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Los tedeums: «Invocando el nombre de Dios»

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Ensayo
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Los tedeums: «Invocando el nombre de Dios»

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Además de la sesión solemne del Congreso, que incluye la ceremonia de transmisión de mando, otra de las actividades más reconocidas para el cambio presidencial en Guatemala –aunque no siempre ocurre el mismo 14 de enero– es el denominado tedeum[i].

Tradicionalmente, el tedeum se realiza en la Catedral Metropolitana de Santiago de Guatemala, sede del arzobispo católico, quien preside el acto.

En 2004, para la toma de posesión del presidente Óscar Berger, el arzobispo y cardenal Rodolfo Quezada Toruño –quien tuvo un papel importante en el proceso de paz– introdujo una nueva modalidad: en lugar de un tedeum hubo una celebración de la Palabra de Dios y de oración por Guatemala y por los nuevos gobernantes, con participación de los líderes de las iglesias anglicana, luterana y presbiteriana, la Conferencia de Iglesias Evangélicas de Guatemala (CIEDEG) y la Alianza Evangélica de Guatemala (AEG). En 2008, cuando asumió el presidente Álvaro Colom, el cardenal Quezada presidió un «tedeum ecuménico» con representantes de iglesias evangélicas, presbiteriana, luterana y episcopal, y del Consejo Ecuménico de Guatemala. En 2004, con el presidente Berger, se realizó el primer Tedeum Cristiano Evangélico, servicio de acción de gracias y oración con el pastor Jorge H. López de la Fraternidad Cristiana de Guatemala. Desde entonces se ha vuelto tradicional, realizándose en la iglesia conocida como «Mega Fráter» en Mixco[ii].

El arzobispo Óscar Julio Vian explicó que el tedeum es «una acción de gracias. Te Deum se llama uno de los primeros himnos cristianos de acción de gracias; su nombre viene del latín, que significa “A ti, Dios”. El himno es entonado en ceremonias importantes y ocasiones de gozosa celebración en la Iglesia (…). En los países latinoamericanos es tradicional (…) en otras ocasiones especiales. Hoy lo celebramos en una ocasión especialmente relevante para nuestra nación: el cambio de mando presidencial (…). […] Damos gracias a Dios por todo lo bueno que se hizo en el gobierno anterior y porque ahora tenemos una nueva oportunidad para seguir edificando una nación democrática e independiente»[iii]. El tedeum con motivo del relevo presidencial es para orar por Guatemala y por las nuevas autoridades[iv].

En otra ocasión, el papa Benedicto XVI reflexionó sobre el sentido del tedeum en estos términos: «el Te Deum (…) contiene una sabiduría profunda: la sabiduría que nos hace decir que, a pesar de todo, existe el bien en el mundo, y este bien está destinado a vencer gracias a Dios (…). Cierto: a veces es difícil percibir esta profunda realidad porque el mal hace más ruido que el bien (…). Es motivo también para que no nos quedemos sólo en las noticias si queremos entender el mundo y la vida; debemos ser capaces de detenernos en (…) la reflexión serena y prolongada (…). […] Sobre todo en el recogimiento de la conciencia, donde nos habla Dios, se aprende a contemplar con verdad las propias acciones, también el mal presente en nosotros y a nuestro alrededor, para comenzar un camino de conversión que haga más sabios y mejores, más capaces de generar solidaridad y comunión, de vencer el mal con el bien. El cristiano es un hombre de esperanza –también y sobre todo frente a la oscuridad que a menudo existe en el mundo y que no depende del proyecto de Dios, sino de las elecciones erróneas del hombre–»[v].

Desde esa perspectiva, el ciudadano –creyente o no– puede ver el tedeum como ocasión para reflexionar sobre su postura ante la problemática nacional y mundial, no solo como acto intelectual que determine un voto, una simpatía o antipatía política, sino como actitud íntima de vida en el día a día.

 

[i] Cuando se escribe en español y no se refiere al nombre propio del himno del que deriva, se escribe tedeum en vez de Te Deum. Su plural es tedeums, y no va en cursiva por no ser palabra de otro idioma. Cfr. Diccionario panhispánico de dudas.

[ii] Cfr. Diario de Centro América, 15 de enero de 1986, p. 5; 12 de enero de 1996, p. 8; 14 de enero de 2000, p. 2; 14 de enero de 2004, p. 4; 15 de enero de 2004, p. 14; 16 de enero de 2008, p. 1, 3; 16 de enero de 2012, p. 1, 3; 14 de enero de 2016, p. 7; 15 de enero de 2020, p. 8; 16 de enero de 2020, p. 5.

[iii] Mensaje de reflexión en la celebración del Te Deum, 14 de enero de 2012, p. 1, 2.

[iv] Cfr. Ibid., p. 2, 3.

[v] Homilía en las vísperas de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, y canto del “Te Deum”, 31 de diciembre de 2012.

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