Tras el ofrecimiento de Torres de reactivar a las fuerzas combinadas de manera temporal, Bran aseguró que «al haberse ido los soldados del municipio (Mixco), se incrementó la violencia: los asaltos, las extorsiones y las muertes de pilotos».
Se consultó a Bran cuál era la fuente de su afirmación, pero no respondió las llamadas, mensajes de texto y mensajes en las redes sociales. Su vocero, Mynor Espinoza, tampoco pudo indicar cuál era la fuente del alcalde. «Es probable que sean las estadísticas de la PNC», respondió a través de un mensaje.
Según datos de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad, se constató que la aseveración del alcalde es falsa.
En 2016 y 2017, cuando todavía estaba activo el Ejército en tareas de seguridad ciudadana, hubo una mayor cantidad de muertes en ese municipio en comparación que en el último año y medio.
Mixco registró una tasa de 34.5 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2016, subió a 47.7 en 2017, y bajó a 29.2 y 18.6 en 2018 y 2019.
El retiro de las fuerzas combinadas (Policía más Ejército) inició el 31 de marzo de 2018 y terminó el 30 de junio de ese mismo año. El Ejército apoyó tareas de seguridad ciudadana durante 18 años, desde el gobierno de Alfonso Portillo.
A inicios del 2018, el entonces ministro de Gobernación, Francisco Rivas, consideró que el fortalecimiento de la policía con la construcción de sedes policiales como la de San Rafael Pie de la Cuesta y la adquisición de nuevas patrullas, ya no era necesario depender del apoyo de las fuerzas militares y tampoco representaban un aporte significativo a la seguridad.
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Al consultar una segunda vez al vocero de Mixco y mostrarle los datos, Espinoza dijo que «no se trata de números, se trata de salvar vidas inocentes. Si tuviésemos a los soldados en las calles, sumado nuestra Policía Municipal tendríamos una merma de casos de violencia».
Evelyn Espinoza, directora del Observatorio de Violencia Homicida en el Triángulo Norte, de Diálogos, niega que los patrullajes combinados reduzcan los homicidios. «Los soldados no tienen capacidad para desarrollar tareas de seguridad ciudadana», agrega, «su formación es de confrontación y no de prevención. El uso de armas de grueso calibre como las que usa el ejército en las calles no sólo infunde temor en la ciudadanía de a pie, sino también puede provocar que el crimen organizado responda armándose de la misma manera».
Walter Menchú, experto de seguridad del Centro de Investigaciones Económicas (Cien), recuerda que «en enero de 2017 se empezó a discutir el retiro del Ejército de las calles, paralelamente aumentaron los homicidios. Había intención de hacer ver a Mixco como municipio violento. El incremento de la violencia en los últimos meses, responde a la misma dinámica: forjar el regreso de las fuerzas militares al patrullaje». «Se ve que hay un interés grande en que se mantengan los patrullajes combinados», agregó.
Menchú opinó que los argumentos para hacer volver al Ejército a los patrullajes combinados no tienen fundamentos claros, pues «al irse, bajó la incidencia criminal». Su regreso también tendría que ver con una estrategia para mantener la imagen del municipio.
El anuncio del regreso de las fuerzas combinadas es un “tema populista” para ganar simpatías, de acuerdo con Lizandro Acuña, analista de seguridad del Instituto de Problemas Nacionales (Ipnusac), pues la reincorporación del Ejército no ha arrojado resultados positivos como el descenso de los hechos violentos y la garantía de mayor seguridad en las calles.
«Con y sin el Ejército, hay miedo de salir a las calles», afirmó. Pero el Ejército sí tiene una mayor credibilidad. De acuerdo a una encuesta publicada en abril de 2019, la institución tiene más de 60% de confianza por su labor en situaciones de emergencia. Aun así, señala Acuña, la solución a los niveles de violencia e inseguridad en Mixco y el país entero no está en actuar de forma represiva y llenar las calles con “agentes confiables”, sino en prevenir y garantizar mejores oportunidades y calidad de vida a la población, concluye.
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