Sergio Celis: 16 años en el congreso y lo conocemos ahora que se fue
Sergio Celis: 16 años en el congreso y lo conocemos ahora que se fue
Su poca presencia en el legislativo le permitió ejercer el poder casi en la sombra. Siete iniciativas de ley aprobadas de 40 que presentó, y una serie de alianzas cuestionables, constituyen el legado de Sergio Leonel Celis Navas, el único diputado por Sacatepéquez que no se reeligió.
Sus adversarios políticos lo llaman «cacique». Permaneció 16 años en el congreso y otros ocho en la municipalidad de Sumpango, como síndico y alcalde. Es poco conocido entre la población guatemalteca.
El 14 de enero, Sergio Leonel Celis Navas concluyó su cuarto período como diputado por Sacatepéquez, sin dejar de ser empresario de la música, combinó ambas actividades sin llamar demasiado la atención. En Sumpango, por el contrario, es conocido como el diputado que postuló alcaldes alineados a sus intereses. ¿Pruebas? un instituto de educación básica y diversificado, y varias calles del poblado llevan su nombre pintado o tallado en plaquetas de mármol y cemento.
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Como la mayoría, Celis recorrió diferentes partidos. Pasó por las filas del extinto Frente Republicano Guatemalteco (FRG) y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). También con el desaparecido Libertad Democrática Renovada (Lider), y la bancada Alianza Ciudadana (AC). Un partido por cada período en el congreso.
Decidió no postularse por la coyuntura política de estos últimos cuatro años, dice. Sin embargo el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ofrece otra versión: se le negó la inscripción por transfuguismo, intentó postularse con el partido Prosperidad Ciudadana. No se repetirá en el Congreso, pero sus intenciones de seguir en política continúan.
Antes que diputado fue alcalde, síndico y marimbista. La historia Celis Navas, de 56 años, cuenta cómo nace y cómo opera un diputado distrital.
El joven marimbista
Un joven Sergio Celis se interesó por la música. En el municipio de aquel veinteañero, los artistas afloraban y los conjuntos musicales cobraban relevancia. Empezó con la marimba Konojel Junan. Era un grupo que empezó pocos años después del terremoto (1976) que los devastó, querían levantar el ánimo de la población sumpanguera con conciertos de marimba, danzas tradicionales, y carreras de atletismo. Pero cinco años después el grupo se separó. «Había conflictos entre los miembros de la orquesta, entre ladinos e indígenas», recuerda Armando Ajuchán, músico que empezó su carrera a los 10 años con la marimba del grupo.
Por entonces los muchachos ladinos compraron una marimba a la que llamaron Ranima Vinek. Este nuevo grupo tenía una proyección folklórica, cuyo principal atractivo eran las danzas del baile de la pedida y del casamiento. Con el paso del tiempo, la marimba cobró mayor relevancia y empezó a ser contratada para amenizar bodas, quince años, bautizos, entre otras celebraciones. Así pagaron los Q600 que costó el instrumento.
Hasta aquí las historias coinciden, lo que pasó después es motivo de disputa entre los exintegrantes del grupo y el exdiputado.
Enrique Toribio, uno de los fundadores de la marimba, recuerda a un Sergio Celis muy afable, «era común y corriente, muy alero, alguien con quien platicaba y salía». Tanto Toribio y Ajuchán, exintegrantes de la marimba, conocieron a un Celis que poco después se transformó en alguien prepotente e intimidador.
«Él siempre decía “esta marimba tiene que ser mía”. Comenzó a ser muy mandón y a mí ya no me gustó», recordó Toribio. Al sentirse manejados, los integrantes abandonaron el conjunto no sin antes exigir su pago para cederle los derechos, pero se aprovechó de sus necesidades económicas y el alcoholismo de algunos, pagándoles lo que quiso, le reclaman aún. Fueron siete los fundadores de la marimba, Ajuchán asegura conservar documentos de hace 30 años que lo respaldan como dueño y por eso también reclamó su pago, Celis niega que haya sido socio.
Otra discrepancia en la historia está en el nombre. se llamaba Maderas Chapinas, pero debieron cambiarlo porque así se llamaba la marimba de la Policía Judicial. «Era el tiempo del conflicto (armado interno), y esa gente no miraba caras, por eso se lo cambiamos a Ranima Vinek», recordó Toribio.
En la versión de Celis es que siempre fue Ranima Vinek, y cambió a Maderas Chapinas cuando empezaron a ser reconocidos.
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«En Guatemala había dos empresas fuertes donde grabar: Fonoindustrias de Centroamérica (Fonica), y Discos de Centroamérica (Dideca). Dideca era la más importante, la que tenía las mejores agrupaciones, y más control de las radios. Me fui con ellos». El nombre de Maderas Chapinas fue sugerencia de César García, gerente de producción. Los directivos creían que Ranima Vinek no era atractivo ni rentable para promocionar.
