La fiebre offshore de la élite centroamericana: el caso de los Campollo en Guatemala
La fiebre offshore de la élite centroamericana: el caso de los Campollo en Guatemala
Así es como una poderosa familia mueve su capital en estructuras offshore, dejando un complejo rastro de empresas y transferencias que escudan al beneficiario final de los fondos. Una investigación conjunta con Alejandro Fernández y Ronny Rojas, de Univisión Noticias.
Una operación financiera realizada por una de las familias más ricas de Centroamérica revela cómo las sociedades offshore en paraísos fiscales pueden ser utilizadas para sacar millones de dólares de un país, dejando un complicado rastro de empresas y transferencias que escudan al beneficiario final de los fondos.
Se trata de una serie de transferencias de acciones por casi US$54 millones realizadas en 2007 por el grupo Campollo, el mayor productor de azúcar de Guatemala, a varias sociedades panameñas que le facilitó el bufete panameño bufete Mossack Fonseca, según muestran documentos que revisó Univision Noticias y Plaza Pública.
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No hay evidencia de que la operación de los Campollo fuese ilegal. Pero muestra la forma sofisticada en que una empresa movilizaba su dinero mediante el fraccionamiento de capital entre varias compañías. Esto con la ayuda de una firma legal que ha sido cuestionada, y en un momento en que la ley le impedía a la administración tributaria guatemalteca pedir información financiera de las empresas, para detectar si disimulaban sus ganancias reales.
El grupo Campollo ha construido una compleja estructura de personas jurídicas fuera de los controles del gobierno guatemalteco, con la ayuda de bufetes internacionales especializados en manejar riquezas en paraísos fiscales. Algunas de esas firmas —Mossack Fonseca y Ansbacher Cayman— han sido objeto de investigaciones por lavado de dinero y otros delitos financieros en años recientes. Esas oficinas también le han creado sus compañías, fungen como sus agentes residentes, manejan sus fondos fiduciarios y hasta les distribuyen sus herencias.
Otro de esos bufetes que utiliza el grupo Campollo, Appleby Services Ltd, con sede en Bermuda, es objeto de la más reciente investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y sus medios aliados, entre ellos Univision Noticias y Plaza Pública, luego de que miles de sus documentos corporativos fueron filtrados al diario alemán Süddeutsche Zeitung.
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La operación a cargo de Mossack Fonseca
La historia del traspaso de acciones a Panamá inicia en mayo de 2007, con un mensaje del abogado de Mossack Fonseca, Edison Teano, dirigido a José Buitrón Espinoza, abogado de los Campollo en Guatemala.
“Me refiero a la conversación telefónica del día de hoy con respecto a la estructura que desea para la transferencia de acciones de una compañía de Guatemala a compañías de Panamá. De acuerdo a nuestra conversación (sic), entendemos que se trata de acciones al portador de compañías de Guatemala las cuales serán transferidas a dos compañías panameñas para que éstas las transfieran a una tercera compañía para realizar una transacción de compraventa de una cuarta compañía”, escribió Teano.
Al día siguiente, en otro correo enviado a Ramsés Owens, uno de los socios de Mossack Fonseca, Teano confirmó la creación de las sociedades. “El cliente hoy nos está comprando cinco sociedades panameñas para esta operación y vienen el jueves (10 de mayo) a ver esto con nosotros”.
El abogado del bufete que gestionó la operación de los Campollo, Edison Teano, al igual que los socios fundadores de Mossack Fonseca, fue detenido por cargos de lavado de dinero y está libre bajo fianza en este momento. Las operaciones del grupo guatemalteco no están relacionadas con dicha investigación.
Según los documentos que revisaron Univision Noticias y Plaza Pública, las transferencias de acciones sí se realizaron: la operación movilizó, al menos, US$54 millones de la compañía azucarera Centro Agro Industrial Guatemalteca —una de sus sociedades más antiguas—, a dos sociedades en Panamá, Perlino Internacional y Gran Flora Internacional. Todas las escrituras fueron elaboradas por el notario Benigno Vergara Cárdenas y refrendadas por Edison Teano.
También hay registro, en la misma operación, del traspaso de acciones de 13 sociedades guatemaltecas a otra compañía panameña creada por Mossack Fonseca, llamada Grupo Aquila Internacional. Las mismas 13 sociedades transfirieron acciones a otra empresa que compraron los Campollo: Grupo Mistral.
