La frontera sur de México es considerada la puerta de acceso al corredor migratorio que permite llegar a Estados Unidos. Ernesto Rodríguez calculó en 2014 que alrededor de 392,000 personas migrantes centroamericanas transitaron por el territorio mexicano de manera irregular. En 2016, el Acnur estimó que alrededor de 400,000 personas cruzan anualmente la frontera sur de México irregularmente. Por este corredor migratorio transitan principalmente migrantes centroamericanos. Sin embargo, también es común observar a migrantes procedentes de países caribeños, sudamericanos, africanos e incluso asiáticos.
Desde hace una década México había venido actuando como filtro para contener el flujo de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos. Vale la pena recordar que, como parte de la Iniciativa Mérida, anunciada en 2007, México recibió fondos del Gobierno estadounidense para mejorar la seguridad fronteriza. Por otro lado, a partir de 2014 México implementó el Programa Frontera Sur y se creó la Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur con la finalidad de brindar atención y ayuda humanitaria, así como de garantizar el respeto de los derechos humanos de los migrantes. Sin embargo, en la práctica, la puesta en marcha de este programa significó un mayor interés en la contención del flujo migratorio mediante una mayor vigilancia, procesos de detención y la deportación desde el sur y el centro de México.
A su llegada a la frontera sur, las primeras caravanas de migrantes que arribaron a México en 2018 experimentaron una serie de obstáculos que provocaron que algunos optaran por cruzar la frontera de manera irregular a través del paso por el río Suchiate o forzando las vallas metálicas. Mientras tanto, otros optaron por iniciar el proceso para solicitar refugio en México, otros fueron deportados y otros decidieron retornar a sus comunidades de origen a través del Plan Retorno Seguro. Las caravanas del 2019 encontraron un contexto distinto a su llegada a la frontera sur con el ofrecimiento de tarjetas de visitante por razones humanitarias, las cuales permiten transitar por el territorio mexicano y acceder a ciertos beneficios en ese país. Hasta el 8 de febrero, el Instituto Nacional de Migración (Inami) había entregado un total de 12,061 tarjetas, principalmente a hondureños, guatemaltecos y salvadoreños. Sin embargo, algunos migrantes han desconfiado de este procedimiento y se han internado en territorio mexicano de manera irregular.
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Estos cambios en el abordaje de las caravanas de migrantes en México coinciden con cambios en las autoridades del Gobierno mexicano. En diciembre pasado, este anunció el Programa de Política Migratoria 2018-2024, cuyos ejes principales son el respeto de los derechos humanos de los migrantes y el desarrollo en Centroamérica y del sudeste de México. Además, es importante mencionar que el nuevo comisionado del Inami, Tonatiuh Guillén, es un académico mexicano con una amplia trayectoria en el abordaje del fenómeno migratorio a nivel regional y ha anunciado una reestructuración y modernización de este instituto con la finalidad de darle un enfoque más humano. Estas primeras acciones incluso han merecido la atención del presidente de Estados Unidos, quien en un mensaje por Twitter el 19 de enero expresó: «Mexico is doing NOTHING to stop the Caravan, which is now fully formed and heading to the United States».
Por otro lado, colectivos de observación y monitoreo en el sudeste mexicano han denunciado esta semana que cientos de personas se han quedado varadas en la frontera entre Guatemala y México esperando realizar el trámite migratorio o porque no alcanzaron a obtener el brazalete que los identifica como parte de las caravanas de migrantes, por lo que no saben cuáles son sus opciones. Ante esta situación surgen las siguientes interrogantes: ¿qué pasará con los migrantes centroamericanos que todos los días buscan llegar a Estados Unidos atravesando el territorio mexicano sin integrar las caravanas?, ¿es este un cambio coyuntural o permanente?, ¿es posible pensar que estamos ante un cambio en el papel de México respecto de la migración centroamericana?
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* Para darles seguimiento a las caravanas de migrantes de 2019 se recomienda consultar los informes de monitoreo que comparte la Red Jesuita con Migrantes de Centroamérica (sígase este enlace).
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