Con esa casa disquera el grupo empezó a tener éxito a nivel nacional, cinco años de trabajo hasta que los integrantes decidieron irse; algunos enfermaron y otros buscaron mejores opciones laborales. Esa es la versión de Celis.
Le pagó a cada uno sus derechos. Niega que Armando Ajuchán tenga documentos que afirma poseer. «(Él) sale de Ranima Vinek, no de Maderas Chapinas, no grabó ni siquiera el primer disco».
En 1990 ya era el único propietario de Maderas Chapinas. Desde entonces el conjunto se ha presentado en fiestas privadas y ferias. Municipalidades y otras entidades del Estado contrataron a la agrupación, aun siendo diputado.
Estas dos versiones sobre el origen y el rumbo de la marimba los separó, la amistada entre Celis y sus excompañeros no sobrevivió. La manipulación y engaños con que obtuvo la marimba todavía se lo reprochan. Celis lo niega, asegura que les pagó a todos lo que les correspondía y de la forma correcta.
De los escenarios al despacho municipal
Paralelo a la música, Celis trabajó 11 años en la Dirección General de Servicios de Salud del Ministerio de Salud Pública. A la vez, estudiaba Contaduría Pública y Auditoría en la Universidad de San Carlos. No se graduó, solo tiene pénsum cerrado.
Santos Cubur Escobar, exalcalde de Sumpango de 2004 a 2012, conoció a Celis mientras estudiaban perito contador en el Instituto Leonidas Mencos Ávila, en Chimaltenango, en 1980. Recién graduados, formaron parte de las juntas receptoras de votos, la política era un gusto en común sobre la que basaron su amistad. «En una de esas pláticas surgió la inquietud de cómo formar un partido político. Solíamos discutir para qué conseguir un puesto público», recuerda.
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La oportunidad se presentó cuando el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) los invitó a integrar la planilla en las elecciones generales de 1995. A la alcaldía iba Longino Chajón, un líder comunitario poco conocido en el casco urbano del municipio. «(Celis) era una persona muy responsable y estricto, en el sentido de decir que íbamos a hacer tal cosa y lo hacíamos», lo recuerda Chajón. Ganaron las elecciones ese año. Chajón como alcalde, Santos Cubur, concejal segundo, y Celis Navas, síndico primero.
Ese primer acercamiento lo impulsó a buscar la alcaldía en los comicios de 1999 y ganó con el FRG, obtuvo 3 mil 111 votos a su favor, muy por encima de los 788 que logró el segundo lugar, el Partido de Avanzada Nacional (PAN). Un mercado de tres pisos con sótano, el auditórium municipal, el mejoramiento del parque municipal, el empedrado y adoquinamiento de calles de Sumpango, son algunas de las obras construidas durante su administración.
Cuando realizaban visitas al congreso por compromisos de la municipalidad, ambos se sentaban en el palco a observar las plenarias.
– Algún día voy a estar ahí, vos –le escuchaba Chajón decir a Celis.
– Quedate de alcalde y empezás a ver cómo está la cosa –le respondía.
– ¿De veras me das la oportunidad?
– Sí, igual esta babosada no es mía para que yo me quede.
En 2003, Sergio Celis renunció a la alcaldía de Sumpango. Le Ley Electoral de entonces exigía a los jefes ediles renunciar tres meses antes de las elecciones para optar a una candidatura de diputación. En su lugar asumió su concejal I, Santos Cubur, y también se postuló a la alcaldía.
Ahí empezó su recorrido por varias agrupaciones políticas. El FRG venía a menos y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) se fortalecía. «Entablamos una conversación con personajes de la UNE que tenían a su cargo el tema de la organización (no ofreció nombres). Demostramos capacidad y nos dieron la organización departamental», recordó Celis.
Ganó la primera casilla a la diputación de Sacatepéquez, y Cubur la alcaldía.
El día de la tortuga marina
Celis se estrenó como diputado y como primer secretario de la junta directiva en 2004, bajo la presidencia de Francisco Rolando Morales Chávez. Se encargaba de los contratos del nuevo personal, agendar reuniones, reservar hoteles para actividades, entre otros asuntos de su cargo. «Era un trabajo muy cansado, llegábamos al congreso a las ocho de la mañana, y normalmente salíamos a las 11 o 12 de la noche», rememora Marvin Barrios, asesor de Celis durante su primera legislatura, y posteriormente gobernador de Sacatepéquez de 2008 a 2012.