¿Por qué la empresa hizo esta complicada operación para sacar parte de su capital de Guatemala? ¿Cuál era el origen de los fondos que enviados a Panamá? Univision y Plaza Pública enviaron un correo con diversas consultas a Marvin Sandoval, asesor legal de los Campollo, que indicó que actuaría como su representante. Sin embargo, al cierre de este reportaje no había respondido.
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La correspondencia interna entre Mossack Fonseca y el grupo Campollo deja claro que los empresarios quieren sacar millones de dólares de Guatemala. La razón, según los especialistas consultados, puede ser negocios legítimos. Pero también reconocen que este tipo de operaciones complejas dificultan mucho el trabajo de las autoridades tributarias.
“Imaginemos que una empresa es sometida a un proceso de auditoría y fiscalización de la administración tributaria y le presenta esta arquitectura de offshore… ¡Caramba!, ese fraccionamiento va a hacer que tome más tiempo el saber si hubo evasión o elusión de impuestos”, opinó Jonathan Menkos, director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).
Abelardo Medina, encargado del área de análisis macrofiscal del ICEFI, agrega: “¿Por qué hacen tanto relajo? Simplemente porque quieren pasar desapercibidos acá (...) A veces lo que hacen las empresas que eluden impuestos es dar tanta información que se pierda la pista del dinero”.
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Ese diseño de la operación en que una compañía pasa dinero a otra compañía del mismo dueño, y así repetidas veces, es llamado “fraccionamiento”. Lo que a los expertos fiscales y a las autoridades de ese país les preocupa es que la técnica también se puede usar como estrategia para ocultar información con lo que llaman “precios de transferencia”.
Esos son los precios que pactan dos empresas para traspasar, entre ellas, bienes, servicios o derechos. Si dos empresas, una en Guatemala y otra en Panamá, tienen el mismo dueño, esos precios pueden inflarse o fingirse para que el dueño pague menos impuestos.
Sin referirse en específico a la operación del Grupo Campollo, el Superintendente de la Administración Tributaria (SAT) de Guatemala, Juan Francisco Solórzano Foppa, explicó a Univision Noticias y Plaza Pública esa táctica con un ejemplo: “Si yo tengo un sobrecosto de US$1000 pero los divido entre diez compañías, posiblemente va a estar dentro del costo o el margen del precio de transferencia de mercado, pero al sumar los diez sobreprecios el margen es muy grande. Si lo concentran solo en uno va a ser muy evidente que hay un sobre precio muy alto. Fraccionar es una práctica muy común”, dijo Solórzano.
En 2007, cuando se realizó esta operación, según los documentos analizados, la administración tributaria guatemalteca estaba prácticamente castrada. La ley no le permitía pedir información sobre los precios de transferencia de las transacciones, ni podían tener acceso a las cuentas bancarias de las empresas.
Antes de 2012, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) desconocía, incluso, las entidades offshore con las que las empresas guatemaltecas tenían tratos comerciales. Y el acceso a información bancaria bajo autorización de un juez fue aprobado apenas el año pasado.
El jefe de la SAT explica que, con las leyes actuales, las empresas guatemaltecas que tengan transacciones con entidades offshore deben brindar la identidad de esas sociedades. Además, tienen que presentar estudios anuales de precios de transferencia, para poder corroborar que existe coherencia entre los precios en el mercado y los que pagaron. Pero el trabajo es mucho y el equipo de auditores es pequeño, admite el superintendente.
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Alberto Medina también plantea que las empresas podrían estar informando a la SAT de una offshore con la que hacen negocios, “pero no toda la cadena”. Es decir: no están obligados a decir que esa offshore en realidad es propiedad de otra, y esta a su vez de otra, cuyo beneficiario final (o propietario final), son los titulares de la misma empresa.
Foppa reconoce que el sistema guatemalteco, de origen, le impide perseguir esos capitales: “Si ellos quieren pueden sacar el dinero y trabajar sus inversiones de otro país, a sabiendas de que Guatemala no tiene un sistema de renta mundial (solo cobran impuestos a actividades en el país); entonces no pagan acá ningún impuesto”.
“Si yo tuviera un negocio multinacional, no tendría mi sede en Guatemala”, reconoce el propio superintendente de tributos.
