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Richard Aitkenhead Castillo: Las offshore son un martillo

Las offshore son el mecanismo que les da más tranquilidad para el manejo de sus patrimonios.
Las offshore facilitan los negocios, pero usadas incorrectamente pueden contribuir a la opacidad de los sistemas.
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Richard Aitkenhead Castillo: Las offshore son un martillo

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El experto asesor en inversiones y finanzas, Richard Aitkenhead Castillo, compara las offshore con un martillo: "una herramienta que sirve para clavar, para construir, pero que también se puede utilizar como un arma para pegarle en la cabeza a alguien". Estas son las tres razones legítimas para usar una.

Hace menos de dos semanas se publicaron los Paradise Papers, una investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) que se basa en una filtración de 13.4 millones de documentos procedentes de Appleby, uno de los principales bufetes internacionales con sede en Bermudas, que ofrece a sus clientes servicios corporativos como la creación y constitución de offshore y trust, y la gestión de fondos de inversión, entre otros. Esa investigación, en la que participaron casi un centenar de medios de todo el mundo, entre ellos Plaza Pública, reveló la forma en que multimillonarios y multinacionales ocultan sus patrimonios y mueven grandes cantidades de dinero de manera opaca.

Richard Aitkenhead Castillo, presidente del Grupo IDC Asesores Financieros, una de las firmas guatemaltecas más importantes en consultoría financiera y asesoría de inversiones, habla en esta entrevista sobre el impacto de la revelación de los Paradise Papers, la razón de ser de las offshore y su uso, así como del papel de la prensa y la importancia de transparentar estos esquemas comerciales.

En la década de los noventa, Aitkenhead Castillo se dedicó al servicio público. Fue ministro de Economía en 1991, y luego ministro de Finanzas entre ese mismo año y 1994. Durante el gobierno de Álvaro Arzú integró la Comisión de Paz del Gobierno que firmó los Acuerdos de Paz con la guerrilla en 1996, y luego fue nombrado comisionado presidencial de la cooperación internacional para la paz. También dirigió al equipo de trabajo que ejecutó el programa de gobierno del presidente Óscar Berger.

Su especialidad y experiencia, además de la política y la administración pública, está en la economía y las finanzas. Estudió Economía en la Universidad Rafael Landívar y un máster en Administración Pública en la Kennedy School of Govermment de la Universidad de Harvard.

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¿Son las offshore, realmente, un mecanismo legal para evadir impuestos, lavar dinero o esconder lo que se roban los políticos corruptos?

Las offshore nacen en el sector empresarial como una manera de proteger la propiedad en países en los que había mucha volatibilidad política y temor. Los empresarios optaban por que la (empresa) propietaria de una parte de sus patrimonios estuvieran fuera de sus países, para protegerlos. Pero también, porque esa segunda (empresa) propietaria que estaba fueran del país tenía mejor acceso a financiamiento internacional, especialmente al que tenía que ver con comercio internacional. Además, a la hora de un problema legal, éste se dirime con reglas de una jurisdicción en la que (el propietario) se sienta cómodo. Por ejemplo, si opta por una en el Caribe es porque le gustan las reglas británicas, y si agarra una en Panamá, es porque le gusta el sistema de arbitraje.

Ha sido y es una práctica común que funciona normalmente en el mundo de los negocios, pero obviamente esa misma estructura la ha aprendido a utilizar gente que está haciendo operaciones oscuras.

Además de proteger sus patrimonios, hay evidencias de que algunos empresarios que utilizan las offshore para evadir impuestos en sus países…

Dependiente del país. Cualquier país europeo que tiene un Impuesto Sobre la Renta (ISR) global, sí, porque pueden utilizar esas empresas para no declarar en su país. En países como Guatemala, donde tienen un ISR territorial, una offshore no le genera ningún beneficio fiscal adicional en operaciones fuera del país. En general, si se tiene una offshore para proteger patrimonio, para tener acceso a financiamiento o para su giro de negocios, no tendría ningún impacto fiscal en su país.

