estratégicos como Reino Unido, Hong Kong, Bahamas, China y Seychelles. También de masas de empresas que están allí sólo para las necesidades de sus clientes.
¿Quiere abrir una compañía en Panamá? Puede hacerlo por unos 350 dólares para los pagos en el Registro Público, los honorarios de los abogados y un capital de inversión inicial de 10.000. ¿Quiere que su nombre no figure? Claro, quédese tranquilo que aquí ni los directores ni los dignatarios, que son los que figuran, tienen que ser accionistas, que son los verdaderos dueños. ¿Quiere una cuenta bancaria? Cómo no, hay asistencia para la apertura a nombre de la sociedad ya sea en Panamá o el extranjero. ¿Cuánto? Calcule unos 1.250 dólares. ¿Quiere olvidarse de esa empresa y que MF se encargue de los contratos, la presentación de actas, el pago de tasas? La firma ofrece servicios legales de hasta 10 horas por mes desde 1.700 dólares. Si el tiempo de dedicación lo excede, le pasa factura por hora. ¿Quiere residencia o permiso para trabajar en Panamá? Puede obtenerlo por 2.250 dólares. ¿Una compañía en Islas Vírgenes Británicas (BVI?) También, por un costo base de 910 dólares más 400 por mantenimiento. ¿Quiere montar una estructura internacional, que conecte empresas en Panamá con otra en UK o Islas Vírgenes o Hong Kong o Seychelles o todas esas juntas? Por supuesto que sí, se le tiene!.
Así, ayudaron a políticos y empresarios a esconder millones.
Casos resonantes
El Salvador, España, Ecuador, Paraguay, Perú, y Brasil, están entre los países en los que se han investigado casos de corrupción con la participación de las empresas con directores nominales que se repiten entres las registradas por MF.
Francis Perez y Leticia Montoya, dos panameños que se repiten hasta el hartazgo entre los directores de las empresas creadas por MF, figuraban como suscriptores de Brikford Overseas S.A. Ese nombre apareció mencionado en el megaescándalo de la Fifa. El medio uruguayo Sudestada, contó en junio del año pasado que Eugenio Figueredo, un charrúa directivo de la Fifa y acusado en Estados Unidos por fraude, corrupción y lavado de dinero, constituyó a través de MF la sociedad Brikford Overseas S.A., que habría utlizado para el lavado.
En el Lava Jato, el caso de corrupción que involucró a la gigante Odebrecht, el gobierno de Dilma Russeff y lanzó a los brasileros a las calles, también aparecen firmas creadas en Panamá por MF. El procurador de Brasil que investiga la causa, Carlos Fernando dos Santos Lima, dijo que quedó en evidencia que la firma es una “gran lavadora de dinero”, segúnconsignó el diario La Prensa.
Esta por ejemplo es una de las empresas a las que le sigue el rastro dos Santos Lima: Camille Services, SA. Los directores son Francis Perez, Yakeline Perez, Katia Solano y Leticia Montoya.
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Montoya también apareció vinculada al resonado caso de “La lista Falciani”, que develó datos claves en la trama de corrupción de España que involucró a dirigentes del Partido Popular con el caso Gürtel. Esa lista puso al descubiero a cientos de supuestos defraudadores que habían acumulado más de miles de millones de euros en cuentas suizas. Allí apareció la sociedad panameña Itelsa Development Group Corp, cuyos apoderados son Francisco Correa, jefe de la red Gürtel; Arturo González Panero, exalcalde del PP en Boadilla del Monte (Madrid), y el abogado español que tejió la trama. Los directores de Itelsa son, de nuevo, personas vinculadas a MF: Francis Perez, Vianca Scott, Marta Edghill, Katia Solano y Leticia Montoya.
Un juez estadounidense llamó a Leticia Montoya “administradora de firmas de cartón“, en una citación para que viaje a Las Vegas a declarar. Fue en agosto de 2014, en el marco de la investigación por corrupción y lavado del empresario argentino Lázaro Baéz, allegado a los expresidentes Néstor (fallecido) y Cristina Kirchner, que denunció el programa de televisión Periodismo Para Todos. El juez Cam Ferenbach, de Nevada, pidió también a Mossack Fonseca detalles de los bienes y las cuentas bancarias que 123 empresas “fantasmas”, atribuidas a Báez en la denominada ruta K, tuvieron o tienen en Panamá. MF negó cualquier vínculo con el caso de corrupción.
Una empresa de papel, o de “cartón“, como la denominó el juez, es justamente eso: una sociedad que existe sólo en los registros. No fabrica muñecos o jabones ni importa o exporta, aunque diga que lo hace. Tampoco es ubicable en algún domicilio, porque no dispone de oficina propia. En general, si alguien va a la dirección declarada en el Registro Público, es muy probable que termine en el estudio de abogados. Ese es el único lugar en el que existe una compañía de papel: los papeles.
Así, Montoya, Perez y Adelina Mercedes Chavarria de Estribi, se convierten en empresarios de papel. También otros de esa lista de directores que se repiten en las compañías creadas por MF, y que incluye al dueño de la firma, Jurgen Mossack, como director o suscriptor de 3664 compañías. En orden decreciente, tras ese top tres, siguen: Verna De Nelson (8.390), Jaqueline Alexander (8.258), Yvette Rogers (7.321), Carmen Wong (6.152), Katia Solano (6.078), George Allen (5.460), Diva Argelis Patino de Donado (4.665) y Marta Edghill (4.645).
Leticia Montoya es, como Yvette, morena, hosca y empleada de MF. Con ese nombre figura en el derectorio de 11.071 compañías panameñas. Pero aparece en otras 758 como Leticia Montoya Moran, en otras ocho como Leticia Moran con punto final y en 60 como “Leticia Moran y otros”. También vive en las afueras de capital, en la localidad de Vacamonte. Apareció vinculada a otros escándalos, por lo que recibió citaciones y consultas de periodistas. Tal vez sea eso lo que la volvió ágil para responder: cuando un equipo de periodistas se acercó a su casa -una planta, algunos materiales de construcción en la galería-, dijo que era su cuñada y que Leticia no estaba. El equipo de TV Pública de Francia la vió ese mismo día, el miércoles 9 de marzo, en la sede de Mossack Fonseca vestida con un pantalón y saco azul, camisa celeste. El uniforme de los empleados de la firma.
*Este reportaje se reproduce con la autorización de Connectas
Los archivos a los que se hace referencia fueron obtenidos por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, compartidos por el International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) e investigados para esta nota por CONNECTAS.
Más información en panamapapers.icij.org