Bien dicen que no se debe escupir al cielo. Varias veces he contado cómo me acerqué y comencé a querer trabajar lectura, pero noté que no era la primera necesidad de las niñas y niños de mi pueblo. Fue después de entender sus necesidades a partir de las carencias más graves que comenzamos a trabajar en tutorías escolares, alimentación y formación en liderazgo con un pequeño grupo de líderes, empezando con la lectura.
Los niños y niñas lectoras y yo comenzamos el trabajo inspirados por mi maestro, quien ofreció regalar su primer libro a cada pequeño o pequeña lectora que cumpliera el reto de acumular 10 libros leídos. Llegaban a leer hasta dos libros a la semana o más. Este proyecto creció tanto que fue adoptado por Librería Sophos en la Ciudad, quien lanzó la idea como la campaña «El Búho de la Leyenda».
Para todo esto, en el pueblo usted podía ver niños y niñas leyendo en las gradas, en el mercado, en la tienda, en el monte…
Poco después nos invitaron a asistir a la Feria Internacional del Libro en Guatemala. Son muchas las anécdotas de cómo el viaje de lectores, a lo largo del tiempo, ha logrado involucrar tanto a miles de niños y niñas lectoras de comunidades rurales de Purulhá, Huehuetenango, Sacatepéquez y Rabinal —que devoran libros uno tras otro— como a cientos de voluntarios y donantes que nos unimos para poder premiarles. Un viaje inspirador que les ha permitido conocer los lugares y personas que encuentran en las páginas de los libros. Hemos ido al teatro, a parques, a finos restaurantes, hasta una vez viajamos a conocer el mar.
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El año pasado, por iniciativa de la comisión municipal de educación, se propuso el proyecto Municipio Amigo de la Lectura, que comenzó oficialmente en mayo de este año. Este programa nacional, lanzado por el Ministerio de Educación, la Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM), Empresarios por la Educación y la Gran Campaña Nacional por la Educación, busca facilitar la coordinación interinstitucional y las acciones conjuntas para mejorar la calidad educativa en favor del desarrollo de la niñez.
La Comisión Municipal Promotora de la Lectura cuenta con el apoyo del Programa de Educación Básica de Calidad para la Transición/Funcafé, Mineduc, Delegado Departamental de Lectura, Conalfa, el Concejal tercero de la Corporación Municipal, la Oficina Municipal de la Niñez y Adolescencia, jóvenes lectores aficionados del proyecto y yo, como Directora Ad Honorem de la Biblioteca Municipal Lic. Bernardo Lemus Mendoza y Directora de Programas de la Asociación Yo’o Guatemala.
Como comisión, debemos garantizar el cumplimiento de las acciones planificadas basadas en los siete ejes que estipula la rúbrica de calificación y evaluación del proceso.
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Promover y fomentar programas municipales para el desarrollo de la lectura
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Implementar mesas departamentales de trabajo en favor de la educación para desarrollar planes estratégicos a nivel local que apoyen los servicios educativos
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Apoyar los esfuerzos de fortalecimiento de la participación comunitaria y la entrega oportuna de los programas de apoyo en las escuelas
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Promover programas formativos para atender a jóvenes fuera del sistema escolar
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Promover acciones para lograr el cumplimiento de un mínimo de 180 días de clases en los centros educativos
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Promover las buenas prácticas docentes
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Llevar a cabo otras acciones que contribuyan a elevar la calidad de la educación con pertinencia cultural en los diversos niveles educativos
La semana pasada recibimos a 200 estudiantes de escuelas públicas en un hermoso cine foro, ofrecido por Fundación Ixcanul. Esta semana impartimos a docentes de 14 escuelitas de párvulos, un taller de herramientas para fomentar la lectura emergente.
Me entusiasma ver cómo, este proyecto que inició como un acto para la dignificación de la memoria de mi padre a través de la Biblioteca Municipal que lleva su nombre, está aportando a una política pública que trasciende, proponiendo y acompañando actividades como parte del Plan de Desarrollo Municipal de Ordenamiento Territorial.
Finalmente este proyecto pequeñito, pero de mucho corazón, podrá incidir en la niñez de Purulhá de manera oficial.
¡Lo logramos, papi!
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