Carlos Sierra: “La universidad no es un negocio; por eso es que no tenemos padrinos”

Los últimos 35 años de su vida, Carlos René Sierra Romero los ha dedicado a la Universidad de San Carlos. Como estudiante primero, como profesor luego, y como funcionario después. Esta es la segunda ocasión en que busca convertirse en rector. La primera fue en las elecciones de 2010, en las que fue reelecto Estuardo Gálvez. En esta ocasión, se sumó a la contienda en el último momento. Integró una plataforma para impulsar su candidatura denominada U21, poco conocida dentro del campus universitario, por lo que optó por hacer de su primer apellido, “Sierra”, su marca electoral.

Ha sido director del Centro Universitario del Norte, miembro del Consejo Superior Universitario, y Director General de Administración de la Usac, de la que en la actualidad es consejero. Bajo el lema “más academia y menos política”, Sierra se declara el más preparado y comprometido para dirigir la universidad nacional durante los próximos cuatro años.

¿Por qué quiere ser rector de la Usac?

Porque creo que podemos hacer mucho por la universidad que llevamos en el corazón; pero sustantivamente porque tenemos un gran equipo de trabajo que integralmente genera un efecto sinérgico que le da las mejores posibilidades a nuestra alma mater de salir adelante. Somos el único proyecto académico que impulsa una agenda con más academia y menos política, y porque creemos que la universidad debe recuperar su visión antropocéntrica, debe recuperar su compromiso con la infraestructura, el equipamiento y la seguridad; debe recuperar su compromiso con la transparencia y rendición de cuentas, y debe recuperar su compromiso por que nuestras representaciones y nuestra iniciativa de ley sea utilizada en bien de los guatemaltecos.

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¿Quiénes apoyan su candidatura dentro de la Usac?

Tenemos un buen número de decanos, directores de centros universitarios, pero fundamentalmente al ciudadano sancarlista que cree en el cambio. Solo con las autoridades no funciona, tiene que haber una mezcla. Para impulsar una agenda que signifique una verdadera certeza de desarrollo y avances, uno debe contar con jóvenes entusiastas, y también con la experiencia.

¿Algún grupo, sector o partido político externo a la Usac apoya su candidatura?

Absolutamente ninguno. Se lo puedo decir con total claridad y apego a la verdad. Si alguien dice lo contrario, que muestre las pruebas. Puede haber muchos procesos de desinformación, pero este es un proceso académico eleccionario que se realiza dentro de la Usac, porque nosotros creemos que mientras más academia y menos política la universidad tiene futuro. Sería una total contradicción si fuéramos a buscar el apoyo de personas que estén en algunos de los organismos de Estado.

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¿Cuánto ha invertido en su campaña electoral y quiénes le han financiado?

Hasta ahora hemos gastado un poco más de Q75 mil, y creemos que vamos a gastar otros Q75 mil. Unos Q150 mil en total. El principal financista he sido yo. De mi propio pecunio y con el esfuerzo de mi familia. Como quiero a mi universidad, hacemos el sacrificio para impulsar una agenda que la rescate. Tengo 54 años, y de esos 30 los llevo acá, como profesor, sin contar con mis años de estudiante. Aquí me siento contento, creo que podemos hacer un buen trabajo para re-prestigiar a la universidad. Dentro de las personas que me han ayudado están Ever Calderón y Walter Arriola, que me han prestado vehículos y regalado impresos. Guillermo Chávez Meza nos ha regalado algunas mantas, igual que Otto Arenas.

¿Considera ético que los candidatos a rector gasten tanto dinero en sus campañas en una institución académica como la Usac?

Somos la campaña más pobre. Le aseguro que nosotros no hemos gastado ni la cuarta parte de las otras campañas. Si nosotros no visibilizamos el proceso, en un conglomerado humano que tiene 240 mil estudiantes, 9 mil profesores, más de 100 mil graduados, 10 facultades, 9 escuelas no facultativas [en realidad son 10], 22 centros universitarios y un tecnológico, no tendríamos ninguna posibilidad… Al hacer el análisis per capita de lo gastado, la conclusión es que hemos gastado lo mínimo. Nosotros no regalamos nada, ni lapiceros, ni una memora USB, ni poniendo fuentes de energía para cargar los celulares. No lo hacemos porque no tenemos dinero para eso. 

