Cabras apagan su sed en las fuentes de la justicia
Cabras apagan su sed en las fuentes de la justicia
En un miércoles, caracterizado por la protestas frente a la entrada de la Corte de Constitucionalidad, la normalidad de la vida diaria capitalina irrumpe en forma de cabras sedientas. Pasivas y sin prisa, bebían en medio de gritos y críticas de la ciudadanía, inconforme con la juramentación de los nuevos magistrados.
Mediodía frente a las instalaciones de la Corte de Constitucionalidad (CC). Desde la madrugada, un exiguo número de manifestantes tomó la entrada de la institución, encadenándose a las rejas con la firme intención de no permitir el paso de los magistrados recién juramentados en el Congreso, y que, supuestamente, debieron tomar posesión ese día.
Entre los gritos en contra del complot gubernamental, se cruzan imágenes variadas: acusaciones hacia el «pacto de corruptos» por haber orquestado el proceso de elección de magistrados, afines a los poderes obscuros que gobiernan actualmente al país; el autoencadenamiento de manifestantes a las rejas que custodian la entrada de la CC; el desmayo de una de ellos; y la ola polémica por la fallida juramentación de la magistrada Gloria Porras. En medio de todo, y con los ánimos enardecidos por el fuerte calor, un rebaño de cabras desfiló frente a manifestantes y policías.
Unas diez cabras tomaron su tiempo para saciar la sed en las fuentes que adornan la entrada de la institución. Los treinta policías parados en bloque, hasta ese momento firmes en su posición de custodio, no tuvieron mayor opción que romper filas, hacerse de un lado, y dar paso a los animales y su amo hasta que desalojaran, en orden, el lugar. Ya saciadas, la vida, las tensiones y reclamos por una CC sin mafias, continuaron.
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