Sandra Torres se divorcia de la socialdemocracia contra el fantasma del antivoto
Sandra Torres se divorcia de la socialdemocracia contra el fantasma del antivoto
Sandra Torres dice estar confiada en que esta vez sí será presidenta, aunque le cuesta explicar cuál es la diferencia de la Une de 2023, con la de años anteriores cuando perdió en segunda vuelta. Asegura tener la fuerza electoral suficiente, aunque sus primeros movimientos de cara al balotaje del 20 de agosto fue atacar a su contendiente y ofrecer protección a los intereses de empresarios.
«Estamos arriba de un 15% ahorita y todavía falta que ingresen actas y resultados donde nosotros tenemos nuestra fuerza», aseguró Sandra Torres con una sonrisa nerviosa la medianoche del domingo 25 de junio frente a periodistas, en un salón del hotel Clarion Suites de la zona 10 capitalina donde se instaló su comando de campaña.
Las horas pasaron, pero ese porcentaje solo tuvo un leve incremento durante la madrugada del lunes. La fuerza de la que alardeó Sandra no se reflejó en los resultados electorales, se quedó con su «voto duro» que ahora es menor al que logró en las elecciones de 2015 y 2019.
La candidata presidencial de la Unidad Nacional de la Esperanza (Une) ganó la primera vuelta con 868,124 votos a favor, que representan el 15.8% de los sufragios válidamente emitidos, según los datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los números de Torres este año no se acercaron a los proyectados en la última encuesta del diario Prensa Libre, que la ubicó con un 21.3% en el primer lugar de intención de voto.
A partir de 2024, además, la Une ya no será la primera fuerza en el Congreso, sino la segunda, con 28 diputados, detrás del partido Vamos, que ganó 39 escaños. La bancada de la Une es la más pequeña que ha logrado ese partido en las últimas tres elecciones.
Bernardo Arévalo, de Movimiento Semilla suma 649,080 votos —11.8%—. A pesar de la sorpresa que dio el partido que postula a Arévalo, considerado como un voto antisistema, Torres se mostró confiada en que esta vez sí logrará la victoria en el balotaje.
«Con quien sea, vamos a ganar. Pónganlos a todos (los partidos) juntos, les vamos a ganar», dijo con sorna, y de nuevo la sonrisa nerviosa se reflejó en su rostro.
Cuando Plaza Pública le preguntó a la candidata cuáles son los elementos diferentes que tiene la Une esta vez para asegurar que la historia será distinta a las últimas dos contiendas, se limitó a decir: «Un montón de detalles».
Cuando otro periodista insistió con el mismo cuestionamiento, indicó: «Bastante… un partido depurado, una campaña nueva, estrategias nuevas, ustedes mismos lo pueden ver».
La Une no se encuentra tan depurada como lo asegura su presidenciable, entre los diputados que ahora llegarán al Legislativo se encuentran integrantes con acusaciones o señalamientos como Sergio Guillermo Enríquez Garzaro, un pastor evangélico y proveedor del Estado, quien deberá enfrentar juicio acusado de lavado de dinero por un supuesto fraude en la Municipalidad de Chicamán, Quiché.
También en su partido se postularon y reeligieron personajes con historial cuestionado como Julián Tesucún, un político vinculado con la familia Mendoza de Izabal, quien fue electo para un nuevo periodo como alcalde de San José, Petén.
La nueva campaña de la Une es un giro brusco sobre lo que Torres proyecta en público y un alejamiento sobre los principios de la Une, cuya base era la socialdemocracia y el fortalecimiento del Estado.
El nuevo discurso de la candidata es religioso con hincapié en la «defensa a la familia», un mensaje que difunde la misma persona que, en 2011, se divorció del entonces presidente Álvaro Colom para postularse como candidata presidencial. Ese acto fue calificado por la Corte de Constitucionalidad (CC) como un «fraude de ley».
El cambio de estrategia de Torres, según contó en una entrevista con Canal Antigua previo a la primera vuelta electoral, también consistió en acercarse a la capital y a las zonas urbanas.
Fuentes del partido que piden el anonimato aseguran que la intención era reducir el antivoto contra la presidenciable; sin embargo, ese movimiento fracasó. La Une postuló candidatos a alcaldes en los 17 municipios del departamento de Guatemala, pero ninguno triunfó. Además, en el área metropolitana el partido ganador en la elección presidencial fue Semilla.
Acuerdos políticos, no alianzas
El mismo día que Torres habló de la «fortaleza» de su partido político, anunció que buscará alianzas con otras agrupaciones de cara a la segunda vuelta presidencial: «Por supuesto, más allá de alianzas son acuerdos políticos que hay que hacer, que son totalmente válidos. Sobre la mesa, no bajo la mesa. Estaríamos teniendo que hacer acuerdos, pero no nos podemos anticipar», indicó.
Hace cuatro años, Torres consiguió 1.1 millones de votos en la primera ronda —el 25.5%—. La diferencia con el contendiente de turno, Alejandro Giammattei, fue amplia en comparación con el margen entre la Une y Semilla este año.
En 2019, el entonces candidato de Vamos obtuvo 608,083 votos —el 14%—. Sin embargo, en el balotaje contra Giammattei la Une perdió la contienda.
Aunque fue presidenta, Sandra Torres logró una de las bancadas más grandes de las últimas legislaturas. La Une llegó a tener 52 diputados, aunque rápidamente la bancada se fisuró: una de las facciones liderada por el diputado Orlando Blanco se enemistó con Torres, debido a que diputados fieles a las órdenes la secretaria general de la Une se aliaron con la bancada oficialista de Vamos.
