Las últimas cinco horas del papel, la asfixia de elPeriódico
Las últimas cinco horas del papel, la asfixia de elPeriódico
Ver que un periódico ponga fin a su edición impresa es parte de un cambio de ciclo, una transformación generacional. Sin embargo, en Guatemala la asfixia de uno de los periódicos incómodos al poder fue provocada por un gobierno que se irritó con las investigaciones en su contra y que usó las herramientas institucionales a su favor para debilitarlo. Así fueron las últimas horas en la imprenta que daba vida cada día a elPeriódico.
El cierre de la rotativa de elPeriódico de Guatemala no es cosa menor. En otras palabras, el medio que ha sido el más crítico con la mayoría de gobiernos de turno y que, según su fundador Jose Rubén Zamora, se convirtió en un «militante contra la corrupción», terminó con su edición impresa tras el ahogamiento económico que se aceleró desde hace cuatro meses con la captura de Zamora, por un caso de supuesto lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias.
El fin de la circulación impresa del diario supone un golpe a la libertad de expresión, un hecho que no es aislado en una época marcada por retrocesos en el plano judicial y por el aumento de la represión a voces críticas hacia los gobiernos. También representa más de un centenar de personas sin trabajo, en el marco de un ambiente cada vez con menos espacios para quienes se dedican al periodismo.
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Los últimos cuatro meses fueron cuesta arriba para el diario. En julio, la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (Feci) pidió la congelación de sus cuentas bancarias y aunque el juzgado a cargo del caso de Zamora autorizó el levantamiento del embargo, tres de las cuentas permanecen bloqueadas, sostiene el medio. El personal despedido este año soportó durante meses, pese a los salarios atrasados y aún no tiene claro cuándo recibirá su indemnización.
Desde agosto, Flora Silva, gerente general del matutino, también se encuentra en prisión por supuestamente colaborar con Zamora para cometer lavado de dinero. Además, periodistas del matutino han abandonado el país por temor a su seguridad, según publicó el diario en un comunicado el 18 de noviembre.
Recreamos las últimas horas de uno de los diarios independientes más importantes de Guatemala que imprimió en papel y tinta su última edición ordinaria. Desde ahora intenta mantener su fuerza periodística desde lo digital.
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29 de noviembre. 21:00 horas. Hace siete años lo que está a punto de suceder era impensable. Un diario cuyas publicaciones sirvieron de base para iniciar investigaciones penales que más tarde llevarían a políticos ante los tribunales de justicia, está a punto de desaparecer.
El ruido es ensordecedor dentro de la enorme bodega donde opera por última vez la imprenta del diario y hay que subir la voz para hacerse escuchar. Los empleados del taller trabajan de memoria, llevan años haciendo lo mismo. De la rotativa salen las páginas centrales con las columnas de opinión, el editorial y las notas internacionales. Enseguida una docena de mujeres las ordena con habilidad. Son el alma del taller, pero este es su último día de trabajo.
Estas mujeres son parte del 80 por ciento del personal que elPeriódico despidió en los últimos días debido al cierre de su imprenta. En pocas horas, 133 personas, entre periodistas, fotógrafos, editores, así como empleados administrativos y operativos, engrosarán las estadísticas de desempleo en Guatemala.
En el centro del taller, Cristian López, de 20 años, jala una pila de periódicos para luego ordenarlos. Dice que empezó a trabajar en la imprenta en septiembre y que antes estuvo dos meses como empleado de mantenimiento.
Habla de prisa y se lamenta porque mañana ya no vendrá a trabajar. Alcanza a opinar que su trabajo no lo perdió por un problema de la empresa, sino que la verdadera causa «está relacionada a las autoridades del gobierno». Varias voces opinan igual que Cristian y ven al presidente Alejandro Giammattei como el artífice de la asfixia al diario que exponía la corrupción estatal.
22:00 horas. Los encargados de manipular la enorme máquina donde circula el papel y la tinta van y vienen a toda prisa con las placas metálicas que servirán para que la rotativa copie las páginas para imprimirlas.
