Está convencida de que esa impúdica exhibición denigra a todas las mujeres antigüeñas, guatemaltecas, americanas y del mundo. No puede permitirlo. Una llamada al jefe de la división del Plan Cuadrante Antigua Segura de la PNC resuelve el problema. Ha ordenado retirar la diabla, figura que debería ser quemada el 7 de diciembre. Bueno, esa es la versión oficial. También está la de su parecido con Susana, pero esa es otra historia.
Ha muerto Fidel. Las calles de Miami se llenan de alegría...
Está convencida de que esa impúdica exhibición denigra a todas las mujeres antigüeñas, guatemaltecas, americanas y del mundo. No puede permitirlo. Una llamada al jefe de la división del Plan Cuadrante Antigua Segura de la PNC resuelve el problema. Ha ordenado retirar la diabla, figura que debería ser quemada el 7 de diciembre. Bueno, esa es la versión oficial. También está la de su parecido con Susana, pero esa es otra historia.
Ha muerto Fidel. Las calles de Miami se llenan de alegría y las redes sociales guatemaltecas de guerra fría. La prensa tradicional inunda de argumentos mullidos sus contenidos, y los columnistas de siempre arropan a disidentes, exilados y represaliados del único régimen autoritario que les importa y existe para ellos, mientras la izquierda posguerrillera repasa cifras y consignas. El lunes hay una batalla cuyos ganadores ya están perfilados. Los soldados y generales de la impunidad, los privilegios y el statu quo pasearán victoriosos viendo a los derrotados con desdén, y estos últimos estarán esperanzados en que solo perdieron una batalla, no la guerra.
La alianza por la impunidad está muy bien articulada. Cada quien cumple su papel a cabalidad. Unos piden la salida de la Cicig. Otros, la no injerencia de la Embajada. Están los apologistas de la desigualdad por la iniciativa del reconocimiento del derecho indígena. Los gritones de la radio hacen programas monotemáticos. Cámaras y gremios tradicionales descargan todas sus baterías en contra de la iniciativa. El Colegio de Abogados calla. La USAC se opone al igual que la Asociación de Jueces y Magistrados. La obra se despliega en perfecta coreografía. Los votos están contados. Chinchilla vota a favor porque su voto no importa y Linares torpedea la sesión para hundir la propuesta y llevarla el próximo año.
Todos, protegiendo su parcela de poder y dinero, tienen un frente común: la defensa numantina del statu quo. En el control del sistema de justicia está el santo grial controlando a jueces del Organismo Judicial, a la misma Corte Suprema de Justicia y a la Corte de Constitucionalidad. Aseguran la permanencia inmutable de la Guatemala que conocen, que les gusta y con la cual se sienten cómodos.
El abuso de autoridad y la violación del derecho de libre expresión del pensamiento pasan desapercibidos en el caso de la diabla. El racismo se apodera de los argumentos contra la justicia indígena. El nacionalismo irracional arremete contra la Cicig. Se ataca violentamente al régimen cubano mientras que aquí el régimen de impunidad asegura una democracia de papel para este no país.
La clase media indolente, preocupada por el secuestro del hijo de los médicos del San Juan de Dios, hace cadenas de oración, pide pena de muerte y comenta en la cena familiar lo bonito que está el árbol Swarovski.
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