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Los asesores de los Campollo y la fiebre por las offshore
El Grupo Campollo ha vivido una fiebre por las compañías offshore en los últimos años. Según correos internos de Mossack Fonseca, en 2005 el grupo guatemalteco registraba 77 sociedades en diversos paraísos fiscales, y entre 2007 y 2015, creó otras 121 empresas con un capital autorizado total de $282 millones. 47 sociedades están vinculadas al comercio del azúcar, con un capital que suma $113 millones.
Esta familia creó su riqueza en Guatemala a partir del café, antes de la década de los sesenta; y posteriormente con el cultivo y procesamiento de caña, y la explotación petrolera, según apuntan documentos de sus empresas e investigadores y académicos, como el guatemalteco Luis Solano. A partir de los ochenta y noventa, la familia empezó a diversificarse y convertirse en un grupo corporativo que actualmente tiene fuertes intereses en la generación de energía.
Una de las principales sedes de sus empresas da una idea de cómo el grupo ha ido creciendo con los años: el edificio El Triángulo, en la zona 4 de la capital guatemalteca, alberga un aproximado de 170 empresas registradas en el listado de proveedores del Estado. Más de una treintena están vinculadas a los Campollo, bien a nombre propio, o a nombre de abogados que se repiten en sus empresas.
A lo largo de los años, la familia Campollo ha utilizado diversos bufetes para gestionar sus negocios en el exterior. Varias de esas firmas han terminado investigadas por las autoridades, por diversos delitos financieros.
Uno de ellos es Mossack Fonseca. Los fundadores del bufete panameño fueron arrestados por presunto lavado de dinero en febrero de 2017, luego de que, a raíz de las publicaciones del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) sobre los Panama Papers, se reveló que la firma legal creó y manejó compañías offshore y otras estructuras corporativas opacas para clientes perseguidos por la justicia en diversos países. Las operaciones del grupo guatemalteco no están relacionadas con dicha investigación.
Otra de las firmas cuestionadas por donde ha pasado el capital y el entramado de compañías offshore de los Campollo es Ansbacher (Cayman) Limited, una extinta compañía asesora en diversos servicios financieros, de origen irlandés, cuyos servicios bancarios se usaron para llevar a cabo “el más grande escándalo de evasion fiscal en la historia de Irlanda”, según Los Ángeles Times.
Ansbacher Cayman fue agente residente de tres empresas de la familia Campollo en Islas Cayman. Además, otra firma propiedad de los dueños de Ansbacher Cayman hasta 2009, administró un fideicomiso creado en 1986 por el fundador del Grupo Campollo, Ramón Campollo López, según consta en correos internos del bufete legal Appleby, a los cuales tuvieron acceso Plaza Pública y Univision Noticias.
Ramón Campollo López murió en 1989. Appleby adquirió el negocio de fideicomisos de Ansbacher en 2006, según documentos encontrados por Univision Noticias, y se encargó de distribuir la herencia dejada por Campollo Lopez en un trust entre sus familiares más cercanos.
Las empresas utilizadas por Appleby para distribuir el trust fueron tres: Kildonan Investments Limited, Financial Enterprise and Investments Inc, y Blue Heather Holdings Limited, esta última, beneficiaria final del trust, y cuyos oficiales eran los hermanos Campollo: Ramón Campollo Codina, Ricardo Campollo Codina, María Eugenia Campollo de Bonifasi y Rosa María Campollo de García
Ramón Campollo Codina fungía, además, como beneficiario directo del trust. El empresario guatemalteco reside desde hace algún tiempo en Miami (Florida, Estados Unidos) y es quien más ha estado registrado en diversas empresas del grupo, en años anteriores, según datos del Registro Mercantil: en al menos 31 sociedades.
Pese a que Ansbacher fue el eje de una estructura de evasión de impuestos en Irlanda, no se encontraron documentos en los que Appleby mostrara reticencia a beneficiarse del negocio de fideicomisos de Ansbacher.
Ese no parece ser un problema si se trata de sacar el máximo provecho del dinero al menor costo, en cualquier lugar del mundo.
“No hay nada que pueda impedir hacer este tipo de transacciones. Tal vez lo más importante es recordar lo siguiente: en el mundo financiero, en el mundo empresarial es normal que haya transferencia de capital, de un país a otro, ¿por qué? Porque el empresario trata de colocar la plata donde le va a tener más rentabilidad”, explica Abelardo Medina, encargado del área de análisis macrofiscal del ICEFI.
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