Me quedo atrapado en la lógica de Doolitle, álbum de 1989 que Rolling Stone ubica en el puesto 141 de los álbumes más influyentes de la historia, y que puede ser denominado, sin ninguna vergüenza, como un auténtico álbum de culto.
A los Pixies se los considera como una de las bandas más influyentes de la escena inmediatamente anterior a los años 90 del siglo pasado. Y su trayectoria combina, en igual medida, el ser aclamado por la crítica y cosechar, en un primer momento, un limitado o casi inexistente éxito comercial.
Ese es el caso de Surfer Rosa, álbum debut de la banda, publicado en 1988, al cual se considera como fundamental para lo que conocemos como rock alternativo, inclusive antes de que existiera esa etiqueta.
Aparentemente, para Kurt Cobain, Surfer Rosa era uno de sus álbumes favoritos. Así lo habría enlistado en algún cuaderno, junto a otros cincuenta, ilustres grupos como The Stooges, que tienen alguna historia similar sobre como el éxito llegó después de muchos años.
Se le atribuye a Cobain aquello de «Nirvana no ha inventado nada. Solo hemos copiado a los Pixies». Una frase similar a la que se le atribuye a Tom Yorke, quien dijo que Doolitle «le cambió la vida». Yorke hizo patente en muchos conciertos, lo que considera como la enorme influencia de Pixies sobre Radiohead.
El reconocimiento para el legado de los Pixies llegó años después de su temprana separación en 1993. Where is my mind? Apareció en la escena final de The Fight Club (1999): Edward Norton sujetando la mano de Elena Bonham Carter mientras el apocalipsis sucede en vivo y en directo. Y en los términos de un artículo publicado en Rolling Stone, para 2004, cuando la banda se reunificó, se encontró con una muy leal base de fans que, literalmente, usaban pañales cuando se separaron.
Un nombre propio de la historia de los Pixies es el de Kim Deal. Al separarse los Pixies, Deal se incorporó a The Breeders, a tiempo para el lanzamiento de Last Splash (1993), que incluye el inconfundible Cannonball. Y su trayectoria, marcada por los constantes ciclos de rehabilitación de las drogas, nunca ha conocido una pausa desde entonces. Deal se reincorporaría a los Pixies en 2004, y se separaría definitivamente, otra vez, en 2013.
A Kim Deal la reemplazó Paz Lenchantin, otra leyenda en formación: una bajista argentina que, entre otros, ha colaborado con los Queen of the Stone Age.
Sigo escribiendo mientras suena Human Crime, y Black Francis canta aquellas estrofas “I went by your place/ there was nobody there/ at the cocktail lounge/someone else was in your chair” mientras me doy cuenta de que esta canción no está enlistada en la selección de las diez mejores canciones de Pixies seleccionadas por Rolling Stone… y que, tal vez por eso, va a sonar varias veces en mi playlist.
Al acabar con estas líneas estoy escuchando a Gouge Away, la banda a la que originalmente buscaba. La voz de Cristina Michelle en Stuck on a dream resulta fantásticamente perturbadora. Y, por supuesto, esta banda reconoce como una de sus influencias a los Pixies.
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