De hecho, el caso de la aldea fantasma El Paxtal, en Sumpango, sucedió durante la gestión de Barrios como gobernador. El concejo municipal aprobó la carretera que solo beneficiaba el spa de la diputada Delia Bac. El exgobernador también aprobó el proyecto por el que tiene un proceso abierto junto al entonces alcalde Santos Cubur y su corporación. Barrios, Cubur y, Longino Chajón trabajaron en la administración de Efraín Paredes (2012-2016 y 2016-2020), afín a Celis. Por cierto, Paredes no se reeligió para su tercer período. «Yo fui uno de los que le dijo que no (se postulara)», precisa Celis. Así de cercanos.
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Además de secretario de la junta directiva, presidió la comisión de asuntos municipales, área que conocía muy bien luego de ser síndico y alcalde. También pasó por las comisiones de cultura, derechos humanos, del migrante, de pueblos indígenas, por mencionar algunas.
Al momento de presentar su primera iniciativa de ley, Celis y Barrios creían que solo era de redactarla y ya. «Primero había que consensuar con la bancada», aclara Barrios. Siendo músico, uno de los sueños de Celis, era aprobar leyes para apoyar a los artistas. Presentó la iniciativa para crear el Instituto Nacional de la Marimba, pero solo llegó a segundo debate.
Celis Navas firmó 40 iniciativas de ley en 16 años como diputado, según el portal electrónico del congreso. Solo siete se aprobaron. Las reformas a la Ley de Tránsito, la Ley del Fondo Nacional Porcino, reformas a la Ley de Contrataciones del Estado, son algunas de las que pasaron a ser ley.
Declarar el 10 de octubre Día nacional de las tortugas marinas que solo obtuvo dictamen de comisión. Otra fue la ley para la lectura, enseñanza e instrucción bíblica en establecimientos educativos, que llegó a conocer el pleno. En 2010 intentó aprobar algunas reformas a la Ley protectora de La Antigua Guatemala, pero fue infructuoso. «Hay una serie de intereses que se mueven ahí. Incluso un diputado de la ciudad con intereses en La Antigua, participaba en las reuniones», reconoce ahora.
Mucho de su trabajo se enfocó en intermediar entre alcaldes e instituciones del Estado. También se reunía con grupos de campesinos. «Intermediamos proyectos que van a beneficiar a la población. Alcaldes, asociaciones, cocodes, con esa gente es con la que trabajamos», responde Celis. Entre ellos, menciona las citas que organizaba con el Ministerio de Gobernación por las quejas de alcaldes sobre el crimen organizado.
La única ocasión que formó alianza con los otros dos diputados de Sacatepéquez, fue con las reformas a la Ley protectora de La Antigua. Y nada más. En 2016, un grupo de sociedad civil impulsó una agenda en la que se comprometieron los tres diputados. Asistieron a las primeras reuniones, después solo sus asesores, hasta que nadie llegó. Ninguna meta se cumplió.
Sobre el porqué no pudieron trabajar en conjunto, él cree que cada legislador tiene su propia clientela con diferentes intereses. «¿Quién va a ser la clientela mía? Los que son afines míos».
Como diputado, en Sumpango se le recuerda por las carreteras que gestionó y no terminó, aquellas que servirían para comunicar el casco urbano con sus aldeas. «Fue por falta de fondos» que no se concluyeron, lo excusa Chajón.
Diputado y contratista
Ser diputado y prestar servicios musicales al Estado no fue problema para Celis Navas. Sus marimbas, Maderas Chapinas y Sonora Ideal, fueron contratadas por diferentes municipalidades, la de Sumpango en cuenta. Entre 2012 y 2013 facturó Q110 mil 300. Ser funcionario y contratista del Estado lo prohíbe el artículo 164 de la Constitución Política de la República.
Tampoco fue obstáculo para postularse por cuarta ocasión en 2015, a pesar del voto razonado de María Eugenia Mijangos Martínez, Magistrada vocal III del TSE: «No es conveniente la adjudicación de la curul» a Celis, precisamente por ser contratista.
Las dos marimbas del exdiputado amenizan ferias y otras actividades culturales, aunque él ya no aparece como representante legal sino Ervin Orlando Cancinos Gómez, a cargo de varias agrupaciones musicales que desde 2010 factura más de Q8 millones.
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Su actividad dentro del Congreso siempre pasó desapercibida por los medios, su bajo perfil le permitía moverse entre bancadas sin llamar la atención.
Una de las pocas veces que cobró relevancia, fue al integrar la comisión pesquisidora que recomendó retirar la inmunidad al expresidente Otto Pérez Molina. Era agosto de 2015, y las protestas contra el mandatario eran la efervescencia del momento, acusado de defraudación aduanera por el caso La Línea. Celis fue vocal de la comisión.