Los editores dejaron hoy el trabajo remoto y están en las oficinas del diario, en la bodega contigua al taller de impresión. Están a cargo de las notas sobre política y economía que se publicarán en las páginas principales de la edición del día siguiente. Hay risas, silencios y discusiones como cuando el trabajo era presencial antes de la pandemia del COVID19. Para la mayoría de ellos también es su último día; o, mejor dicho, sus últimas horas en el diario. Confirmaron su despido hace unos días cuando recibieron, por correo electrónico, una carta de «finalización laboral».
A partir de ahora elPeriódico publicará seis ediciones especiales impresas durante diciembre de 2022. El resto de información se transmitirá únicamente en su página de internet y operará con 35 empleados, dice Ramón Zamora, hijo de Jose Rubén Zamora, una de las personas que toman decisiones en este medio de comunicación.
Entre quienes dejan hoy el diario hay incertidumbre, pues desde el año pasado el matutino afronta problemas para pagar salarios. Los que fueron despedidos resistieron el retraso de sus pagos quincenales y ahora la fecha para recibir sus indemnizaciones es incierta.
Ramón Zamora responde que la prioridad del medio en las próximas semanas será juntar recursos para pagar los salarios pendientes y posteriormente cancelar las indemnizaciones a los empleados que dejaron elPeriódico este año, entre ellos hay personas con más de una década en la empresa.
22:46 horas. Los editores discuten por última vez. Falta poco para cerrar la edición y quieren cambiar el diseño de la portada, algo usual antes de la hora de cierre de un periódico. Llaman por teléfono para coordinarlo. Minutos después lo lograrán: en la primera página se imprimirá sobre un fondo negro: «Nos transformamos para seguir resistiendo», detrás del escrito estará la imagen de la página electrónica de elPeriódico en alusión a la transformación 100 por ciento digital.
Luis Aceituno, uno de los editores fundadores del diario en 1996 y el periodista más experimentado, está presente en las instalaciones. Aceituno es una voz que puede hablar con solvencia sobre el medio que hoy termina con su edición de papel. Fue de las primeras personas que se unió al medio y hasta hoy se mantiene al frente de la sección de cultura.
Hablar con Aceituno sobre elPeriódico es escuchar parte de la historia reciente de Guatemala. Son 26 años de su vida en esta redacción, en el período posguerra del país o el intento de gobiernos «democráticos», esos que siempre han tratado de ejercer presiones sobre el diario.
Este es el segundo medio impreso que cierra su imprenta en Guatemala durante el gobierno de Alejandro Giammattei. En 2021, el vespertino La Hora terminó con su versión en papel, después de que, en 2018, el Congreso aprobó una ley que eliminó la obligatoriedad de publicar edictos legales (una de las fuentes de financiamiento de esta cabecera) en medios impresos.
Cuando se le pide a Aceituno que explique las causas del cierre de elPeriódico y su connotación, concluye que el encarcelamiento de Jose Rubén Zamora, en julio, significó en automático el fin de este medio de comunicación, que los mecanismos que provocaron el ahogamiento del matutino reflejan a un gobierno autoritario y que la situación supone, en Guatemala, el fin de una era del periodismo de investigación.
La época del inicio y la del cierre de elPeriódico son contrapuestas: el medio nació al final de las negociaciones de paz, tras un conflicto armado interno que desangró al país por 36 años. Mientras que en el fin de la circulación impresa, Guatemala vive una época en la que se cierran casos contra acusados de corrupción, se persigue penalmente a operadores de justicia, periodistas críticos y oponentes políticos del oficialismo.
«Causamos un impacto que nunca creímos que íbamos a tener porque en comparación con otros medios, éramos uno modesto, un medio pequeño que se había construido a partir, casi, del entusiasmo de la gente que se había podido congregar en torno al proyecto. Recuerdo que el acontecimiento más importante que yo cubrí fue precisamente la firma de la paz (diciembre de 1996). Para mí era muy importante estar ahí, había nacido en un país en guerra, en un país confrontado y no conocía una Guatemala diferente», recuerda Aceituno.
