Código 300. Episodio 7. María Elisa
Código 300. Episodio 7. María Elisa
María Elisa Meza tenía pocos meses de vida cuando su padre, Gustavo Adolfo Meza, fue secuestrado y asesinado por el Estado. Sus datos aparecen registrados en el Diario Militar. No es el único miembro de la familia, su tía también aparece en el documento. Y aunque el nombre de su madre no aparece en el dossier, también fue asesinada.
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Esta es la transcripción del Episodio 7 de la serie Código 300: Las historias del Diario Militar, 25 años después
María Elisa: Yo no me hablaba como una huérfana, sino que empecé como que a decir que tenía una familia. Que tenía más hermanos, que tenía un papá, que tenía… fantaseaba con eso de la familia y que bueno mis hermanos y hablaba de mis hermanos en el colegio. Y no pues, yo solo tenía a mi prima, que era como mi hermana y hasta ahí. Entonces me tocó una realidad pues, vivirla bien dura, porque yo hablaba a mi papá y no había papá, porque mi papá estaba desaparecido.
Melani: Ella es María Elisa, trabaja en un call center entrenando al personal. Es hija de Gustavo Adolfo Meza Soberanis y Ana Elizabeth Paniagua. Su papá y su tía, Mayra Jannethe, aparecen en el Diario Militar y 40 años después les sigue buscando.
Su madre fue secuestrada y asesinada. De ella no hay registro ni datos en el llamado dossier de la muerte
-MÚSICA SUAVE-
Soy Melani Coyoy y este episodio forma parte del especial de Plaza Pública, Código 300, que recoge algunas historias del Diario Militar a 25 años de que se hiciera público.
María Elisa: Crecí con mi mamá los primeros cinco años, porque a mi papá lo desaparecieron el 7 de septiembre del 83, entonces yo tenía más o menos como seis meses cuando a él lo desaparecieron. Entonces me crié con mi mamá, vivíamos en la zona 7, por la colonia Landívar.
Melani: Gustavo tenía 26 años cuando fue secuestrado. Hacía apenas un año se había graduado como médico y cirujano y se dedicaba a atender una clínica privada en Alta Verapaz.
La mamá de María Elisa, Betty, era la capitana del equipo de atletismo de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Le gustaba correr.
María Elisa vivió en la casa de su abuela y bisabuela, después de los cinco años, cuando su mamá fue asesinada. Era el mismo lugar donde se conocieron sus padres.
Era común que en ese sitio los estudiantes perseguidos en aquella época, fueran recibidos. Allí les daban refugio, comida y un lugar seguro. Eran los años del conflicto armado interno y la represión contra la población era constante y más si se atrevían a pensar diferente. Betty fue una de las estudiantes que llegó a aquella casa en busca de seguridad.
María Elisa: La que me hablaba de eso era mi abuela, porque ella me decía, a mí, que ahí fue cuando mi papá conoció a mi mamá, que fue así de que “mira mira chaito”, así se llama mi bisabuela. “Fíjate, que ya está. Ella es Ana, es Betty, entonces se va a quedar aquí unos días para que me haga la comida en el trayecto” y se dice que fue el click, que mi abuela nunca se dio cuenta, ya nunca supo, cuando hice los días que estuvo mi mamá en la casa. Porque ella se iba a trabajar entonces llegaba acá en la noche y ni se da cuenta pues.
Melani: La historia de sus padres continuó mientras participaban en movimientos estudiantiles y la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas, Orpa.
La Orpa se definía como una organización política revolucionaria. Formaron parte de una coalición de movimientos rebeldes junto a las Fuerzas Armadas Rebeldes FAR, El Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).
María Elisa era muy pequeña y ya no recuerda la voz de mamá, pero sí cómo le hablaba de su papá y la imagen que quiso transmitirle de él.
María Elisa: Lo que sí estoy muy consciente es que mi mamá siempre me habló muy bien de mi papá. Porque yo crecí como con la imagen de que mi papá era una persona, pero un súper… súper humano. Y hasta el día de hoy lo sigo pensando.
