Bernardo Arévalo: «El aceite que lubrica la corrupción es el presupuesto»
Bernardo Arévalo: «El aceite que lubrica la corrupción es el presupuesto»
El candidato del Movimiento Semilla apenas inició su campaña a la segunda vuelta y entre mítines, diálogos ciudadanos, reuniones con empresarios y transmisiones en Tik Tok, toma tiempo para hablar con todos los medios de comunicación que lo buscan. Su discurso está enfocado en la lucha contra la corrupción y el fin de los privilegios para los sectores que, tradicionalmente, han tenido esos beneficios.
Es lunes 17 de julio y Bernardo Arévalo recibe al equipo de reporteros de Plaza Pública en la casa que habita desde hace dos años en el Centro Histórico de la capital. Es la vivienda de su abuela, en una calle tranquila, que solo se ve trastocada por la presencia policial y la seguridad que ha tenido que implementar porque su participación en la segunda vuelta presidencial lo colocó en una posición de riesgo.
«No nos vieron venir», se ha convertido en un eslogan de campaña, porque el partido que representa, el Movimiento Semilla, pudo participar sin inconvenientes debido a que las encuestas y opiniones no los veían con posibilidades de atraer la atención del electorado. Bernardo Arévalo es diputado desde 2020, pero es hasta ahora que su presencia atrae a las masas y su discurso es sometido a una meticulosa revisión de sus detractores.
En esta conversación habla de la lucha contra la corrupción, de terminar con los privilegios económicos que impiden la posibilidad de libre competencia, de rescatar a las instituciones y de la visión que tiene de apostar por el diálogo y la convergencia con todos los sectores para la construcción del país. El candidato que ahora plantea un plan de gobierno para Guatemala no tenía pensado ser político y mucho menos presidente. Ahora su vida está centrada en ese propósito.
Estas elecciones quedarán como un capítulo controversial en la historia política y social del país. Si le pidieran ponerle título a un libro con esta historia, ¿cómo le pondría?
(Ríe) El renacer de la esperanza.
¿Qué es lo que quiere lograr el «pacto de corruptos» con la interferencia del sistema de justicia en el proceso electoral?
Yo entiendo que ellos están haciendo lo que les queda con tal de no perder el control del sistema.
¿Cree que el presidente Alejandro Giammattei está detrás de todo esto?
Yo creería que sí, y de dos fuentes. No sé hasta qué punto el presidente está decidido a seguir adelante. Y luego, toda la maquinaria corrupta y la Fundación contra el Terrorismo, aunque ahorita están empezando a ser marginales, otra vez.
En un gobierno suyo, ¿cómo sería posible desmontar al «pacto de corruptos» sin que esto signifique que le aniquilen su gestión desde un inicio?
Nosotros no vamos a llegar al Congreso con la mayoría necesaria para tener una hegemonía sobre el sistema político, así que tenemos claro que necesitamos generar un proceso de convergencia de fuerzas sociales. Y bueno, si todos de verdad estamos en contra de la corrupción, empezaremos a ponernos de acuerdo alrededor de esto. Estamos en un momento de convergencia, en un momento de unidad, de tejer la posibilidad de colaborar para sacar adelante al país, salvo los corruptos, los violentos y los autoritarios, porque con ellos no se puede dialogar y no se puede hacer ninguna concesión.
Y cuando dice que necesita hablar con todos los sectores, ¿quiénes son los indispensables?
No se los puedo decir en este momento, pero vamos a invitar a toda la gente que genuinamente quiere empezar a salir de este pantano. Creemos que vamos a encontrarnos con sorpresas. Recuérdese, la Instancia Nacional de Consenso que surgió cuando Serrano Elías intenta hacer su auto golpe y se convirtió en la razón para catalizar un momento de unidad.
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¿Cómo se puede luchar contra la corrupción cuando se tiene un Ministerio Público adverso?
El combate a la corrupción tiene muchas aristas, no es exclusivamente la judicialización. Hay trabajo en recuperación de instituciones, en eliminación de espacios a la corrupción dentro de las instituciones. Hay trabajo legislativo que avanzará lo que se pueda para aprobar leyes y reformas que empiecen a cerrar estos espacios. Hay trabajos de dimensión de educación pública, porque uno de los problemas que tenemos es el nivel de tolerancia a la corrupción que, durante mucho tiempo, permitió que subsistiera e inclusive que fueran electos a puestos de elección popular criminales confesos y convictos. Todo esto es un enorme espacio de trabajo, pero no tenemos varita mágica.
¿Qué es posible hacer?