Sin embargo, la actualidad se empieza a parecer bastante a lo que pasó hace más de 26 años, dice el editor: «Mi mayor temor es que nos estemos acercando a otra guerra. Que luego de una especie de pausa de 26 años donde tratamos de vivir en paz, estemos abandonando esos propósitos para sumergirnos nuevamente en una sociedad confrontativa, en una guerra. Es el momento de leer historia, porque nos hace comprender que estos procesos no son aislados y no son únicos».
Ramón Zamora coincide con Luis Aceituno cuando se refiere los factores que orillaron a la casa editora del diario a decidir el cierre: Jose Rubén Zamora jugaba un papel determinante para obtener los aportes que lograban mantener el periódico a flote. El mismo Rubén Zamora lo dijo así el 8 de agosto durante su primera declaración en el Juzgado Séptimo Penal, a cargo del caso por el que se le sindica de lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias: «El principal vendedor y principal comprador de elPeriódico soy yo».
El ahogo financiero también marcó los últimos días del medio impreso. Jose Rubén aseguró hace cuatro meses frente al juez Séptimo, Freddy Orellana, que en 2013 elPeriódico facturó Q67 millones y que, en 2021, la cifra cayó a Q21 millones, lo cual lo puso en aprietos para mantener el funcionamiento.
Fue durante las gestiones para ubicar fondos para el medio, cuando el Ministerio Público (MP) de Consuelo Porras presentó el caso por el que desde hace cuatro meses están en la cárcel a Zamora y Flora Silva, la gerente general de Aldea Global, Sociedad Anónima, casa editora del diario.
Según la acusación del MP, Zamora envió 300,000 quetzales en efectivo al exgerente del Banco de los Trabajadores (Bantrab), Ronald García Navarijo, para que a cambio el banquero le entregara un cheque por la misma cantidad para depositarlo a una de las cuentas de Aldea Global. La intención de ese procedimiento era no revelar la identidad de dos empresarios quienes, según Zamora, le donaron el dinero en efectivo.
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El presidente de elPeriódico asegura que el dinero es lícito y que los empresarios que se lo facilitaron prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias por apoyar al medio. La Feci no ha presentado pruebas contundentes sobre el lavado de dinero, sin embargo, Zamora tampoco ha revelado los nombres de sus donantes, pese a que hace cuatro meses ofreció llevarlos ante el juez.
Para el 8 de diciembre está programado el inicio de una nueva audiencia en la que el Juzgado Séptimo decidirá si Jose Rubén Zamora enfrentará juicio.
23:18 horas. De vuelta al taller. La rotativa se detuvo y hay silencio. Los empleados de la imprenta refaccionan en una mesa en uno de los rincones de la bodega. Oscar Barrientos, el gerente de producción, aprovecha la pausa por el cambio en la portada y se despide de ellos. Hay caras largas, miradas perdidas y mucho silencio como de incógnita por el futuro. Barrientos, hombre alto y canoso, lleva 13 años a cargo del taller, desde donde ha vivido experiencias que lo han marcado.
El gerente de producción habla para este reportaje, lo hace pausado y como cuidando cada palabra. Para empezar la conversación sentencia: «Este periódico está cerrando por ser digno». Luego explica cómo opera la enorme máquina que hasta hoy imprime elPeriódico y que también se utiliza para producir otros periódicos locales y revistas. La rotativa tiene 50 años de antigüedad y sostiene que perfectamente podría operar otro cuarto de siglo en las condiciones actuales.
Barrientos recuerda que, en 2010, el medio llegó a tener a 68 personas en su imprenta. Para ese entonces, el tiraje promedio era de 30,000 ejemplares diarios, y en algunas fechas a finales de año alcanzaba los 50,000 impresos. Esos números contrastan con las 29 personas con las que hoy cierra operaciones el medio y las 15,000 copias que se producían a diario en los últimos meses.
Esa cantidad de ejemplares solo alcanza para cubrir cinco distritos del área metropolitana. Hace un año, el medio también dejó de circular en los departamentos.
El hostigamiento también lo vivió elPeriódico en su taller. El gerente recuerda que un día de 2012, durante el gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, cinco personas, que el medio supo después que estaban vinculadas con instituciones estatales, intentaron ingresar al complejo de bodegas en la zona 7 de Mixco donde está instalada la rotativa, al hacerse pasar por motoristas repartidores del medio.