El 2015 fue diferente. Fue el año clave de las investigaciones de la Cicig y el Ministerio Público (MP) de Thelma Aldana contra grandes estructuras de corrupción estatal y la inconformidad de los guatemaltecos los llevó a elegir a Jimmy Morales como presidente. Para entonces, Sandra Torres tuvo en la primera ronda 948,809 votos (18%), mientras que Morales 1.1 millones (21%). En la segunda vuelta, Morales recibió 2.7 millones de votos frente a 1.3 millones de Torres.
A decir del politólogo Renzo Rosal, Sandra Torres y su partido están debilitados. Primero porque los porcentajes de sus votos a favor se han reducido con el tiempo y, además, su organización política cada vez tiene menos bases sólidas en zonas rurales, donde siempre tuvo amplio respaldo.
«Esta es la primera ocasión y, quizás, la última que tiene (Torres) para llegar a la presidencia por su cuenta y no para otro partido», indicó Rosal en referencia al papel de «comodín» del juego electoral que Sandra Torres tuvo en las últimas dos votaciones y que la han convertido en una hacedora de presidentes.
Torres también inicia el camino al balotaje con desventaja, según Rosal, porque Arévalo y Semilla tienen la oportunidad de convertir la gran masa de votos nulos (965,801) en votos a su favor, lo cual podría orillar a la Une y a Torres a negociar con las élites económicas y a adoptar una línea inclinada hacia la derecha y alejada de la socialdemocracia que se marcó en el gobierno de la Une con el presidente Álvaro Colom (fallecido en 2023) con la implementación de programas sociales que Torres sigue usando como emblema de su campaña.
En la entrevista con Canal Antigua, a Torres se le preguntó por su ideología y por la vez que fue una de las vicepresidentas de La Internacional Socialista, la organización mundial de partidos socialdemócratas, socialistas y laboralistas. Aunque la candidata mantiene el control total de la Une, intentó borrar su pasado con esta respuesta: «El partido (Une) me nombró, pero eso no quiere decir que sea socialista. Una cosa es el partido y otra cosa soy yo. Nuestra ideología ahora es el país, es Guatemala».
La «nueva» estrategia de la Une: desinformar y atacar a Semilla
Un día después de la primera vuelta presidencial, Sandra Torres acudió a un lugar cómodo para ella y para su propaganda: los medios de la corporación Albavisión. Habló en televisión abierta, sin que las entrevistadoras le hicieran ningún cuestionamiento.
Torres acentuó su inclinación hacia la derecha conservadora, con la intención de reducir su antivoto, con ese objetivo Torres hizo un señalamiento al partido de Arévalo: «Que no se metan con las familias guatemaltecas, que no se meta el señor Arévalo y el partido político Semilla con nuestras tradiciones, con nuestras familias guatemaltecas, con nuestros niños… influencias de este tipo ponen en riesgo a las familias».
Su mensaje iba dirigido a la propuesta de Semilla, que incluye en su plan el «respeto profundo a la diversidad sexual, a la comunidad LGTBI y a las diferentes formas de vida producto de las decisiones inalienables de cada grupo o individuo».
La candidata de la Une también trata de congraciarse con las élites económicas cuando dice que buscará «proteger los intereses de los empresarios, dejarlos trabajar, no fregar a nadie, como vemos cuáles son las intenciones de este otro proyecto político (Semilla)». No obstante, Arévalo aseguró que su plan de trabajo incluye promover el desarrollo de más empresas.
El 27 de junio, en conferencia de prensa, Torres de nuevo fue a la carga contra Semilla y su presidenciable, a quien llamó «ciudadano uruguayo» en alusión al lugar de nacimiento de Bernardo Arévalo, mismo argumento usado por cuentas anónimas en redes sociales para cuestionar la candidatura de Arévalo, aunque la Constitución Política de Guatemala establece que los hijos de guatemaltecos nacidos en el extranjero son «guatemaltecos de origen», al igual que los nacidos en territorio nacional.
La presidenciable de la Une también reforzó el mensaje que un día antes dio en televisión abierta: «Sabemos que ellos (Semilla) están en contra de la familia, de la vida y la libertad religiosa (...). Nosotros vamos por Guatemala, por la defensa a la familia, la vida y la libertad religiosa, que es una de las libertades fundamentales, igual que vamos por la libertad de prensa y la libre emisión del pensamiento, compañeros».
Torres ha demostrado poco respeto hacia la libertad de prensa y emisión del pensamiento, además es reacia a los cuestionamientos. En 2019, la secretaria general de la Une usó la Ley de Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer para denunciar a seis editores y a la gerente de ventas del diario elPeriódico, para evitar que el medio publicara sobre ella. Además, Torres no da entrevistas a los medios de comunicación que la cuestionan.
En sus primeras horas post elecciones, Sandra Torres dejó de lado sus propuestas y de prisa se enfocó en atacar a su oponente. La candidata de la Une tiene un largo historial de cuestionamientos por el supuesto financiamiento ilícito de su partido, por las figuras vinculadas a la corrupción dentro del partido, como el exsecretario privado de la Presidencia Gustavo Alejos, aunque ella lo niega; y este año, por llevar como compañero de fórmula al pastor evangélico Romeo Estuardo Guerra, pese a que la Constitución prohíbe a un ministro de cualquier religión o culto, postularse a la Presidencia o Vicepresidencia de la república.
Torres también tiene un rechazo que se marcó en los últimos dos balotajes que perdió de manera consecutiva; sin embargo, Rosal dice que esta vez la Une representa al statu quo, y que eso cambia la correlación de fuerzas en el tablero electoral porque es muy probable que las élites dominantes apuesten por la candidata de la Une, al ver con recelo la figura del Movimiento Semilla.
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