Hay que recordar que el aceite que lubrica la corrupción es el presupuesto de obras del Estado, porque alrededor de ese presupuesto se tejen las voluntades corruptas del Ejecutivo, de los diputados, de alcaldes, de constructores corruptos. ¿Qué pasa cuando uno quita ese botín de la mesa? Eso es lo que nosotros podemos hacer como Ejecutivo. No vamos a permitir que se siga utilizando el presupuesto de obras como la gran vaca lechera de la corrupción. Esto funcionará en la medida en que la sociedad respalde el trabajo que se estará haciendo.
Cuando anunció que los exfiscales exiliados podrían asesorarle en la lucha contra la corrupción, varios sectores se crisparon, ¿mantiene su propuesta de involucrarlos?
Claro. Aunque nosotros tenemos claro que no podemos intervenir para dar órdenes para que los dejen regresar, porque ahí hay causas judiciales. Sabemos que muchas de estas causas espurias van a cesar porque va a dejar de haber un Ejecutivo que esté demandando acciones alrededor del tema. Y, como son monigotes (en el Ministerio Público), con un gobierno que no va a estar presionando para que los acosen, los hostiguen y los criminalicen, las condiciones van a cambiar y algunos regresarán, si no es que todos, que es lo que idealmente nosotros quisiéramos, porque es una aberración que volvamos a tener un exilio, esta vez de operadores de justicia.
El plan de gobierno del Movimiento Semilla plantea 10 puntos, pero ¿cuáles son los ejes estratégicos?
Este plan responde a tres grandes impactos que estamos buscando. El primero es recuperar las instituciones que están secuestradas por la corrupción. Segundo impacto, empezar a generar las condiciones para una resolución estructural y sostenible de los grandes adeudos históricos del desarrollo. Pero, no concebido como curitas o parches para resolver algunos problemas. Sabemos que los 500 años de atraso, discriminación y racismo no los vamos a solucionar en cuatro años, pero sí podemos sentar las bases para que este sea el comienzo de un proceso en donde las instituciones comienzan a funcionar para cumplir con el bien común, llegando primero a los más necesitados en salud, educación, desnutrición, infraestructura. Esto es empezar a generar los cimientos de transformaciones estructurales para la generación de bienestar. El tercero es la recuperación del tejido económico del país. Tenemos que hacer que haya más empleo, pero debido a que no nos van a alcanzar las fuentes de empleo para todas las personas, necesitamos que haya más posibilidades para el emprendimiento. El Estado tiene que aportar créditos baratos y fáciles de obtener. Hoy los créditos tienen tasas de interés del 24 o 25% y, por eso, fracasan los emprendimientos.
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Adicional a las extorsiones
Libre de las extorsiones, cualquier emprendedor con estas tasas tiene imposible salir adelante, entonces nosotros vamos a tener programas de crédito fácil al 5%. Vamos a hablar con el Intecap (Instituto Técnico de Capacitación) para que quienes accedan a estos créditos tengan el acompañamiento que les ayude a aumentar la posibilidad de supervivencia de su emprendimiento. Hoy, uno de cada cinco emprendimientos en Guatemala tiene éxito y los otros cuatro fracasan por falta de crédito, por falta de información. El pequeño y mediano empresario, son los que dan el 80% del empleo en Guatemala. Necesitamos empezar a generar y a trabajar todo ese tejido productivo. Lo que necesitamos hacer es terminar con la economía de los privilegios y comenzar con la economía de la competencia.
¿Cómo se elimina la economía de los privilegios?
Dejando de dar privilegios, dejando de negociar, dejando que haya un sector que quiere que le bajen impuestos a partir de su conexión política con alguien poderoso, porque eso es parte esencial de la corrupción.
¿Qué respuesta va a encontrar quien toque la puerta de un posible gobierno de Bernardo Arévalo para buscar un privilegio?
Pues va a tocar la puerta y se va a dar cuenta que eso no va a seguir funcionando. Vamos a decirles que, si quieren competir, tendrán que hacerlo en condiciones de igualdad con el resto de los agentes económicos, porque el privilegio que yo le doy a la familia fulanita, se lo estoy quitando a cinco otras familias que tenían pequeñas empresas dedicadas a eso. Entonces, mientras una crece y se convierte en un monstruo (por ahí hasta va a invertir a Dubai), los otros se quedan tratando de ver cómo salen adelante porque no hay condiciones justas para la competencia.
Dentro del eje económico, ¿está de acuerdo con las exoneraciones de impuestos y multas?