No creo que sea inmoral o antiético porque nosotros estamos comprometidos con la transparencia, pero con la que se hace no con la que se dice. Nuestro eje con la transparencia es trascendente. No habrá ninguna forma de recuperar lo invertido en la campaña porque la universidad no es un negocio; por eso es que no tenemos padrinos de afuera. Somos los que entramos de último a la contienda, los que menos hemos gastado. Yo creo en la auditoría social, y la vamos a impulsar. En seis semanas estaremos en Guatenóminas; en 16 en Sicoin; y en 20 iniciamos la gestión de nuestro propio portal que va a tener hasta tutoriales para que cualquier persona pueda vigilar los casi Q2 mil millones que nos da el Estado. Si queremos más recursos, tenemos que convertirnos en un ejemplo de transparencia, de eficiencia, de rendición de cuentas. 

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Una de sus promesas de campaña es la Reforma Universitaria. ¿De qué tipo?

Una reforma viva que debe arrancar desde la Rectoría. No puede ser que no logremos impulsar la reforma universitaria teniendo tantas direcciones y tantos recursos. En más de 20 años que llevamos hablando de reforma, la universidad lo único que ha tenido es una propuesta de agenda para la reforma. 

En los primeros 16 meses, la Rectoría habrá de tener la certificación de la Norma ISO 9000, para lograr la satisfacción de los usuarios y eficiencia en los procesos. Con esto tendremos una gestión de títulos más fácil, un proceso de inscripción y asignación más eficiente, estudiantes satisfechos. Hay que ser valientes para plantear esto.

¿Cree que esas medidas serán suficientes para que la Usac recupere el papel rector de centros de educación superior que le confiere la Constitución?

Será un proceso completo. El siguiente paso será reformar cómo rendimos cuentas, y eso también empezará desde la Rectoría. Vamos a mostrarle a todas las unidades académicas que nosotros podemos tener una gestión diferente. Si lo logramos como universidad, seremos un modelo a seguir para las otras instituciones del Estado. La reforma universitaria es impostergable, pero es más que eso: hablamos de una refundación.

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¿Promoverá cambios en el sistema de gobierno de la Usac a fin de hacerlo más democrático y participativo?

Tenemos que sentarnos a establecer las reglas y alcanzar acuerdos a partir de la diversidad. Si impulsamos algo a la fuerza, lo que lograremos es entorpecer los procesos y generar inconvenientes. Si generamos una imposición en la forma en que elegimos, lo que vamos a obtener es rechazo. En una universidad como la nuestra, tan horizontal, no llegaremos a ningún lado. Con una persona que se quede fuera del proceso, y que tenga derecho de participar, ya representa un problema para el sistema democrático de la toma de decisiones. 

Esta será la primera acción a impulsar, durante el primer año del rectorado, porque en ese momento el rector tiene el máximo de los apoyos dentro de la universidad, y es cuando los actores están dispuestos a dialogar. No se puede hacer la modificación en el mismo día en que se está convocando a elecciones de rector, porque no tiene ninguna viabilidad. Yo estoy de acuerdo con los cambios, pero creo que hay que buscarlos en los mejores momentos. De nuestra propuesta y del momento en que lo hagamos va a depender mucho los resultados que obtengamos. 

Yo creo que debemos reformar el sistema de gobierno, pero creo que el nuevo modelo debe ser generado por los propios sancarlistas sin la necesidad de ir a órganos jurisdiccionales como ahora ocurre, sin necesidad de ir a plantear amparos.

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¿Apoyaría desde la rectoría una profunda investigación del Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) para combatir las mafias que se han incrustado en la Usac?

Por supuesto. Mi respuesta es categórica: ¡Sí! No hay ningún problema. La persecución de los delitos no es algo que pueda hacer la universidad, pero podemos ser querellantes adhesivos. Pero también apoyo las medidas preventivas que nos den como resultado que nosotros resolvamos en una buena medida nuestras situaciones de inseguridad, con procedimientos claros y con publicidad de lo que hacemos los funcionarios.

¿Ha sido contratista del Estado?

No he sido contratista nunca. He sido consultor en algunas instituciones. 

La Usac tiene un amplio poder político en instituciones estratégicas del Estado: la Corte de Constitucionalidad, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, la Junta Monetaria, las Comisiones de Postulación, entre otras. ¿Cómo administrará ese poder para evitar que grupos con intereses ajenos a la academia ocupen esos espacios?

A esas representaciones no podemos renunciar porque son disposiciones legales. En tanto las leyes no cambien, la Usac deberá seguir cumpliendo esas funciones. Con lo que estoy plenamente comprometido es con que la universidad lo haga con responsabilidad y con orden. Lo que hagan, propongan o se comprometan los representantes de la universidad debe tener una sustentación jurídica, pero también deben tener un apoyo institucional que les de agenda. Para ello vamos a gozar de una Coordinadora General de Representaciones. Las 53 representaciones que tenemos compartirán una agenda, y sobre ella deberán rendir un informe de sus actuaciones.