Este evento electoral se ha marcado por la negación de la inscripción de una candidata presidencial. La cuenta regresiva en términos de tiempo lo complejiza aún más, aquí hay muchos análisis que profundizar que al final no solamente afecta a los partidos políticos, sino a la ciudadanía. No obstante, independientemente de esta situación, el problema más grave es que no han sido abordados y por lo menos aclarados algunos temas sustanciales de interés nacional en los programas de gobierno de los candidatos a presidente, por lo que la incertidumbre es cada vez mayor en la población votante. Habría que decir que en este país, poco se ha apostado a la formación política de la ciudadanía, todo lo reducen a la emisión del sufragio, lo cual queda muy lejos de ejercer una verdadera ciudadanía con derechos y obligaciones. Por lo tanto, muchos y muchas ciudadanas desconocen qué implicaciones tiene votar cómo y por quién, qué implicaciones traería votar y cómo esto tendría sus repercusiones en el Ejecutivo y Legislativo. Y esto puede ser aprovechado por las opiniones que puedan emitir algunos analistas que en consecuencia influye en la manipulación de cómo ejercer ese voto. Por ejemplo:
¿Por quién votar y cómo votar? La propuesta de que deberíamos de evitar el voto cruzado, porque el votar cruzado, estaríamos bloqueando las decisiones en el congreso, debido a que las distintas bancadas al no reunir la mayoría calificada para sancionar leyes y ponerse de acuerdo, las políticas públicas y los presupuestos no se aprobarán. Pero ¿Qué pasa si se elige una aplanadora de cualquier color? Quién garantizará que esa aplanadora represente realmente las necesidades, demandas e incluso sentimientos de la mayoría de ciudadanas y ciudadanos. No es conveniente emitir un cheque en blanco, para que algún partido haga lo que se le venga en gana, y esto tendría un costo muy alto a la ciudadanía. La historia ha mostrado que los partidos políticos han perdido su ética, su misión de ser intermediarios entre la sociedad y el Estado, porque al ser ganadores en la Presidencia y Congreso, benefician exclusivamente al partido y sus financistas, sacrificando los derechos inalienables de la gran mayoría ciudadana. Por lo tanto, el voto cruzado no es conveniente en estos contextos.
¿Cómo materializar lo que ofrecen?¿Por qué se ha posicionado en la agenda mediática y ciudadana el tema de la deuda como el gran problema en el gobierno actual? Vale la pena hacer la reflexión, si el próximo gobierno no hará préstamos para financiar el Presupuesto Público, pero entonces dónde sacará los recursos para la inversión social y demás prioridades del Estado; porque las fuentes de financiamiento del Estado pueden ser básicamente tres y de allí no hay de otra: impuestos, bienes y empresas propias del Estado o préstamos. Entonces por qué no se habla de política fiscal, sino simplemente hay una oposición caprichosa al préstamo público. ¿A caso el Estado tiene bienes o empresas públicas? O ¿Será que los partidos políticos estarán pensando no hablar de pacto fiscal y tampoco quieren endeudar más al país, porque si llegan al gobierno nacionalizaran las empresas que antes ya fueron privatizadas?
¿Por qué los partidos políticos que según las encuestas van como punteros, han evitado en la agenda mediática éste tema y otros como los procesos judiciales contra militares y ex militares? Queda pendiente sobre su quehacer frente a los casos que ahora se está procesando por casos de masacre, porque a lo mejor la impunidad institucionalizada liberará a los ya procesados. Ojalá esto no ocurra porque entonces estamos retrocediendo a la violencia política.
En función de lo anterior, será que la ciudadanía ha tomado su tiempo y analizar verdaderamente por quien emitir su voto, y no seguir su atención únicamente a los dos casos de si inscriben o no a dos candidato/a. ¿Qué prevalecerá en el momento de rayar las boletas al emitir el sufragio? ¿Las emociones o la coacción? Se espera que no, porque el verdadero ejercicio ciudadano debe responder a la fórmula: información- análisis – decisión- información para la auditoría social y también para la justicia social. Es necesario desmilitarizar los imaginarios y las prácticas para ejercer la verdadera ciudadanía.
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