Melani: Gustavo, su padre, fue secuestrado el 7 de septiembre de 1983. Betty, la mamá de María Elisa, sabía que irían tras ella, así que fue al día siguiente con su cuñada, Mayra, para explicarle que Gustavo no había llegado a dormir a la casa. Las tres, regresaron juntas a la casa de María Elisa, y entonces las sospechas de Betty se hicieron realidad.
Cuando puso la llave para abrir la puerta, sintió que alguien, desde adentro, tiró de ella. Ella empezó a forcejear para mantener la puerta cerrada.
María Elisa: Y le dice a mi tía: «llévese a la nena, corra». Entonces mi tía se va de un lado y cuando mi mamá mira que ya se fue, entonces mi mamá suelta la puerta y se va del otro lado, corriendo. A mi mamá no la agarraron porque ella corría, verdad. Pero mi tía iba conmigo, se subió un bus. A las dos nos bajaron del bus y nos llevaron, pero mi tía dijo que yo era su hija, para que no me vincularan a mí con mi papá, porque si a mí me vinculan con mi papá, a mí me llevan y me matan pues. Me hubieran torturado y después con tal de sacar la información de mi papá, verdad. Bueno la cosa es que por eso fue que me dejaron, me dejaron en la cuadra de la casa, enfrente de la casa y pues gracias a mi tía, pues realmente es que estoy viva.
Melani: En ese momento Mayra tenía 23 años, era estudiante de psicología y también tenía una hija pequeña.
De acuerdo a una nota publicada en el periódico Prensa Libre el 18 de septiembre de 1983, los padres de Mayra y Gustavo acudieron con el entonces rector de la Universidad de San Carlos, Eduardo Meyer, para pedir ayuda para encontrarles.
Mayra fue liberada, pero su vida no volvió a ser la misma.
María Elisa: Entonces a mi tía la sueltan para que ella de información de los de la organización y la siguen, pero, o sea, ya no tenía una vida normal porque ya la habían violado, ya la habían golpeado.
Melani: El 25 de enero de 1985, el Estado capturó ilegalmente a Mayra de nuevo. Había sufrido acoso e intimidación constante en esos quince meses.
Su cuerpo fue encontrado al día siguiente en la zona 11 de la ciudad de Guatemala. Tenía un corte en la garganta.
Betty y María Elisa se enfrentaban entonces a la desaparición de Gustavo y al secuestro y asesinato de Mayra.
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A finales de 1985, con la victoria de Vinicio Cerezo se dice que comenzó la era democrática del país. Era un buen momento para comenzar a pensar en los acuerdos de paz, que finalmente llegaron 11 años después.
Sin embargo, Betty decidió exiliarse durante un corto tiempo en Nicaragua con María Elisa.
María Elisa: Nos quedamos en un convento un tiempo. Bueno, después mi mamá tomó la decisión que nos regresamos a Guatemala y eso fue en el 88, pues la secuestran y la matan.
Melani: El 9 de febrero de 1988, Betty fue a la tienda. En el trayecto, según sus vecinos, fue interceptada por una panel blanca.
Su madre María Idelfonsa Morales comenzó la búsqueda ese mismo día, sin embargo dos días más tarde su cuerpo fue encontrado con señales de violencia. María Elisa solo tenía cinco años cuando su madre fue asesinada.
Después de ese suceso, la familia de Betty buscó refugió en Canadá pues comenzaron también a tener vigilancia por parte del Estado. María Elisa quedó al cuidado de su abuela y bisabuela paternas.
En 1998, María Idelfonsa escuchó en la Corte Interamericana de Derechos Humanos una sentencia a su favor y a la memoria de su hija en el caso Panel Blanca (Paniagua Morales) y otros versus Guatemala.
La Panel Blanca era un vehículo usado para secuestrar y torturar personas y ha sido vinculado con la Guardía de Hacienda, uno de los tres cuerpos policiales que existían en Guatemala, hasta su eliminación en 1997.