En la agenda legislativa tenemos la propuesta de una ley general de inversiones. Queremos reunir y ordenar toda esa serie de concesiones, incentivos y facilitaciones que se han ido dando, desde hace 50 años, y que se hacen de manera ad hoc dependiendo de quién esté en el gobierno, cuál es el sector y (que beneficia) a unos sí y a otros no. Queremos que quede establecido qué tipo de concesiones puede otorgar el Estado, para qué tipo de objetivos y en qué condiciones. Hay condiciones que pueden ser útiles como herramientas para el desarrollo de un sector, por ejemplo, nos interesa mucho atraer cierto sector de tecnología que quiere operar aquí, pero quiere enviar rápido sus productos a otro lado. Bueno, entonces podemos ver, pero dentro de una lógica de desarrollo nacional.
En lo que llega la aprobación de la ley, el presidente tiene el poder de perdonar a quien no ha pagado. ¿Eso lo descarta usted?
Nosotros no vamos a negociar exoneraciones de impuestos. Nosotros no vamos a perdonar los impuestos atrasados. Si alguien debe cinco millones, entonces el Ejecutivo tiene la posibilidad de decir ‘yo te perdono tus cinco millones de impuestos si tú pagas 100.000 quetzales de una vez, en efectivo’. Eso se terminó totalmente, porque esa es la puerta para que pase dinero debajo de la mesa, pero además es injusto con el industrial y comerciante que sí paga sus impuestos y no deja que se le acumule porque no está esperando a ver si tiene un amigo que está conectado para llegar ofrecer una coima y negociar una salida.
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En el ámbito del bienestar, ¿cómo luchar efectivamente contra la desnutrición, que es un problema histórico?
Tenemos a seis de cada diez guatemaltecos viviendo debajo de la línea de pobreza. El gobierno no puede ayudarlos a todos, pero sí puede empezar a crear políticas de mediano y largo plazo destinadas a que haya condiciones para el desarrollo. Hay una serie de recursos que tienen que ser canalizados de manera remedial, como hacer llegar alimentos, pero si no hacemos nada de tipo estructural, lo que vamos a seguir teniendo son soluciones medievales. Porque la solución a la migración es el desarrollo. La gente se va de Guatemala porque se muere de hambre, entonces llevemos el desarrollo a esos lugares para que se generen oportunidades de empleo en el agro, en servicios, en lo que sea para que esa gente ya no se vea obligada a irse del país.
¿Cómo se logra el desarrollo?
Nosotros tenemos un plan de inversión en infraestructura para caminos secundarios que conectan microrregiones productivas, con la idea de que se concentre la acción del Ministerio de Agricultura, que ya no se va a dedicar a repartir plazas para diputados, sino a dar extensión agrícola con estrategias de asociativismo, de cooperativismo, con créditos fáciles. Al conectar todas estas regiones y hacer este tipo de acción concertada de distintos ministerios, van a cambiar las condiciones de productividad para esta gente, todo eso va a generar empleo de entrada en la construcción. Esa es la forma cómo se pueden empezar a transformar los problemas. No porque los vayamos a transformar en cuatro años, sino porque vamos a empezar a dar condiciones para que los guatemaltecos empiecen a desarrollarse.
Tengo una pequeña lista de temas en donde el Ejecutivo puede tomar acciones sin depender del Congreso o el diálogo y quiero conocer su opinión. Empecemos por la migración. ¿Guatemala seguirá poniendo al Ejército como muro para impedir el cruce de migrantes?
Vamos a hacer una revisión para entender cómo tratar esto, pero el principio es que trataremos a los migrantes de otros países como queremos que se trate a los migrantes guatemaltecos a su paso por el exterior. Tenemos que buscar una respuesta integral. Hay problemas que son internacionales y, como tales, tienen las soluciones tienen que ser el resultado de una acción concertada, en la medida en que se pueda para atender la migración, el tráfico de personas, el narcotráfico. Hay cuestiones que requieren abordajes estructurados y cooperativos en la medida de lo posible.
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¿Ser un tercer país seguro como lo estableció el gobierno de Donald Trump?
No, eso está absolutamente fuera de cuestión. Nosotros no vamos a servir de depósito de migrantes para los Estados Unidos.
Medio ambiente. ¿Cuál es la postura ante las industrias extractivas?
Nosotros hemos pedido en el Congreso una moratoria a la minería metálica, porque creemos que en Guatemala necesitamos tener una reflexión colectiva sobre si en verdad este es un sector económico que nos conviene en términos de su contribución al desarrollo. Si la respuesta es sí, entonces una revisión de las condiciones en las que están operando, porque en este momento son ridículas en términos de las regalías, etcétera.