En ese mismo año, personal supuestamente de la seguridad presidencial que se conducía en picops, esperaba afuera de la imprenta a los repartidores de elPeriódico, para comprarles todos los ejemplares del domingo cuando se publicaba «elPeladero» y así evitar que se difundiera esa información.
«elPeladero» es la sección más leída del diario y la más controversial; en el medio periodístico genera animadversión, porque en esta no se cumplen los métodos de verificación y contraste de información, Jose Rubén Zamora defendió, en 2015, ese método porque «en Guatemala hay mucha información que no se puede documentar». Cuando Zamora fue presidente del diario Siglo 21, antes de fundar elPeriódico, implementó una sección parecida llamada «Las Cartas de Güicho Cantoral» que también fue cuestionada, como en esta entrevista en el programa Libre Encuentro.
El 29 de julio de 2022, cuando el MP allanó las oficinas del diario al mismo tiempo que capturaba a Jose Rubén Zamora, también ocurrió otro episodio complicado en las oficinas del medio. A las 22:00 horas los fiscales retiraron a todo el personal a cargo de la impresión del matutino, lo cual impidió la labor informativa. El diario se vio obligado a buscar un lugar alternativo para la impresión, así logró circular al día siguiente.
Ramón Zamora dice que actualmente elPeriódico cuenta con 12,000 suscripciones digitales, entre gratuitas y pagadas. El medio buscará subsistir con ese método, con los anunciantes que le quedan y con donaciones internacionales.
Dice que las presiones políticas no han impedido que el diario conserve a cinco anunciantes;en los últimos cuatro meses se retiraron 10 de ellos y no duda en que el gobierno fue quien también presionó para retrasar la donación de una entidad internacional que apoya a periodistas, que sirvió al diario para pagar salarios atrasados.
Asimismo, tres cuentas bancarias se mantienen congeladas, pese a que hace cuatro meses el juez Freddy Orellana ordenó que se levantara el embargo de estas. Lo anterior también provocó retrasos para pagar cuentas y realizar cobros, según Ramón Zamora.
Además, en octubre del año pasado el matutino también denunció que el presidente Giammattei y la fiscal general del MP, Consuelo Porras, fabricaban otro caso en su contra por la publicación, hace nueve años, de un suplemento del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (Igss).
En su era completamente digital,el medio concentrará sus publicaciones en las secciones de investigación, política, judiciales y cultura. Además, se buscarán financiamientos específicos para proyectos a mediano y largo plazo como periodismo de viajes y cobertura electoral, indicó Ramón Zamora.
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23:40 horas. La placa que servirá como molde para imprimir la portada y contraportada de la última edición está lista. Los editores y los reporteros del medio que han venido hoy para presenciar el último día de impresión graban videos y toman fotos del momento. El encargado de hacer funcionar la imprenta corre al taller para empezar la última parte de la jornada.
A lo largo de sus 26 años, elPeriódico se convirtió en el medio de comunicación con mayor peso político en el país, por el enfoque de sus publicaciones y porque estas tocaban temas de los que no se abordaban en otros espacios como la corrupción estatal, que para finales de los noventa no era frecuente ver ese tipo de publicaciones.
Ana Carolina Alpírez, una de las fundadoras del diario y quien durante 16 años trabajó como jefa de redacción, dice que este medio se convirtió en un referente en cobertura de noticias, formación periodística y también fotografía, porque innovó en la planificación y porque en los equipos que tuvo a su cargo se convirtió en una regla buscar ángulos distintos a cada información que se publicaba.
«En esa época los medios eran la televisión, la radio y el papel. Entonces, siempre estábamos viendo televisión y escuchando radio, y cuando un reportero llegaba a presentar su historia el reto que tenían conmigo era contarme lo que no sabían. Es que algunas veces me contaban toda la historia y les decía ‘eso ya lo oí, eso ya lo leí’. Entonces, ya no me sorprendía. El reto era cómo me iban a contar esa historia de forma diferente, ¿dónde está ese ángulo distinto?», recuerda Alpírez, quien hoy dirige el medio digital Ojoconmipisto.