Aunque durante su infancia vivió tiempos muy duros a causa de la soledad y la orfandad, María Elisa al crecer entendió los ideales de sus padres.
María Elisa: Es algo que no cualquiera hace, así te lo digo. Porque si… no toda la gente logra enamorarse de las guerras, de las luchas, de todo lo que hicieron tus papás en ese entonces si puedes que te llegó la chingada porque no está, pero es por algo.
Pues por algo muy bonito que era un cambio, sus ideas o pasión que tenían por el movimiento por la militancia. Entonces hasta que llegas a entender eso, pues ya logras como que tener esa paz mental, pero siempre vamos con la misma falta que te van a hacer, desde desde sí son cosas que realmente nunca llegas a sanar, o sea, lográs vivir y todo, pero no es que se vaya a cerrar, no se sana nunca, ¿verdad? Solo pensé vivir con que pues no están más, es tu vida, tus cosas
Melani: María Elisa buscaba hablar con su abuela pero para ella era doloroso, pues perdió a sus dos hijos de manera cruel. Eso la volvió una persona triste.
María Elisa: Entonces no hablamos de eso en la casa. Yo le preguntaba cosas de mi papá y así de mi mamá y o de mi tía y me decía ella: mira, no hablamos de eso porque es que sabes que yo me pongo mal y me duele mucho.
Melani: María Elisa siempre tuvo la esperanza de volver a ver a su papá pues a diferencia de su mamá y su tía, nunca encontraron un cuerpo que les asegurara su muerte.
María Elisa: Te quedas con la expectativa o la esperanza que algún día va a tocar a la puerta y que digas ya vine. Entonces, yo pasé toda mi vida esperando ese momento hasta que vi el documento.
Vi el documento y decía que a mi papá lo habían matado. Entonces dije: bueno, entonces ya no lo puedo seguir buscando. Incluso me decía un compa que conocía a mi papá, mi mamá y a mi tía, me dijo: mira mi hija, pero es que si tu papá estuviera vivo, ya te hubiera buscado, nosotros como revolucionarios no les hubiéramos podido hacer a ustedes eso, no.
Melani: El Diario Militar se hizo público el 20 de mayo de 1999, en una conferencia de prensa en Estados Unidos. La encargada del análisis, verificación y presentación fue la investigadora y archivista estadounidense, Kate Doyle.
Este día pasó a ser histórico para muchos familiares de víctimas que aparecen en el Diario Militar. Les dio una pequeña certeza de lo ocurrido y también les dio pruebas.
El primer paso hacia la justicia fue con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, favorable para 26 familias, en el caso Gudiel Álvarez y otros vs Guatemala.
Sin embargo, para María Elisa su acercamiento al documento fue diferente. Su esposo y su suegro le mostraron el Diario Militar en 2011, a casi 30 años del secuestro de su padre.
María Elisa: el documento fue algo que me dio a mí… cuando yo vi a mi papá en esa foto fue algo muy impactante porque yo no lo conocía, pues verdad. Y cuando lo miro es una foto, donde un documento donde dicen que me están comprobando que el, pues que ya no está, hasta que el ejército lo había matado. Pero es una prueba, o sea, para mí fue y después como que lo vas viendo y lo vas pensando y decís, bueno, es está allí, él sí aparece en el documento, o sea, cuánta gente hay quien no sabe, pero ni dónde están y si tiene algún caso, si su caso está documentado, entonces hay que ver las cosas de un lado positivo, verdad.
Melani:
3. Gustavo Adolfo Meza Soberanis
(s) Hugo o Sebastián
Médico y Cirujano
Nombre falso: Federico Rodrigo López Miranda.
07-09-83: Capturado en Ciudad Nueva, Zona 2, cuando procedía a recoger un vehículo de la organización ORPA.
07-02-84: 300
Al lado de la foto de Gustavo se lee un «w-3» escrito a lápiz.