En el ámbito fiscal. ¿Aumento de carga tributaria?
Aumento de las tasas no, pero sí al aumento de carga tributaria. Para aumentar la carga tributaria, uno puede mantener las tasas actuales y cerrarle los espacios a la evasión, al contrabando, al fraude aduanal.
¿Regular la informalidad?
Para lograr que la gente salga de la informalidad tiene que sentir que están ganando algo. Ahí lo estamos ligando con nuestros planes de ampliación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
¿Mantener el seguro escolar?
No, nunca. Eso definitivamente no.
¿Pactos colectivos con el sindicato de Joviel Acevedo?
Nosotros tenemos claro que no podemos seguir en la misma lógica, el problema es que la ruta para salir de esa lógica pasa por un proceso de encuentro y de diálogo alrededor del tema, en donde no se va a tratar de un gobierno corrupto negociando con un sindicato. Lo que tenemos que hacer es estructurar la ruta para ir en esa lógica.
Acciones contra la corrupción en la adquisición de insumos médicos y medicinas
El Ministerio de Salud va a comprar internacionalmente y de manera directa medicinas en volumen con dos objetivos. Abastecer sus propios hospitales y crear una red de farmacias públicas en donde vamos a poner los precios justos, sin subsidio, lo que va a hacer que automáticamente bajen los precios. No vamos a depender del cartel de las empresas farmacéuticas y vamos a terminar con el negocio por la vía del mercado.
¿Cómo y cuándo pagar la deuda del IGSS que tanto ha mencionado?
Ya está en el plan, es dinero del presupuesto. Lo encontramos y dijimos esto es lo que le toca al Estado. Nosotros no vamos a pagar la deuda total, vamos a ser el primer gobierno que va a pagar lo que le toca de cuota anual que, por cuatro años, son 12,000 millones de quetzales. Y a partir de ahí negociemos qué hacer con los 60,000 millones que se adeudan.
¿El Ejército debe dedicarse a la seguridad ciudadana?
Los ejércitos tienen que dedicarse a proteger los espacios de interacción frente a cuestiones extranjeras, internacionales, etcétera.
¿Un Ejército más pequeño o como el que tenemos ahora?
Lo que necesitamos es un ejército efectivo, no es un problema de tamaño, sino de qué lo ponemos a hacer y la efectividad con la que pueda hacer esas cosas.
Ahora tenemos un Ejército que en parte se dedica a construir caminos, armar escritorios y ayudar ante fenómenos ambientales…
Y lo que necesitamos es ponerlo a que recupere los territorios que están en manos del narcotráfico.
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Hábleme de su plan para la austeridad en el Ejecutivo. Hemos tenido presidentes que ofrecen regalar su sueldo, pero terminan gastando el presupuesto en comida de lujo.
Yo soy una persona que siempre he tenido que trabajar y necesito un sueldo para mantener a mi familia, pero voy a rebajar el sueldo y eso lo he dicho y lo he ofrecido.
¿Cuánto debería ganar el presidente?
Ahorita el sueldo del presidente es 25.000 dólares, que es el más caro de América Latina. Entonces, ya lo vamos a ver, no le voy a decir cuándo porque también tengo que ver el tema. Austeridad es que se acabaron los gastos superfluos, se acabaron los camarones (para los almuerzos del presidente), todo tipo de gasto injustificado. Hay un dicho en francés que dice ‘el pescado se pudre por la cabeza’. Quiere decir que, si la cabeza está corrupta, el resto del cuerpo se va a corromper. Cuando usted empieza a poner autoridades que no están en ese juego es mucho más difícil que el proceso de corrupción tenga lugar y hay cosas que la gente ni siquiera entiende como corrupción.
¿Cómo lograr austeridad en todas las instituciones del gobierno?
Es un proceso gradual. Se tiene que hacer ganando voluntades en el camino, no perdiendo voluntades. La política es pedagogía, decía mi padre. La política se hace con el ejemplo.
Se reunió con empresarios de la Cámara de Comercio. ¿Cómo ha sido su experiencia con el sector empresarial?
Hay miedo absurdo por toda la campaña de desinformación que nos han sacado, han dicho que vamos a expropiar tierra y, cuando nos preguntan, les decimos que miren nuestro plan. Nosotros lo que tenemos es una necesidad de ser un país que produzca para generar el dinero con el que hay que pagar el desarrollo. ¿Y de dónde produce el país? Yo no voy a construir fábricas estatales y ese tipo de cosas. Necesitamos que el país empiece a producir. Entonces, el mensaje es haga negocios y pague sus impuestos. [c]
¿Esto ha sido suficiente para que cambien de parecer?
