¿Aumento del desempleo y aumento del ingreso laboral promedio en la postpandemia? ¿Cómo? ¿Por qué razones? Pero no es esa la pregunta más importante a responder, sino: ¿qué esconde el INE que no presenta la base de datos de la ENEI 2022?
Es condenable que una institución que es vital para la sociedad en su conjunto no tenga los mejores estándares de transparencia, puesto que al momento de presentar resultados se debió poner a disposición del público la base de datos, el diccionario de datos y la boleta de la encuesta (por lo menos) así como lo realizaban en años anteriores. Valga la observación que es durante esta administración gubernamental que se ha debilitado al INE, en principio de la mano de Antonio Malouf, el malogrado Ministro de Economía, quien redujo en el primer año de la pandemia el techo presupuestario en la realización de encuestas nacionales de Q19.3 millones a Q11.2 millones de quetzales, indicando que era imposible salir a encuestar durante 2020, habiendo tanta tecnología hoy en día. De hecho, en ese año, México hizo el censo.
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En segundo lugar, también valga mencionar que nunca se publicó la base de datos del censo 2018 a nivel de lugar poblado, situación problemática para la entrega adecuada de los programas en respuesta a la pandemia durante 2020. Habría sido útil para la vacunación contra el COVID-19
Contar con un Instituto Nacional de Estadística con los mejores estándares de calidad es imperativo y sería sumamente beneficioso tanto para la administración pública como para cualquier empresa u organismo internacional. Pero aquí lo que tenemos son rompecabezas. De hecho, los únicos hallazgos de la ENEI 2022 se encuentran en medios de comunicación, los cuales indican que el 71.0 % de la población está trabajando en el sector informal, 11.3 % está subempleado; además también se sabe que el ingreso promedio en el sector agrícola para 2022 fue de Q2,504.58 y sabiendo que a diciembre de ese año la canasta básica de alimentos tuvo un costo promedio de Q3,634.18. Esto permite concluir que el 27.1 % de la población empleada (sector agrícola) solamente puede comprar el 68.9 % de los alimentos necesarios para su familia.
Pero ¿qué pasa con los hogares liderados por mujeres? ¿por indígenas?, ¿por mujeres indígenas del área rural? Ese tipo de información desagregada es la que se podría obtener si el INE publicara la base de datos de la ENEI 2022 pero, habiendo transcurrido medio mes desde la presentación de resultados, parece que esto será otra promesa incumplida de este gobierno y que las y los ciudadanos debemos creer fielmente en las cifras que presentan, aunque no estén sujetas a auditoría social.
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