En algunos de los registros del Diario Militar, además del número de la ficha se asignó una letra que identificaba la organización de la que se suponía era parte la víctima. La w, como en el caso de Gustavo, vinculaba a las personas con la ORPA. La Z, como en el registro del escritor Luis de Lión, con el Partido Guatemalteco del Trabajo y la X como en la ficha de Willy Ramírez, con el Ejército Guerrillero de los Pobres, EGP.
En el Diario Militar también aparece Mayra, la tía de Maria Elisa.
María Elisa: en el Diario Militar aparece mi tía, también el nombre de mi tía en el listado, o sea, hay ficha. La ficha de mi papá es la W-3 y mi tía aparece en el listado porque, mira, a mi papá lo secuestraron el 7 de septiembre del 83, aquí en ciudad nueva, zona 2. Mi tía no estaba organizada, ella era colaboradora del movimiento.
Melani: El nombre de Mayra aparece al inicio del Diario Militar. En una lista que titularon «Control de folders de elementos ya trabajados que se encuentran clasificados por paquetes numerados».
Clasificados en grupos que llamaron paquetes, se encontraban listados de personas que incluían un número de registro, apellidos y nombres además del supuesto pseudónimo. La mayor parte de estas personas también tienen una ficha, como la de Gustavo.
Mayra es el registro 6, del «Paquete No. 6»
-SONIDO DE MÁQUINA DE ESCRIBIR-
Meza Soberanis, Mayra Jeanneth, China.
Otras 163 personas aparecen en esos listados y algunas también en la parte del documento donde hay fichas. En total el Diario Militar documenta los datos de 195 personas.
Pero volvamos a María Elisa, quien a partir de conocer esta información del Diario Militar, comenzó a investigar más.
María Elisa: Fue a partir de ese momento, antes yo miraba un día mi papá y mi mamá, yo vi el documento y empecé a googlear y todo Google y me encontré con una página que se llama Verdad y Justicia. Yo escribí, mira, hola, puse, fíjate que mi nombre es María Elisa Meza, yo soy hija de Gustavo Meza Paniagua y yo estoy viendo que tú… que tú subís fotos cada vez que se cumple el aniversario de la desaparición de alguna persona que aparece en el documento, contame y la persona que que estaba a cargo de la página Paulo Estrada.
Melani: Paulo Estrada es arqueólogo y activista en distintas organizaciones dedicadas a la búsqueda de desaparecidos. Su padre Otto René Estrada Illescas también aparece en el Diario Militar y nos contó su historia en el episodio 5 de esta serie.
María Elisa: Entonces me puso: hola, mucho gusto, mi nombre es Paulo y sí, mira mucho gusto. Gracias por acercarte. Yo creo que fue muy emocionante, pues va, porque así de la nada que aparezca una hija y mira, quiero saber de mi papá, qué bonito. Entonces me dijo, mira que voy a estar en tal lado. Yo también soy hijo, me dijo: mi papá también aparece en el documento. Entonces empecé a hacer clic va, o sea, Paulo es para mí mi mejor amigo, mi hermano y es como que pues a él le debo mucho, verdad.
Melani: A partir de ese encuentro, María Elisa comenzó a conocer a madres, padres, hermanos y otros hijos de personas desaparecidas. Así conoció a la psicóloga que le ha dado acompañamiento en este largo proceso.
Recuerda que en 2015, para las manifestaciones contra Otto Pérez Molina, se encontró por primera vez con Hijos Guatemala. Esta es la organización, hijas e hijos por la identidad y la justicia contra el olvido y el silencio, surgida en 1995 en Argentina, que llegó a Guatemala en 1999.
María Elisa: A la gran no, no, yo creo que no tengo palabras para describir cómo me siento con Hijos, porque si ese lugar donde siento que me lo arrancaron por un momento de la vida y que regresé a estar con un montón de personas y que te acogen, que son como tú, pues entonces te encontrás ahí. Mira, me lo encontré ahí y ahí estoy. Ahí estoy, mi casa del colectivo, en mi casa, que son mis hermanas y mis hermanos. Y es algo bien bonito porque decís:, ay, estos hijos de la chingada, los militares pensaron que me iban a dejar bien fea, pero no.
