Esta sección de Plaza Pública ha abordado el tema de la migración desde distintos puntos de vista, especialmente el impacto que ha tenido en la actual sociedad guatemalteca. En esta ocasión he sido invitado al foro para discutir el impacto de las migraciones pasadas en la configuración de la Guatemala de hoy. Por lo tanto, esta primera contribución introducirá el tema de las migraciones que se han documentado en tiempos prehispánicos, coloniales y republicanos.
Imaginémonos al arqueólogo del futuro excavando en una ciudad de Guatemala ya abandonada. En los residuos domésticos se encuentran numerosos restos de botellas y latas en los que predominan los colores rojo y azul. En las calles abundan ruinas de edificios, tal vez templos de culto ante una eme amarilla o de algún rey de habla inglesa. Pero lo más impresionante son grandes construcciones llenas de lo que fueran centros de distribución de ropa y otros productos provenientes del extranjero. Muc...
Imaginémonos al arqueólogo del futuro excavando en una ciudad de Guatemala ya abandonada. En los residuos domésticos se encuentran numerosos restos de botellas y latas en los que predominan los colores rojo y azul. En las calles abundan ruinas de edificios, tal vez templos de culto ante una eme amarilla o de algún rey de habla inglesa. Pero lo más impresionante son grandes construcciones llenas de lo que fueran centros de distribución de ropa y otros productos provenientes del extranjero. Muchas interpretaciones apuntarían a que todo esto es evidencia de que Guatemala fue una colonia estadounidense o asiática. Sin embargo, como podemos constatar ahora, la presencia de productos importados no necesariamente significa que hayamos sido invadidos o que nuestro territorio haya formado parte de otra nación.
De forma similar, los innumerables restos materiales que pertenecieron a las sociedades prehispánicas guatemaltecas incluyen objetos, estilos artísticos e incluso relatos que indican la presencia de gente foránea en lo que ahora es Guatemala. Por lo tanto, a pesar de que algunos investigadores han propuesto que esto es evidencia directa de conquistas e invasiones, las interpretaciones son un poco más complejas. En algunos casos se trata solamente de relaciones de comercio a larga distancia. En otros se ha podido corroborar la llegada de emisarios e incluso gobernantes de otras regiones, tal como lo relatan las inscripciones jeroglíficas y los documentos escritos poco después de la conquista española. También hay evidencia de movimientos de poblaciones enteras, aunque rara vez provenientes de regiones lejanas.
Las migraciones internas que ocurrieron durante la época colonial fueron de gran importancia, ya que configuraron la distribución étnica actual de nuestro país. A diferencia de migraciones pasadas, estos movimientos fueron forzados y tuvieron diversos efectos en la situación demográfica. Por supuesto, la inmigración desde tierras lejanas es evidente, dada la gran cantidad de españoles que llegaron a nuestro territorio y al resto del continente.
La inmigración a Guatemala aumentó a partir de la independencia y de la consolidación de la República, ya que los gobernantes impulsaron la presencia de extranjeros como medio de modernización. Esto causó que el mestizaje adquiriera patrones mucho más complejos y que se crearan pequeñas colonias de inmigrantes provenientes de Europa y otros continentes. Como resultado, la población guatemalteca presenta una diversidad mucho mayor de la que se concibe en la dicotomía indígena-ladino, precisamente por los efectos culturales de una constante inmigración extranjera en el siglo pasado y recientemente por el fenómeno de la migración hacia Norteamérica.
Aunque estos temas serán tratados de manera más detallada en futuras contribuciones, el punto importante es percibir la migración como un fenómeno propio de todas las sociedades humanas. Y el caso del territorio guatemalteco no ha sido la excepción. A lo largo de nuestra historia han ocurrido migraciones de todo tipo, las cuales pueden variar en su escala: migraciones de individuos, pequeños grupos y poblaciones enteras. También han existido migraciones voluntarias, algunas de las cuales están asociadas a ocupaciones militares, así como migraciones forzadas, en las que se obliga a las poblaciones a asentarse en nuevos territorios y en condiciones distintas y generalmente peores. En cuanto a la dirección de los movimientos, han existido migraciones internas, migraciones desde territorios foráneos y migraciones hacia otros territorios.
Lo más importante del estudio de los patrones migratorios es que constituye una ventana para determinar el estatus social y económico de las sociedades que reciben o envían migrantes. De acuerdo con los datos históricos de Guatemala, es relevante indicar que, en su mayor parte, se han recibido inmigrantes, es decir, que este territorio ha proporcionado ventajas y oportunidades para otras poblaciones y naciones. En realidad, ha sido hasta hace poco que ha sucedido lo contrario, pues gran cantidad de personas han abandonado sus hogares en busca de mejores oportunidades en Norteamérica. Posiblemente esto solo había sucedido una vez en nuestra historia, cuando ocurrió un abandono masivo de la región de Petén en el siglo X d. C.
Espero que esta temática constituya una ventana para poder comprender de mejor manera la configuración de las raíces de la población guatemalteca actual. Sus comentarios y sugerencias serán una guía para poder ahondar en casos específicos de las migraciones pasadas en Guatemala.
Figura 1. Reproducción de un fragmento del códice Boturini, también llamado Tira de la Peregrinación. Este códice mexicano fue pintado durante el siglo XVI y narra la migración mítica de los aztecas desde su lugar de origen, Aztlán. Foto de Tomás Barrientos.
Figura 2. Grabado que ilustra la colonia belga en Santo Tomás (Izabal) en 1843. Tomado de The Mechanical Curator, Flickr Commons, British Library.
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