El presidente Jimmy Morales dijo hace dos semanas que los niveles de seguridad han mejorado en Guatemala durante el último mes, y aseguró que solo dos ataques con explosivos se habían registrado a nivel nacional. “Los números no mienten, hubo una explosión, dos explosiones. Eso fue un acto terrorista. Y esos los han tenido hasta los países del primer mundo”, justificó el mandatario durante una actividad en compañía de autoridades del Ejército.
La afirmación de Morales es “falsa”, ya que durante marzo hubo cuatro ataques con explosivos. El domingo 6 de marzo, una bomba explotó dentro de un bus de la ruta de San José Pinula, dejando dos personas fallecidas y 17 heridas. Al día siguiente, fueron lanzadas bombas incendiarias contra un local de venta de comida en la zona 6 capitalina, que dejó dos adultos y un menor heridos. El 12 de marzo, ocurrió el tercer ataque explosivo a una tienda en la colonia El Milagro, zona 6 de Mixco, que ocasionó daños materiales. Dos días después, otra tienda fue atacada con una bomba pirotécnica en la colonia 30 de Junio, zona 6 de la ciudad capital. Las fuerzas de seguridad también aseguraron que dos intentos de ataque explosivos fueron evitados antes de que detonaran los artefactos, así como dos falsas alarmas.
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En 2010 y 2011, durante el gobierno de Álvaro Colom también hubo ataques con explosivos al trasporte público. En esa época el exmandatario justificó que los hechos violentos eran una reacción debido a las medidas tomadas en las cárceles y a la aprensión de bandas criminales. El presidente Jimmy Morales con un argumento similar, dijo que los atentados se deben a que las fuerzas de seguridad "han tocado puntos sensibles" del crimen organizado y se trata de una desestabilización al Gobierno.
Para Adolfo Alarcón, analista en temas de seguridad de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), las explosiones de las últimas semanas, que las autoridades han atribuido a las pandillas juveniles, no se pueden calificar como “terrorismo”, y menos compararlas con los ataques ocurridos en Bélgica o Francia. “Son motivaciones diferentes. En Europa los hechos corresponden a grupos radicales religiosos y lo que sucede en nuestro país tiene que ver con grupos delincuenciales que pueden responder a motivaciones de extorsiones o sicariato. Es producto de una sociedad bastante disfuncional e inequitativa”.
Desde finales de 2009 ha habido una tendencia a la baja en el delito de homicidio según datos de la Policía Nacional Civil (PNC). Alarcón opina que es necesario analizar esta tendencia porque las razones de la baja pueden deberse a varias variables, que vienen ocurriendo desde el gobierno de Colom, como los cambios en el enfoque de investigación, el trabajo interinstitucional, y otras.
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