Melani: María Elisa forma parte de los querellantes adhesivos en el caso Diario Militar en Guatemala. Este sentimiento de hermandad y acompañamiento mutuo la ha hecho vivir el proceso de justicia de una manera muy particular.
María Elisa: para mí era muy importante porque es que lo que, o sea, tú estás ahí tenés la oportunidad de estar ahí por algo, que es que es una representación emblemática para este país donde la sociedad no quiere ni hablar de eso, verdad? Y si tenés esas personas que, o sea los sujetos procesales que están ahí sentados es porque sos una, pues estás haciendo algo muy bueno. O sea, para mí es todo de las audiencias, es algo muy importantísimo.
Melani: Hablar por quienes fueron silenciados es importante para María Elisa.
María Elisa: Tú sos la que tenés en ese momento, la oportunidad de señalar los que si estás ahí que tú sos tu papá, tu mamá, tu tía, el vecino, el compa, las amigas, los amigos, incluso hasta los míos, sobrevivientes que no tienen el espacio para poder señalarlos también por todos los amigos y las amigas que los mataron.
Melani: Sin embargo, ha tenido momentos fuertes donde su testimonio ha sido puesto en duda por los abogados defensores. Eso la ha hecho sentirse cargada emocionalmente, pero le basta con recordar a sus familiares para recuperar un poco de tranquilidad.
María Elisa: porque te dicen que es que eso es una mentirosa o que tú lo que tú estás diciendo son mentiras, enfrente de toda la gente y que no fue así.
Melani: La queja iba por el testimonio sobre su tía, sobre la violencia sexual que sufrió.
María Elisa: Entonces ese día si dije yo, pero dije, no, yo no me voy a poner mal yo no, o sea menos por esta gente. Pues va si la dignidad la lleva una, la dignidad solo con estar allí sentada representando a quien de quien representas, que ya era dignidad de hace años, pues ya con eso ya tienes entonces tienes que llegar seguro y fuerte.
Melani: Una de las formas de alcanzar justicia es, según María Elisa, que dentro de las clases de historia se conozca sobre las desapariciones forzadas realizadas por el estado de Guatemala.
María Elisa: Que se cuente realmente cómo fue la historia de este país, porque los colegios no se cuentan en los colegios no se habla de la guerra. Te hablan de que sí, que Estados Unidos, de que España pero dicen ahí es que España vino a Centroamérica a violar, a matar, no te hablan de eso o sea aquí te hablan de que sí que y nunca hablan de una Guatemala que el ejército se encargó de matar y desaparecer a gente, no se habla de eso, o sea ahorita hablas con una persona que tal vez tiene 17, 18 años no podía ni enterarse aquí en Guatemala, en una guerra pues, verdad.
Melani: El caminar de María Elisa no ha terminado, pero se siente satisfecha con lo que ha recorrido, sobre todo por hacerlo en conjunto con otras personas que la entienden.
María Elisa: Entonces sí, siento, estoy muy contenta con todo lo que he hecho desde que empecé a esta búsqueda, este caminar siento que sí que hay muchas cosas más por hacer. Que la colectividad se van a ir dando poco a poco, verdad
Melani: Las historias de Gustavo Adolfo Meza Soberanis y su hermana Mayra Janet aparecen en el Diario Militar. Su hija María Elisa, creció los primeros cinco años con su madre y luego pasó al cuidado de su abuela y bisabuela pues Betty, su mamá, fue asesinada también por el Estado. Ahora, a través de distintas organizaciones ha encontrado parte de su historia.
Espera el episodio final el próximo jueves y escucha el resto de episodios que en Plaza Pública investigamos para el especial Código 300, historias del Diario Militar 25 años después.
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