Hay un problema con este país y es que nos hemos acostumbrado, durante mucho tiempo, a pensar que el desarrollo nacional es un juego de suma cero, en donde para que gane alguien, tiene que perder alguien más. La lógica establecida es que, si le quiero dar a un trabajador, le tengo que quitar a un empresario, y si le quiero dar a un empresario le tengo que quitar al trabajador, y eso es absolutamente absurdo. Lo que necesitamos es un proceso en donde todo el mundo pueda ganar. Claro, ganar lo que es razonable y justo.
¿Qué respuesta ha tenido su argumento?
Hoy me lo preguntaron en otra reunión de empresarios, ¿qué va a pasar con los salarios diferenciados? Les dije que para nosotros son inaceptables, porque plantean que, para que alguien pueda hacer negocios, hay que deprimir el nivel de vida de una población, en momentos en donde el salario mínimo no alcanza para cubrir ni la mitad de la canasta básica. Además, en términos de estrategia de desarrollo, ¿qué industria puede crecer apostándole a la falta de desarrollo de su población?, o sea, aquí lo que tenemos que hacer es que la gente tenga medios para ganar más y, si gana más, gasta más. El desarrollo no es un juego de suma cero y, para mantener un estado democrático, necesitamos que las instituciones funcionen, y que los beneficios alcancen para todos de manera suficiente. Así, que esta población le traslade la lealtad y la confianza a las instituciones para que puedan seguir funcionando.
Seguro que eso incomoda a más de algún empresario acostumbrado a dar instrucciones para la aprobación de leyes para su conveniencia
Estamos absolutamente de acuerdo y eso es lo que se acaba. Y lo decimos, lo hemos dicho en reuniones con los empresarios. Quienes le han apostado a la economía de los privilegios, con nosotros no va. Nos hemos encontrado a muchos empresarios que han estado esperando cambios, porque quienes se privilegian son solo una parte de ellos. Hay una cantidad de empresarios que piden una ley de competencia.
Hablando de su padre, ¿qué siente cuando lo comparan con él?
Se me enchina la piel. Yo siento a mi papá en la gente, en la cantidad de gente que viene, se acerca y me habla de él. Ahora estoy firmando libros de mi papá que la gente tiene en su librería, esto es como una memoria que se recupera socialmente.
Usted tiene apenas seis años en política y tengo entendido que no quería involucrarse. ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Cuando era más joven, porque tenía el apellido, me ofrecían ser diputado o vicepresidente. Pero, de mi familia, ninguno de mis hermanos quería entrar a ese juego, ni ha sentido que tenemos ese privilegio. Yo lo hice después del 2015, cuando el grupo Semilla, que era un grupo de reflexión y de análisis, en un ejercicio democrático decide establecer un partido.
Tampoco aceptó de inmediato ser el presidenciable
No es fácil. Yo, muy conscientemente, tomé una decisión de estar en la política partidaria. Cuando entré a la política no fue porque quería ser presidente. Lo que pensé fue ‘me voy a ir al Congreso porque ahí está el corazón del sistema y quiero entender’. Cuando me dijeron ‘queremos que seas el presidenciable’ yo les respondí que no estaba en mis planes. Me pidieron si, al menos, podían ponerme en la lista, y ya cuando vino un proceso democrático interno y resultó contundente (para que fuera el candidato), acepté, pero fue una decisión muy difícil.
En los mítines vemos a su esposa Lucrecia Peinado junto a usted. ¿Qué respuesta ha tenido de ella y sus hijos a esto que está viviendo?
Ella está encantada y entiende que su labor es apoyar. Mis hijos están entusiasmados y preocupados. Nosotros tenemos seis hijos, tres hijas mías y tres de mi esposa, de los cuales solo dos están viviendo en el país. La mayor y el segundo de mi esposa. Los demás están fuera. Están preocupados por los temas de seguridad, pero entusiasmados. Algunos más participativos que otros y que se metieron a la campaña y están ahí haciendo su rol y otros que están haciendo su vida profesional.
¿La preocupación por la seguridad es real para usted y su equipo? Entiendo que no aceptaron la protección de la SAAS (Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad, entidad de la presidencia).
Nuestra primera reacción fue que no, pero después de haber hecho una ronda de consultas de todo tipo nos dimos cuenta de que necesitamos tener protección. Tenemos mixto, aceptamos SAAS, pero tenemos nuestro jefe de seguridad.
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