El 13 de septiembre de 2017, el congreso aprobó una de las iniciativas más controvertidas que haya emitido: las reformas al artículo 407 del Código Penal. La población la llamó el “Pacto de Corruptos”. Ese día Sergio Celis votó a favor. Los otros miembros de su bloque, Delia Bac –implicada en el caso de la aldea fantasma El Paxtal–, su hija Eva Monte, y Armando Escribá –recién detenido acusado de corrupción–, también dijeron sí a la iniciativa.
El decreto les duró poco, dos días después fue revocado por presión de diferentes sectores. Ese 15 de septiembre la ciudadanía saboteó los eventos oficiales de independencia, y encerró a los diputados en el Congreso, hasta que fueron liberados por las fuerzas policiales.
Por esas fechas también se discutía retirar la inmunidad al expresidente Jimmy Morales. Dos veces se hicieron las votaciones. En la primera votación del 11 de septiembre Celis votó en contra de retirarle la inmunidad. Diez días después a favor de la moción, pero el exmandatario conservó su inmunidad.
En noviembre de 2019 se aprobó la Ley de Aceptación de Cargos (ahora suspendida temporalmente). Con ella se pretendía abreviar los casos mediante la aceptación de culpa de los acusados. Celis estuvo ausente el día de la votación, aunque en los debates previos votó a favor de la ley.
Las estrategias del diputado
¿Cómo logró Celis permanecer 24 años en el poder (ocho como alcalde y 16 en el congreso)? «Es por el sistema tan perverso. Ellos siguen llegando a donde quieren por el dinero y poder que tienen», asegura Estuardo Silva Contreras, politólogo y vecino de La Antigua Guatemala. El plan del diputado fue sumarse a las estructuras que quedaban en segundo lugar durante las elecciones anteriores. Estrategia que usan casi todos los funcionarios en el país, señala el politólogo.
«Él casi no se ve. Se enfoca mucho en los municipios en los que trabaja con sus alcaldes, pero sobre todo la vinculación que hay entre el candidato a alcalde con el partido», explica. Según Silva, la población no sabe por qué diputados votan en realidad, y se dejan guiar por la figura que los candidatos a la alcaldía les dicen. Lo que también beneficia a los presidenciables, pues la población vota en línea al partido.
Harald Waxenecker, describe a este comportamiento como «perpetuidad legislativa». Según el investigador, hasta 2015, este fenómeno se observó en 21 de los 22 departamentos del país. Estos diputados logran influir, negociar, definir y operar en todas las instituciones a nivel regional y nacional. En las que interactúan con poderes económicos, políticos y criminales.
En 2018 Insight Crime publicó «El dinero de los Zetas y la campaña de Colom», detalla el presunto financiamiento del crimen organizado que recibió la UNE en 2007, para la candidatura de Álvaro Colom a la presidencia. Ese año, Celis ganó su segundo período como diputado con el partido señalado.
Ser una figura poco conocida también fue un beneficio electoral, pues lo conoce solo la gente que está en política, pero no la gente común. «Su función de representatividad nunca la cumplió, en Sumpango sí lo conocen, pero en los otros 15 municipios… Nunca se ha visto una intervención o posicionamiento de él fuerte», reclama Silva.
Un nuevo viejo conocido
El 14 de enero, el diputado terminó una legislatura de 16 años. En su lugar quedó Mario Azurdia, del partido oficialista Vamos. Fue gobernador de Sacatepéquez en 2015 con el cancelado Partido Patriota. En 2016 se vio involucrado en la suspensión de la selección nacional de fútbol por la FIFA, al rechazar la comisión enviada por el ente internacional.
El parlamentario de 58 años también trabajó en el extinto Fondo Nacional para la Paz (Fonapaz), e intentó ser gobernador durante el gobierno de Jimmy Morales, pero no fue electo. A pesar de su historial político relacionado a gobiernos cuestionados por corrupción, los pobladores de Sacatepéquez esperan que ejerza un buen papel, y trate de hacer las cosas diferentes.
El departamento más pequeño de Guatemala tuvo a un diputado que no se dejó conocer ante las personas a las que representaba en el Congreso. Y con las que mucho menos se reunió a hablar. Sergio Celis deja su curul y una carrera de más de dos décadas, en tanto los que lo conocen se preguntan ¿qué hace desde el 15 de enero? Así responde: «Yo me dedico a trabajar y a hacer más política. Estamos en la construcción de una nueva organización a nivel nacional. Seguiremos en la política».
En cuatro años, posiblemente, se verá de nuevo el rostro de Celis. El color de la papeleta y el partido, aún no se sabe.
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