Sacar la riqueza que se produce en el país genera cuando menos un dilema ético, porque no se utiliza para generar más riqueza, más empleo, más oportunidades…

Tiene mucho que ver con la visión de los países. Para que el capital que fue legítimamente creado en Guatemala se mantenga en el país, debe haber condiciones. Una condición importante es que el capital no tenga una afectación a la hora de una herencia generacional; que se tenga certeza que sobre la parte patrimonial hay estabilidad en materia tributaria. La gente tiende a poner en riesgo lo que tienen sus empresas operativas, lo que no quiere poner en riesgo es el patrimonio acumulado a lo largo de los años. En ese sentido, las offshore son el mecanismo que les da más tranquilidad para el manejo de sus patrimonios.

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Pero ese patrimonio lo creó en el país, el país le dio oportunidades y en muchos casos facilidades para crearlo.

El que esté en una offshore no significa que no pueda ser utilizado para hacer inversiones en el país. Se coloca en una offshore de manera transitoria, en lo que surgen nuevas oportunidades de inversión. Pero la mejor manera de que el capital permanezca en el país donde se creó, es que ese país genere condiciones que lo hagan interesante. Hoy en día hay condiciones más interesantes en los intereses que paga la bancada local que lo que paga la banca internacional; hoy día muchos de los capitales creados en el país se mantienen acá, porque tienen una tasa adecuada de retorno y seguridad. Como todo en la vida, se trata de encontrar el equilibrio entre las dos partes: el Estado debe garantizar las condiciones para que el que haya hecho riqueza legitima lo mantenga en el país; y, como parte de la responsabilidad social empresarial, quien crea esa riqueza debería de reinvertir buena parte de ésta en el país para seguir generando empleo y mejores condiciones de vida para los guatemaltecos.

Según los Paradise Papers, quienes acuden a las offshore para proteger u ocultar sus patrimonios, son el 1% de la población más rica del mundo.

Este sistema fue inventado por los grandes banqueros suizos desde hace muchos años. Lo que se preocupó en desarrollar esa industria es la certeza que le da a quien tiene un patrimonio de que su patrimonio estará seguro legal, financiera y fiscalmente. Además, es importante entender que los países siempre están compitiendo entre sí. Entonces, si queremos que el capital se quede en Guatemala, debemos de crear condiciones para que los inversores se sientan cómodos y seguros de que serán respetados.

Luisa Fernanda Rodríguez

Que las offshore son legales nadie lo discute, pero la manera en que se gestionan, su secretismo, provoca zonas grises que generan sospechas sobre posibles operaciones de lavado de dinero, evasión de impuestos…

Hecha la ley, hecha la trampa. Las offshore se diseñaron como un mecanismo ágil para negocios internacionales y para protección de los patrimonios. Es legítimo el funcionamiento de las offshore. Pero que por vacíos en las legislaciones han sido utilizadas por personas que violan la ley, haciendo mal uso de éstas, sí. Ha ocurrido.

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Hace unos años en Guatemala hubo mucha gente que se oponía a la eliminación de las acciones al portador. Yo participé en esa discusión, con gente correcta que por razones de seguridad quería que las acciones siguieran siendo al portador, pero hubo que entender que por la forma en que funciona el mundo, muchas personas empezaron a usar las acciones al portador para hacer cosas que no eran transparentes y correctas. Por eso hubo que cambiar las acciones a nominativas. Hoy el individuo tiene que ser mucho más responsable de lo que tiene. Ahora, debido a la presión mundial por transparentar las operaciones, les corresponde a los bancos ser más exigentes en exigir información sobre quienes abren una cuenta, los beneficiarios de los movimientos, los accionistas de las empresas.

Las offshore pueden seguir funcionando, pero los entes reguladores deben tener más información sobre quiénes son los beneficiarios finales, sobre si se usa para negocios internacionales, para mantenimiento del patrimonio o para fines que no son correctos. Los que no son correctos deben de ser perseguidos por la ley.

La filtración el año pasado de los Panama Papers y ahora de los Paradise Papers de alguna manera han roto la secretividad de estas operaciones, mostrando un submundo poco conocido.

Yo no creo que rompan la secretividad, lo que está haciendo es ampliando el conocimiento del gran público de prácticas internacionales que han existido siempre. Creo que es bueno que cada vez sea más pública la información y que se entienda cómo funciona el sistema económico mundial, y que al hacerse pública esa información se pueda saber si la gente está usando este sistema de manera correcta o incorrectamente. Las offshore son un mecanismo que facilita mucho los negocios, pero usadas incorrectamente pueden contribuir a la opacidad de los sistemas.

