Cuando uno revisa la Constitución Política de la República, se encuentra con que esta determina que la Junta Monetaria, que dirige el Banco de Guatemala, tiene entre sus funciones la de asegurar la estabilidad y el fortalecimiento del ahorro nacional (artículo 133). A todas luces es obvio que el Banco de Guatemala no ha sido exitoso en cumplir dicho objetivo. ¿Por qué lo digo? Porque el ahorro nacional (ahorro interno bruto como proporción del PIB) ha caído un 48 % desde el año 2000 y un 60 % desde el primer año de vigencia de la Constitución.
Claro. La Ley Orgánica del Banco de Guatemala, decreto 16-2002, establece que el objetivo fundamental es promover la estabilidad en el nivel general de precios (artículo 3), pero prestar atención a dicha ley sin tomar en cuenta el mandato constitucional es pésima hermenéutica jurídica. En ese sentido, la estabilidad de precios puede ayudar a la estabilidad, pero es obvio que no ha sido suficiente.
Así las cosas, ¿qué puede hacer el Banco de Guatemala para fortalecer el ahorro?
Primero, es necesario comprender qué determina el ahorro. Esto nos ayuda a superar visiones que asumen que el ahorro es producto de patrones culturales, pues hay clara evidencia de que los incentivos económicos afectan el ahorro. La teoría económica y la evidencia apuntan a un claro candidato: el crecimiento del ingreso por persona genera mayores tasas de ahorro. Para los curiosos, allí está el modelo teórico de Modigliani (1986), así como la evidencia de distintos países en desarrollo, desde por qué América Latina ahorra tan poco hasta cómo Italia aumentó su ahorro después de la segunda guerra mundial o cómo lo han hecho India y China en las últimas décadas (ver Edwards —1996—, Loayza, Schmidt-Hebbel y Servén —2000—, Athukorala y Sen —2004— y Jappelli y Pagano —1996—). Hay otros determinantes, como el incremento permanente del ahorro público. Finalmente, factores no macroeconómicos también incrementan el ahorro, como una mayor urbanización y una mayor proporción de trabajadores.
Si el crecimiento económico es el principal promotor del ahorro, la pregunta es: ¿qué puede hacer el Banco de Guatemala? Dado el título del artículo, pueden adivinar que insistiré en que un claro rol del Banco de Guatemala es mantener un tipo de cambio competitivo. Hay estudios que clarifican dicho rol (1 y 2). Si los técnicos no consideran que dichos estudios sean aplicables a Guatemala, valdría la pena ver los análisis que han conducido bajo los cuales se pueden generar mayores tasas de crecimiento económico con la actual apreciación del tipo de cambio. Esto puede iniciar un debate sobre el tema. Asimismo, es importante que el banco ponga sobre la mesa análisis sobre las distintas alternativas que existen para apoyar la generación de un tipo de cambio competitivo en Guatemala. A la fecha no he visto dichos análisis, y sería valioso tener acceso a estos y generar un debate serio.
Por último, no solo es un tema de política cambiaria para generar crecimiento económico. El Banco de Guatemala debe reconocer que necesita adoptar un rol más activo en la política económica del país. Primero, posicionando el tema del crecimiento económico en su propia agenda de investigación y de cooperación institucional. Segundo, haciendo encuestas y estudios relevantes en materia de crecimiento económico. Si el Instituto Nacional de Estadística (INE) no ha tenido los recursos para realizar encuestas de empleo (Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos, ENEI), hace años el banco debió haber absorbido dicha función. Es igual de ridículo que no contemos con encuestas industriales para poder conocer al detalle la salud de la industria del país. Es ridículo que en el país se tomen decisiones de política económica, particularmente macroeconómica, en ausencia de encuestas de empleo. Tercero, hace tiempo que el Banco de Guatemala debió haber generado una unidad que permita evaluar el impacto del endeudamiento y que ofrezca recomendaciones. ¿Acaso no es función de la Junta Monetaria la vigilancia de la deuda pública (artículo 132)? Seguro puede cooperar en el diseño de mejores préstamos y mecanismos de ejecución y presentar las propuestas como iniciativas de ley.
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Posdata. Aquí están mis artículos anteriores sobre este tema (1 y 2).
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