Alpírez hace énfasis en que otra novedad que introdujo elPeriódico en el medio nacional fue la figura de un «defensor del lector», una persona que cuestionaba las publicaciones del diario cuando estas no cumplían con el método de investigación o estaban incompletas.
A decir de Claudia Méndez Arriaza, quien se inició como reportera de investigación en el diario y actualmente directora editorial del medio radial Con Criterio, en sus inicios elPeriódico logró juntar un grupo de periodistas jóvenes que se identificó con el medio y eso los llevó a plantear notas investigativas en todas las secciones.
Para Méndez Arriaza, lo que hoy vive el matutino es la coincidencia de dos crisis: una fue la captura de Jose Rubén Zamora que significó poner en aprietos las finanzas del medio, y la segunda es la transición que experimentan los medios de comunicación hacia las plataformas digitales, acompañada del «esfuerzo adicional» de los grupos poderosos por aplacar la crítica y disidencia.
El programa Con Criterio también experimentó un momento difícil este año. Se vio obligado a salir de la Radio Infinita y a buscar una nueva frecuencia para transmitir su programación diaria, después de que su director Juan Luis Font aseguró en una de las emisiones que la empresa Cementos Progreso había iniciado una campaña para recortarle la pauta publicitaria al medio.
23:57 horas. Empieza la producción de las páginas principales, y de nuevo se escucha el ruido de la rotativa a toda marcha. Cinco minutos más tarde están listas las impresiones. Ahora las fotos son para la portada ya impresa, es histórica, es la última, la número 9,402. Ya es 30 de noviembre, Día del Periodista en Guatemala, pero hoy como en los últimos años en el país, los profesionales de la información tienen poco o nada qué celebrar. Otro medio de comunicación languidece en Guatemala.
El cierre del diario y la persecución penal a Jose Rubén Zamora, diversos sectores los atribuyen al gobierno y particularmente al presidente Alejandro Giammattei, como lo señaló Natalie Southwick, coordinadora del Programa de Las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), el 1 de diciembre: «La dolorosa decisión de elPeriódico de detener la publicación impresa, dejando en el limbo el futuro de los reportajes del medio y de su personal, es una señal alarmante de cuán drásticamente han empeorado las condiciones para la prensa en Guatemala».
Southwick agregó que «los funcionarios guatemaltecos, comenzando por el presidente Alejandro Giammattei, deben retirar los cargos penales contra el personal de elPeriódico, poner fin de inmediato a sus esfuerzos por sofocar el periodismo de investigación y garantizar que los medios independientes, incluido elPeriódico, puedan continuar informando de manera segura y libre».
En su penúltima columna de la edición impresa, Zamora señaló a Giammattei y al presidente del Banco de Guatemala, Álvaro González Ricci, de ser los autores de exigir «información innecesaria» a fin de retrasar una donación internacional para el diario.
Sobre los cuestionamientos al gobierno y al mandatario, la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia respondió a Plaza Pública con una evasiva. El Ejecutivo aseguró que los señalamientos carecen de «fundamento» porque la Secretaría «promueve acciones que favorecen la labor periodística». Pero no se pronunció por el cierre de la rotativa.
30 de noviembre. 00:26 horas. La impresión terminó. De inmediato las mujeres ordenan las páginas y completan cada ejemplar. Óscar López, el joven de 20 años que empezó a trabajar hace dos meses en el taller empaca los periódicos en bloques. Con la ayuda de una máquina coloca cintas plásticas en forma de cruz a las copias que se enviarán a los puntos de venta. Los periódicos que se entregarán a los suscriptores son empacados en bolsas plásticas por los motoristas. En breve los repartidores saldrán del taller de impresión para empezar la última ruta.
Llegan las dos de la mañana y dentro de la bodega donde se encuentra la rotativa las luces se empiezan a apagar, quienes presenciaron la última jornada se marcharon y los motoristas salen uno tras otro con las alforjas cargadas de periódicos para entregar. El ruido ensordecedor de la imprenta se apagó.
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