Los procesos electorales representan en muchos casos el bastión más sólido de la legitimidad de los gobernantes electos.
Importa, por lo tanto, que los sistemas de conteo trasladen sin alteraciones el voto de cada uno de los ciudadanos de las urnas a los tribunales electorales y que estos sean capaces de devolver la sistematización correcta de los datos a la ciudadanía.
En Guatemala, garantizar los resultados electorales pasa por un proceso logístico monumental de conteo de votos y traslado de actas. Está en manos de los ciudadanos que componen las juntas receptoras de votos y las juntas electorales departamentales y municipales, así como de un sistema de control de los partidos políticos, cuyos fiscales pueden impugnar cada voto emitido.
El sistema, confiable por su propio diseño, ha facilitado que el Tribunal Supremo Electoral tenga un registro histórico de legitimidad ciudadana como coordinador de ese proceso. Otro asunto son sus demás facultades en materia de interpretación e implementación de la reforma electoral y otras funciones relacionadas con la justicia electoral.
Sin embargo, la historia de América Latina y de la Guatemala pre-1985 asoma en el imaginario el fantasma del fraude electoral, sobre todo cuando un número relevante de los actores contendientes por el poder cargan con la vena del rechazo a las instituciones de la democracia como mecanismos de interacción y de delimitación de la cancha. Es por eso que la sociedad civil organizada ha buscado otros mecanismos para respaldar los procesos electorales y la legitimidad de sus resultados.
Uno de esos mecanismos son los conteos rápidos, que consisten en procesos de recolección de información obtenida por cientos o miles de voluntarios mediante la observación directa del proceso electoral de forma paralela al proceso liderado por los órganos electorales.
¿Cómo funciona?
Para el conteo rápido, se despliega un número de observadores voluntarios, obtenido a través de una muestra aleatoria, representativa y nacional de las mesas de votación. Para el caso del proceso electoral 2019, la muestra consistió en 1,000 observadores desplegados entre las 20,990 juntas receptoras de votos.
Este tamaño de muestra permite un pequeño margen de error al ser comparado con los resultados oficiales. Este margen de error es diferente para cada candidato, y no un número estándar, por lo general menor que el 2 % y algunas veces incluso menor que el 1 % (tal es el caso de Guatemala en 2019).
¿Qué se observa?
El conteo rápido observa dos momentos:
- La calidad del proceso mediante la observación de la dinámica de las juntas receptoras de votos. Se documentan la hora de apertura, la presencia de materiales necesarios para la votación (papeletas, atriles, facilidades para personas con discapacidad), la integración de la junta receptora de votos, la presencia de fiscales e información sobre incidentes o violencia electoral.
- La tabulación de los resultados de la elección presidencial al recopilar los resultados oficiales de los centros de votación observando y documentando las actas oficiales del conteo realizado por las juntas.
Los observadores envían los resultados mediante un mensaje de texto a un centro de cómputo donde son tabulados y luego comparados con los resultados oficiales con dos escenarios posibles:
- Si los resultados oficiales se encuentran dentro del rango estimado del conteo rápido (un pequeño margen de error usualmente no mayor de 2 %), el proceso de tabulación no se manipuló (no hay fraude).
- Si los resultados oficiales caen fuera del rango estimado de conteo rápido, el proceso de tabulación se manipuló (hay sospecha de fraude).
¿Hubo fraude el domingo?
Para las elecciones del año 2015 en Nigeria, el entonces presidente, Goodluck Jonathan, competía con el líder de la oposición, Muhammadu Buhari. Los resultados electorales mostraron una victoria de Buhari, candidato opositor, con un 53.9 % de los votos. El candidato oficialista perdía la elección con un 45 %. Al tabular los resultados del conteo rápido, el resultado de Jonathan mostraba un resultado significativamente menor, un 39.3 %, con un 5.7 % de diferencia (muy por encima del +/-2.2 % de margen de error tolerable) sobre los resultados oficiales, lo cual evidenció en principio un intento de fraude electoral. Aunque el fraude no se tradujo en una victoria electoral y en una usurpación del poder, el conteo rápido evidenció la intención.
En contraste, para las elecciones del 16 de junio de 2019 en Guatemala, según lo reportado por el conteo rápido, todos los resultados de los candidatos presidenciales caen dentro del margen de error tolerable, donde cada candidato tiene su propio margen de error.
En Guatemala, el conteo rápido es implementado por el Mirador Electoral, un consorcio de organizaciones de la sociedad civil que observa, desde meses antes, el desarrollo adecuado del proceso y funciona para disuadir potenciales intentos de fraude, detectar el fraude, ofrecer un pronóstico oportuno de los resultados, infundir confianza en el proceso electoral y en los resultados oficiales, informar sobre la calidad del proceso, estimular la participación ciudadana, ampliar el alcance organizativo y el desarrollo de capacidades y preparar el campo para actividades futuras.
Si bien los tribunales electorales tienen retos enormes de cara a los procesos electorales en democracias débiles y el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala se ha visto vulnerable y muchas veces por debajo de las capacidades esperadas, la ciudadanización de las elecciones, la cesión del proceso a la ciudadanía, hace que perpetrar un fraude sea una tarea titánica y casi imposible de consumar. Requeriría de una estructura organizada que tenga acceso a persuadir a un número altísimo de ciudadanos de diferente procedencia, que antes han adquirido un compromiso con la protección del voto, y que el acto se consume bajo las narices de miles de fiscales de diferentes partidos políticos.
Las elecciones no son del Tribunal Supremo Electoral. Son de todos nosotros y todas nosotras y de nuestro compromiso con el resguardo de los resultados.
[2] Datos de Mirador Electoral.
Más de este autor