Censo 2018, entre el uso y el valor de sus datos

En días recientes he estado trabajando con información sobre los flujos migratorios del Triángulo Norte. De esa cuenta, hace apenas un par de semanas el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó las bases de datos del Censo 2018, y una de las primeras preguntas por responder fue: «¿Cuántas personas han migrado de Guatemala al extranjero?». Para ello se recurrió a la base de datos de «hogares», la cual contiene la pregunta PEI2: «¿Cuál es el total de personas que se fueron y aún no han regresado?». La sumatoria de dicha respuesta entrega un total de 301,069 personas.

Es decir, según las respuestas que los guatemaltecos censados dieron al encuestador del INE, durante el período 2002-2018 se fueron del país un total de 301,069 connacionales. Al desagregar esa cifra por departamento y dividirla entre el total de población (reportada por el censo), resulta que los departamentos que reportan mayores porcentajes de emigración son Huehuetenango, con 4.8 %; Quetzaltenango, con 3.2 %; San Marcos, con 3.0 %, y Baja Verapaz y Jutiapa, con 2.9 %.

¿Qué tanta validez pueden tener esas cifras? En principio, lo contrasté contra el flujo migratorio que ha reconstruido la iniciativa de política México-Centroamérica del Strauss Center de la Universidad de Austin, Texas, cuyos resultados pueden consultarse en este vínculo. Dicho trabajo ha estimado que entre 2002 y 2019 un total de 2.2 millones de guatemaltecos han sido aprehendidos, considerados inadmisibles y luego deportados o han recibido el estatus de refugiados en México, el 36.3 % de ellos durante el nefasto gobierno de Jimmy Morales, y, de esos 2.2 millones, un 8.9 % está conformado por menores no acompañados, de los cuales el 64.8 % partieron de Guatemala durante dicho gobierno (131,151).

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En otras palabras, el censo ha captado únicamente el 13.2 % del flujo de ciudadanos que han estado expuestos a la emigración internacional. Es de reconocer que el censo no es una encuesta especializada en migración, pero, siendo este un tema clave en nuestra sociedad, al menos debió haber profundizado en su análisis.

Otra cifra que puede cuestionar los resultados del censo es la cantidad de guatemaltecos que han solicitado asilo en los Estados Unidos de 2002 a 2018. Según el Acnur, la cifra asciende a 433,617 personas. ¿Cuántas no se atrevieron a solicitar asilo?

Otra fuente que permite cuestionar los resultados del Censo 2018 en materia de migración es la Oficina del Censo de los Estados Unidos, la cual indica que la cantidad de guatemaltecos que residieron en esa nación entre 2010 y 2018 pasó de 1.01 millones a 1.4, para un incremento de 39.8 %. Incluso, examinando un período más extenso (de 2000 a 2018) a partir de datos del Pew Research Center, la cantidad de guatemaltecos viviendo en Estados Unidos creció en este último período al 255 %, de modo que pasó de 406,000 a 1.4 millones.

¿Puede el censo ser utilizado como una fuente confiable en materia de migración internacional? Sin duda es una pregunta que puede responder con más certeza un demógrafo especializado en la temática. Por mi parte, creo que agregar dichas cifras a la discusión es un aporte a identificar dicha confiabilidad.