La fecha del 22 de marzo de 1979 aparece registrada con crespones negros en las páginas de la historia nacional, pues fue cuando un comando paramilitar integrado por alrededor de quince hombres fuertemente armados y tripulantes de tres vehículos, le tendió una emboscada en el crucero de la 5ª. calle y 3ª. avenida zona 9 de la ciudad de Guatemala aproximadamente a las 10.30 horas.
De acuerdo con las investigaciones de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, CEH, el pr...
La fecha del 22 de marzo de 1979 aparece registrada con crespones negros en las páginas de la historia nacional, pues fue cuando un comando paramilitar integrado por alrededor de quince hombres fuertemente armados y tripulantes de tres vehículos, le tendió una emboscada en el crucero de la 5ª. calle y 3ª. avenida zona 9 de la ciudad de Guatemala aproximadamente a las 10.30 horas.
De acuerdo con las investigaciones de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, CEH, el prominente dirigente político y profesor universitario, recibió el impacto de 24 proyectiles calibre 45 milímetros. La mayor parte de las heridas de bala se concentró en el cráneo, el rostro y el tórax.
El documento Guatemala Nunca Más de la Iglesia Católica, consigna que “Mientras se ejecutaba el atentado sobrevoló el área, a baja altura, un helicóptero en el que viajaban dos oficiales del Ejército”.
Conforme el paso del tiempo, se han elaborado varias hipótesis para tratar de explicar la causa del asesinato del carismático líder político. Una de ellas es la expuesta por la CEH, sobre que la ejecución pudo ser promovida por el jefe del Estado Mayor del Ejército, General David Cancinos, quien tenía el propósito de figurar como candidato presidencial en las elecciones de 1982.
Colom Argueta representaba un serio obstáculo para las ambiciones personales del alto jefe militar, pues luego de la inscripción de su partido el Frente Unido de la Revolución, FUR, siete días antes de su asesinato, era sin duda un competidor difícil de vencer. Según esa hipótesis, la única forma de allanar el camino hacia la Presidencia de la República, era la eliminación física del exjefe edilicio.
Al cumplirse mañana 33 años de la muerte violenta de este gran luchador por las causas populares, por la democracia y el imperio del Estado de Derecho, consideramos que la mejor manera de honrar su memoria, es recordarlo como el mejor Alcalde de la capital de Guatemala en la época contemporánea, teniendo presente que Manuel Colom Argueta no ha muerto, pues lo mejor de su pensamiento vive con su Patria y con su Pueblo.
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