Estas dos investigaciones las coordinó ICIJ, y participaron 382 periodistas en 67 países. ¿Cómo las ha recibido el mundo empresarial?

Lo bueno e importante es que la información esté disponible para quien la quiera buscar. Los medios de comunicación han hecho un buen proceso de análisis y traducción. En estos casos hay una parte sensacionalista de la noticia, pero hay otra mucho más importante que es la formadora y orientadora que la prensa responsable ha hecho de esta información. Yo defiendo que todos los temas se hablen con claridad y transparencia, sin prejuzgar de antemano, sino entendiendo que una buena práctica puede tener buenos usos y malos usos. En muchos sentidos las offshore son fundamentales para el funcionamiento de la economía, pero también han sido utilizadas para su mal uso.

Luisa Fernanda Rodríguez

Para que haya esa transparencia, es indispensable que todos los actores involucrados compartan información y puntos de vista.

Hablar de esos temas como de cualquier otro. Poder hablar las cosas desde posiciones en que la gente no tenga porqué sentirse señalada ni culpable; hablar sobre un sistema que ha venido funcionando en el mundo desde hace muchos años. Lo importante es entender que esto es como un martillo: una herramienta que sirve para clavar, para construir, pero que también se puede utilizar como un arma para pegarle en la cabeza a alguien. El martillo no es bueno ni malo, es una herramienta útil. La discusión está en si la usamos bien o mal. Las offshore son un martillo muy bien diseñado para el funcionamiento de la economía internacional, pero hay gente que las ha usado para facilitar operaciones que no son correctas.

¿Se justifica la secretividad en la economía?

En economía siempre se está compitiendo con alguien. Así como un periodista no revela sus fuentes, un buen empresario no le revela sus estrategias de mercado, sus fuentes de financiamiento, sus proveedores a sus competidores. No se trata de secretividad sino de un manejo prudente de la información. La secretividad se rompió desde el momento en que los bancos exigen toda la información a sus clientes y se convierten en responsables de sus operaciones.

Pero también es necesario terminar con el secreto bancario.

Siempre y cuando esté regulado su uso, sí. En Guatemala se avanzó a tal punto de que cuando un juez considera que hay motivos suficientes se levanta el secreto bancario. Debe ser un sistema muy bien regulado para que el secreto bancario no se utilice para proteger hechos indebidos, pero tampoco para chantajear a gente correcta que está haciendo uso correcto del sistema. El acceso a la información de las empresas internacionales y a sus cuentas bancarias debe poder tenerse, pero con ciertos filtros de seguridad para garantizar que tengan acceso a esa información solo los órganos autorizados.

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Los Panama Papers y Paradise Papers abrieron las cajas fuertes que durante muchos años fueron celosamente protegidas. ¿Qué reacción podríamos esperar como consecuencia de ello? ¿Más blindaje?

Esto seguirá hasta el día que tengamos reglas fiscales y financieras universales. El día que eso ocurra, eso va a desaparecer. Pero es un proceso de competencia: en Europa, por ejemplo, mientras Francia subía el Impuesto Sobre la Renta, Inglaterra lo bajaba. Hay competencia en todos los países a nivel de las empresas y de los gobiernos. Muchas de las preocupaciones se deben a que el tratamiento fiscal y financiero no es ni ha sido igual en todo el mundo. Quizás, desde el punto de vista teórico, lo mejor sería tener un sistema universal, que haría que las personas utilicen las jurisdicciones de acuerdo con sus intereses comerciales, no a la competencia fiscal entre países. El empresario lo que hace es ajustarse a las reglas del juego que encuentra en el mundo, pero no las crea.

Este tipo de publicaciones van ayudando a generar más transparencia y a que la opinión pública vea que en todo tema hay muchas aristas y muchos puntos de vista diferentes. Así como la noticia que se publicó hace unos días, en donde los 400 empresarios más grandes de Estados Unidos le escribieron una carta al presidente (Donald) Trump pidiendo que no les baje los impuestos. Seguro que hay otros 400 que estarán felices de que baje los impuestos, pero es importante ver que hay 400 que tienen la conciencia de decir que eso no es correcto.

 

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