Las disfuncionalidades son el resultado del proceso de erosión persistente que se ha hecho del Estado y sus instituciones. Así como de su accionar inercial, sin que estas presenten cambios importantes que apunten a resolver problemáticas de larga data, afectando, al final, a un grupo considerable de personas que, por sus mismas condiciones, son las que en la actualidad se consideran vulnerables.
Así, el Estado, hasta hoy, no ha sido un ente independiente ni fuerte ni tampoco pesado, al contrario, se ha convertido en una figura amorfa que camina sin sentido. Un ser que repite las mismas acciones, pero espera resultados distintos, mientras que, al final del cuatrienio, la situación precaria de estos grupos vulnerables se precariza o depaupera aún más.
El Estado se transformó en un ente clientelar que, con demasiada facilidad, respondía a las exigencias de la oligarquía, sin siquiera intentar buscar un punto de consenso; al contrario, aceptaba dócilmente las presiones de estos grupos. Posteriormente, la presión aumentó y el Estado se vio obligado a incorporar cuadros de la iniciativa privada para controlar sus intereses, ministros, viceministros, asesores y otros. Finalmente, en la etapa actual, el Estado se convirtió en un ente poroso, filtrado por todos lados, facilitando así el mecanismo de cooptación de todas sus instituciones.
Para asegurar esta presión, se permitió, sin decir nada, ni cuestionar mucho, el enriquecimiento ilícito de funcionarios del Estado, magistrados, ministros, diputados y otros actores. Todo ello, claro está, con el objetivo de no atentar ni afectar los intereses de la oligarquía o las élites económicas, y para asegurar la continuidad de todas las prebendas y privilegios que se generaban desde el propio sector público.
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En este entuerto, las personas sacrificadas y que quedaban fuera de los propios beneficios del Estado eran, como siempre, las más vulnerables. Aquí comienzo a enumerar algunas disfuncionalidades. Así, poco a poco y por yuxtaposición, se fue gestando una estructura regresiva que muestra una gran cantidad de impuestos indirectos; se facilitaron mecanismos de elusión fiscal, se declararon zonas francas, se abrieron regímenes de excepción como el de las maquilas y se redujó la tasa marginal más alta del impuesto sobre la renta. Hoy, los diputados solícitos quieren eliminar el ISO, todo esto dentro del espectro de la recaudación fiscal.
Las personas vulnerables, que según la constitución son sujeto de todos los derechos, fueron quedando poco a poco al margen de cualquier atisbo de desarrollo, profundizando sus condiciones de pobreza y pobreza extrema, y ampliando cada vez más su situación de desigualdad. Los bienes públicos existen, sí, pero bajo condiciones de limitaciones impresionantes.
La salud y la educación presentan enormes disfuncionalidades. Los médicos ganan poco y trabajan por contrato; no existe suficiente dotación de medicinas ni de equipo, y la presión del público en las consultas externas es enorme. Los estudiantes que se gradúan están rezagados en términos de sus evaluaciones (Matemáticas bajo y comprensión de lectura un poco más alto), pero terminan su ciclo escolar y se enfrentan a un mercado laboral poco dinámico e insuficiente para incorporarlos. Únicamente el 10 % consigue un trabajo formal.
El salario mínimo es pobre y la Comisión del Salario no funciona; los incrementos que se otorgan anualmente son paupérrimos, mientras que el costo de la canasta básica y la ampliada resulta imposible cubrirla para las 1.5 millones de personas que trabajan en mercado formal. En cambio el resto de la población económicamente activa, unos 10 millones de personas, deambulan en trabajos informales, con extensos horarios, jornadas extenuantes e ingresos precarios.
Por otro lado, las remesas familiares representan el ingreso más elevado en divisas y constituye prácticamente el 21 % del PIB, las remesas son superiores al gasto público y a la recaudación, pero no se puede descansar en una fuente de ingresos que en el largo plazo va a declinar necesariamente.
Como se puede observar, múltiples falencias caracterizan al Estado. Se espera mucho del actual régimen, pero, con tal de que enfrente cada una de las disfuncionalidades, seguramente podrá establecer una ruta para una sociedad más justa.
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