La tabla de gradación no pasa el test de la vista. Castiga en puntuación a Claudia Escobar, cuyo aporte para iniciar la lucha contra la corrupción al denunciar el pacto de cortes PP-Líder es de un valor incalculable, y al mismo tiempo premia con una puntuación alta a un perfil como el de Érick Álvarez, conocido por usar fondos públicos para pagar un viaje innecesario a su entonces asistente.
Además de este escenario poco esperanzador, se presentaron acontecimientos mediáticos que fueron restándole importancia al proceso. Sin embargo, las organizaciones de la sociedad civil y los distintos medios de comunicación fijaron su atención en él.
Para este año, la comisión de postulación estableció 60 puntos como la puntuación mínima que los postulantes debían alcanzar para ser considerados en la ronda de votación para integrar nómina. Asimismo, previo a la votación, se conocieron las objeciones a los candidatos por parte de la sociedad civil. Varias de estas objeciones fueron desvanecidas por parte de los postulantes por medio de argumentos de descargo. Aquí hay otra muestra de cómo los instrumentos de la comisión y sus criterios no logran dejar afuera a todos los candidatos no idóneos: Érick Álvarez desvaneció el señalamiento por mal uso de fondos públicos al argumentar que en un informe de la Contraloría General de Cuentas consta que devolvió el dinero del viaje de su asistente. Es decir, no existe una sanción por la intención del uso incorrecto del erario nacional.
La sala contó con una participación activa, con una sala llena de ciudadanos reportando en redes sociales el proceso de votación. Ante dicha vigilia, la votación no pasó desapercibida.
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Podemos decir que este ha sido el proceso de comisiones de postulación que más fiscalización ciudadana y escrutinio ha tenido. Por primera vez se vio el involucramiento de los sectores indígena y campesino y de barrios de vecinos organizados, la revitalización de la participación estudiantil y la presencia tradicional de la sociedad civil, pero con un salto cualitativo en sus estrategias de incidencia: hubo coordinación en la presencia en la sala de vistas, en la comunicación de las sesiones de la comisión, en la presentación de las objeciones a candidatos y en las actividades de deliberación pública.
Sin embargo, mucho del análisis que se ha hecho —y se hace— no lleva a vislumbrar la actuación de cada actor en la selección de la nómina de los seis candidatos, resultado que, a grandes rasgos, fue aplaudido y acogido por varios actores nacionales e internacionales.
Si este fue un proceso muy público y que resultó en una nómina de seis postulantes finales calificada como correcta por parte de expertos en la materia, ¿qué hace falta decir?, ¿qué necesitamos para identificar los puntos del proceso que deben mejorar?
Para poder comprender a nivel micro cómo votó cada uno de los integrantes de la comisión de postulación, se realizó una correlación entre los votos a favor y en contra emitidos por cada miembro. El resultado, como se muestra en la gráfica, nos dice varias cosas.
Un aporte que nos dé luz en esta dirección es la dinámica interna de la comisión de postulación. Recordemos que esta agrupa a 15 comisionados: los decanos de Derecho de las universidades del país, dos representantes del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG) y el presidente del Organismo Judicial. Con base en sus votos para la integración de la nómina final, las relaciones entre los comisionados se ilustran en la gráfica:
El nodo principal de universidades privadas. Primero, podríamos argumentar que hubo bastante consenso en el voto. Existe un red centralizada conformada por un nodo con características de reciprocidad, en el cual se encuentran la mayoría de los miembros de universidades privadas. En las periferias de ese nodo se pueden notar otros que se asemejan pero difieren en alguna medida, como Juan Carlos Rodil Quintán, de la Universidad Da Vinci, quien votó en contra de Ilse Magalia Álvarez, y Luis Roberto Aragón, de la Universidad San Pablo, que votó a favor de Franc Martínez Ruiz.
Lo interesante de este particular nodo es la relación que existe entre el voto de la Universidad Rural y el de la Universidad Mesoamericana, que, a diferencia de las del nodo central, votaron en contra de Ilse Magalia Álvarez y a favor de Mynor Alberto Melgar. Esto hace que tengan relación con Gustavo Bonilla, de la USAC, quien, además de rechazar a Ilse Álvarez, también se opone a María Consuelo Porras, a quien los otros dos aprueban.
Asimismo, José Antonio Pineda Barales, de la CSJ, muestra un comportamiento diferenciado al votar a favor de Érick Alfonso Álvarez.
Las singularidades. Adentrándonos en los comportamientos más aislados que se destacan en el gráfico, notamos que el representante de la Universidad Regional, Yuri Búcaro, vota en contra de María Consuelo Porras y de Ilse Magalia Álvarez a la vez que aprueba a la candidata Mayra Yolanda Véliz.
El voto del CANG. Aquí nos encontramos con un nuevo nodo entre el tipo de voto que elaboraron los representantes de dicho colegio. Sus dos miembros votaron a favor de Ranulfo Rafael Rojas, lo cual los distingue del resto de los miembros de la comisión. También lo hicieron con el candidato Franc Martínez Ruiz, lo cual los enlaza con Luis Roberto Aragón, de la Universidad San Pablo.
El caso aislado. De todos los casos, y examinando el comportamiento de los otros, el caso que más se perfiló por ser distinto y aislado es el de Enrique Fernando Sánchez, de la Universidad Panamericana. Su comportamiento fue el más inusual al votar en contra de Miguel Ángel Gálvez y de Patricia Elizabeth Gámez, pero a favor de Érick Alfonso Álvarez y de Roaldo Chávez Pérez. Dicho comportamiento lo coloca fuera de cualquier nodo y muestra a Luis Aragón en la periferia de la red.
Visibilizar el poder es un reto. A veces el poder puede ser evidente, pero muchas veces las asimetrías de información lo diluyen y lo vuelven opaco, poco perceptible y, sin embargo, no menos importante en el acontecer político.
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Gracias al actual funcionamiento de las comisiones de postulación podemos notar que, en épocas pasadas, muchos de los procesos para elegir a altos funcionarios han pasado desapercibidos, lo que dio origen a que se gestaran personajes como el Rey del Tenis, entre otros que decidían el destino de las cortes.
Estas relaciones que se ilustran y explican no son evidentes simplemente observando las sesiones. La sesión final, en la cual se desarrolla la votación, fue curiosa porque no hubo deliberación de la comisión. ¿Cómo es entonces que se establecen las relaciones y los vínculos entre comisionados? ¿Qué factores influyen en su forma de votar? Existen numerosas piezas de periodismo de investigación, reportajes y hasta casos penales presentados sobre los operadores del actual sistema de comisiones de postulación. La práctica ha sido operar conjuntando bloques de comisionados para obtener los votos necesarios para avanzar candidatos. ¿Cómo y qué se negocia en estas instancias privadas?
No obstante, ahora nos encontramos ante una nueva dinámica. Más organizaciones se han sumado a realizar un monitoreo que logre detectar los actores y los procesos y que puedan reaccionar de manera inmediata ante las decisiones. Es claro y evidente que el actuar de los miembros de la comisión de postulación se dio bajo un ambiente de vigilia, lo que generó el mejor de los escenarios.
Una vez más es importante notar que algo sí ha cambiado y que, para seguir en esa misma línea, tenemos que seguir fortaleciendo y arrojando luz a los distintos procesos para impedir que los actores se escondan bajos sus estructuras y traicionen el espíritu de la comisiones de postulación y a las mismas entidades a las que representan.
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